¡Con l@s pibes, NO!

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La respuesta, luego del adoctrinamiento, es fácil: “Hay que aplicarle la rigurosidad de la ley, hay que encerrarlo”. Preparando, con fría perversidad, el terreno para un debate sesgado sobre la baja a la edad de punibilidad. Como si eso resolviera el problema. Como si recluir solucionara algo. Sin preocuparse por conocer la historia del pibe, de su madre, de su familia, de su barrio. Omitiendo deliberadamente que “los pibes pobres” son un producto de este sistema perversamente desigual.

En La Casita hacemos cada día para que el mundo sea un lugar donde haya lugar para tod@s. Donde las palabras, los gestos, el arte, las risas y la aceptación de cada subjetividad, son protagonistas. Porque no nos queremos iguales en formas de ser, nos queremos iguales en derechos y oportunidades. Y esos derechos, que son conquistas – los que dicen que un niño es SUJETO de derechos, que tiene derecho a un nombre, una familia, protección, salud, educación, comida, tiempo de juegos, oportunidades- no pueden avasallarse. No existen niñ@s que nacen buenos y niñ@s que nacen malos. Existen niñ@s que nacen y, como adultos tenemos una responsabilidad en su cuidado, protección y en brindarles la ocasión de crecer en contextos donde desarrollen sus potencialidades, las de cada un@. Por eso es importante cómo l@s miramos. No permitamos que se construya una imagen del enemigo sobre est@s pibes de sectores populares. Pensemos, ubiquemos allí un sujeto que sufre, que duda, que suele desorientarse, que transita por distintos padecimientos, que necesita ayuda. Que es imprescindible un Estado presente, con políticas de educación, salud y desarrollo social, intervenciones pensadas y orientadas por la garantización de derechos.

Y seamos más “Grabois” y no “Lanatas”, nunca “Lanatas”. Hay límites éticos que deben orientar nuestra manera de ver e intervenir en la realidad. L@s pibes no son alimento para un show perverso que justifique su exclusión. No seamos un ladrillo más en el muro de la exclusión. De cada un@ de nosotros depende reconocernos como iguales en derechos. El otr@ no es un peligros@, es un ser humano como yo, que la está pasando mal, que sufre, que necesita ayuda, que le hace falta que l@ miremos amorosamente y le preguntemos: “¿Cómo te llamas, te puedo ayudar en algo?” ¿qué cosas te gustan?”, y ponerle el cuerpo y el alma, porque esto se transforma entre tod@s y con amor. El odio, es para l@s débiles. ¡Nosotr@s no nos permitimos eso, nosotr@s amamos, amamos con tanta fuerza, que cada un@ que se acerca y se suma, se enciende! Porque, no nos mueve el odio, sino el deseo, el deseo de transformar este mundo en un lugar más justo, más vivible para tod@s… ¡Allí vamos! ¡Y acá estamos, resistiendo poéticamente a la adversidad! Enunciando a viva voz: ¡Con nuestr@s pibes, NO!

 

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¡Pase lo que pase, no te traiciones!

Porque l@s pibes no son el problema… nunca. No permitas que te embauquen. Reclamemos un uso ético y responsable de los medios de comunicación. Son temas sensibles. Y es nuestra responsabilidad como adultos cuidar a nuestr@s pibes. Te invitamos a ver la realidad desde la sensibilidad de los Derechos Humanos, desde el amor y la tolerancia por el otro, así tod@s y cada un@ tenemos chance de disfrutar una vida con oportunidades.

 

Saladillo, 21 de Julio de 2017.