Alerta por murciélagos con rabia

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“Todos los animales deben estar vacunados contra la rabia. En Valeria del Mar una mujer fue mordida por su gato que había estado jugando con un murciélago con rabia. La dueña era veterinaria y supo cómo resolver el problema”.

“Luego de la mordedura de un animal, hay que inyectarse rápidamente la antirrábica y hacer un seguimiento al animal, en caso que el animal muera, que es lo que sucede cuando tiene rabia se manda la cabeza a analizar”.

 

Los síntomas y cómo se contagia

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Ante la detección de murciélagos con rabia en distritos bonaerenses, las alertas se elevaron ya que suelen ser el primer eslabón para contagiar tanto a personas y a los animales domésticos como gatos y perros, estos últimos son los responsables del 99% de que la enfermedad llegue a los humanos según la Organización Mundial de la Salud ( OMS ).

El organismo internacional define a la rabia como una enfermedad vírica infecciosa que resulta mortal en casi todos los casos una vez que han aparecido los síntomas clínicos. Se trata de una enfermedad presente en todos los continentes excepto en la Antártida, pero más del 95% de las muertes humanas se registran en Asia o en África. En general, las muertes causadas por la rabia raramente se notifican, y los niños de 5 a 14 años son víctimas frecuentes.

 

Cada año se administran vacunas tras una mordedura a más de 15 millones de personas en todo el mundo; de este modo se previenen cientos de miles de muertes anuales por rabia.

 

La infección en las personas suele producirse por la mordedura o el arañazo profundos de un animal infectado. En América, los murciélagos son la principal fuente de infección en los casos mortales de rabia, puesto que la transmisión a ser humano por mordedura de perros rabiosos se ha interrumpido casi por completo. La rabia del murciélago se ha convertido recientemente en una amenaza para la salud pública en Australia y Europa Occidental. Los casos mortales en humanos por contacto con zorros, mapaches, mofetas, chacales, mangostas y otros huéspedes carnívoros salvajes infectados son muy raros, y no hay casos conocidos de transmisión a través de mordeduras de roedores.

 

Los síntomas tras una mordedura o contacto con animales infectados no aparecen al instante. El periodo de incubación suele ser de 1 a 3 meses, pero puede oscilar entre una semana y un año, dependiendo de factores como la localización del punto de inoculación y la carga vírica.

 

Las primeras manifestaciones son la fiebre acompañada de dolor o parestesias en el lugar de la herida. La parestesia es una sensación de hormigueo, picor o quemazón inusual o no explicable por otra causa. A medida que el virus se propaga por el sistema nervioso central, se produce una inflamación progresiva del cerebro y la médula espinal que acaba produciendo la muerte.

 

La enfermedad puede adoptar dos formas

En la primera, la rabia furiosa, los enfermos presentan signos de hiperactividad, excitación, hidrofobia (miedo al agua) y, a veces, aerofobia (miedo a las corrientes de aire o al aire libre), y la muerte se produce a los pocos días por paro cardiorrespiratorio.

 

La otra forma, la rabia paralítica, representa aproximadamente un 30% de los casos humanos y tiene una evolución menos grave y, por lo general, más prolongada. Los músculos se van paralizando gradualmente, empezando por los más cercanos a la mordedura o el arañazo. El paciente va entrando en coma lentamente y acaba falleciendo. A menudo, la forma paralítica no se diagnostica correctamente, lo cual contribuye a la subnotificación de la enfermedad.