Los concejales de Cambiemos y de Fuerza de la Gente unificaron un despacho único que ya tiene votos suficientes para ser aprobado en el recinto. «Buscamos la armonización del uso del espacio público, que los grupos de entrenamiento los compartan con los vecinos», dijo a LA NACION el concejal macrista Abelardo Losano, uno de los autores del proyecto.
Planteó que la iniciativa surgió por «la infinidad de quejas» que recibieron de vecinos que aseguran sentirse «invadidos» por quienes entrenan y se «apropian» de los espacios públicos. Incluso se ponen conos demarcando la zona donde instalan sus colchonetas, pelotas y otros instrumentos de trabajo.
Qué implica la regulación
En esa línea la regulación de la actividad establecerá que el entrenador debe tener un título habilitante (una tecnicatura «como mínimo», señala el concejal), un curso de primeros auxilios y contar con asistencia médica de emergencia para los alumnos. Además, deberá pagar la tasa mínima que cobra la Municipalidad: $400 mensuales en la actualidad.
Losano describió que el control de que se cumplan las exigencias estará a cargo de la Dirección de Deportes municipal: «Buscamos regular, no castigar. Empezamos con esta actividad pero estamos estudiando todos los ítems, apuntamos a que disminuya el uso comercial del espacio público».
Lo que se analiza es la utilización de plazas y parques que hacen grupos de práctica de baile o de música. En el caso de la gimnasia, quienes no cumplan las exigencias, deberán pagar una multa. Se creará un Registro Municipal de Grupos de Entrenamiento Físico y en base a ese esquema serán los controles prometidos.
Los concejales sostienen que el entrenamiento al aire libre, dirigido, es una actividad en expansión y que quienes lo hacen sin profesor terminan aislados o sin poder acceder a las «islas» de aparatos que hay en algunas plazas y parques.
La otra polémica
Hoy el intendente Ramón Mestre ratificó que «no hay vuelta atrás» con la ordenanza que impide la exhibición de azúcar en los bares de la ciudad y que provocó la reacción del gobernador de Tucumán, Juan Manzur.
Los legisladores tucumanos el viernes rechazaron la norma por «arbitraria, infundada y discriminatoria» y el vicepresidente primero de la Legislatura, Gustavo Gassenbauer, declaró a la prensa que impulsaría la prohibición del salame y el maní cordobés.
