Falleció Justina… Su corazón nunca llego

- Publicidad -

Su familia publicó este mediodía en Facebook una carta, en la que destacan que Justina «esperó 4 meses y luchó, con todas sus fuerzas, para que llegara ese corazón». También remarca que «con sus 12 años soportó y resistió, esperando. Soñando en su fiesta de cumpleaños el 9 de diciembre. Siempre apostando a salvarle la vida a los demás que estaban en su misma condición».

En la publicación de la familia también critican las deficiencias del sistema sanitario: «Por múltiples factores que afectan al sistema de salud argentino, nunca llegó la salvación para ella. Todos los que vivieron una situación igual lo saben. El sistema nunca juega a favor de los pacientes».

«Justina se fue sabiendo que su lucha le salvó la vida a muchos que esperaban un trasplante. No llegó su corazón. No lo encontraron. No podemos parar de llorar. Justina está en el cielo», finaliza la carta, que también suma un agradecimiento de Ezequiel y Paola, los papás de Justina, que «dieron todo por su hija» y «en su dolor, les envían un abrazo gigante».

Justina ingresó en lista de espera del Incucai luego de sufrir en julio último una descompensación producto de una cardiopatía que había adquirido al año y medio por un virus, tras una neumonitis.

- Publicidad -

El 31 de julio Justina sufrió una descompensación. Unos días después supieron que necesitaría un trasplante de corazón. Pero el pasado 7 de septiembre de 2017 sufrió una nueva descompensación, más grave, y entró de urgencia a terapia intensiva de la Fundación Favaloro y dos días después, cuando todos su órganos se descompensaron, la joven tuvo que ser conectada a un ECMO -soporte cardíaco y respiratorio-, mientras aguardaba en Emergencia Nacional un corazón para el trasplante.

Durante este tiempo fue sufriendo otras complicaciones, como una trombosis que obligó a amputarle los dedos del pie derecho. A pesar de las dificultades, la nena siguió peleando por sobreponerse. En las últimas semanas la familia ya venía advirtiendo que su salud se iba deteriorando. El 19 de noviembre habían publicado en el muro de Facebook de La Campaña de Justina que «el estado de salud de Justina es crítico, cada día que pasa le juega en contra».

Al tener la certeza de que necesitaba un trasplante, su familia inició una campaña para concientizar sobre la importancia de la donación de órganos. En la página de Facebook La Campaña de Justina iniciaron una movida para que más personas que registren como donantes de órganos y así poder ayudar a las 11.000 personas que están en la lista de espera del Incucai.

«Cuando le comenté a Justina las cosas que podíamos hacer, ella me dijo: ‘Ayudemos a todos los que podamos'», contó más de una vez su papá, Ezequiel Lo Cane, que la llamaba «Leona» por su fortaleza.

Justina tuvo más de 10 operativos (posibilidades de recibir un corazones) durante su internación en la Fundación Favaloro. Sin embargo, ninguno pudo concretarse para ella, en algunos casos porque había pacientes de mayor gravedad, en otros casos por falta de compatibilidad, y hubo un caso en el que el órgano era compatible pero sufrió una complicación y debieron descartarlo, según contó Ezequiel semanas atrás .

Su familia la despide

No podemos parar de llorar.
Se nos fue el sol.
Se nos fue Justina.

Esperó 4 meses y luchó, con todas sus fuerzas, para que llegara ese corazón.

Por múltiples factores que afectan al sistema de salud argentino nunca llegó la salvación para ella. Todos los que vivieron una situación igual lo saben. El sistema nunca juega a favor de los pacientes.

Justina solo tenía a su papá, a su mamá, a Cipriano y Ceferino, a sus tíos, a sus abuelos, a su familia, a los amigos de su familia, a sus compañeros del colegio, a sus maestros, a toda la comunidad, a sus médicos y a todos ustedes luchando por salvarle la vida.

Con sus 12 años soportó y resistió, esperando. Soñando en su fiesta de cumpleaños el 9 de diciembre. Siempre apostando a salvarle la vida a los demás que estaban en su misma condición.

Justina es un ejemplo de alguien que antepuso la necesidad de otros a su vida misma. Nunca quiso que pidamos un corazón para ella: «Papi ayudemos a todos los que podamos». Nuestra LEONA quería que nadie pasara por lo que ella pasó.

Paola y Ezequiel dieron todo por su hija. Lucharon para intentar salvarla convocando a miles de argentinos en esta campaña que llamamos La Campaña de Justina. En su dolor, les envían un abrazo gigante. #Multiplicatex7 #LaCampañaDeJustinaDesdeElCielo

Justina se fue sabiendo que su lucha le salvó la vida a muchos que esperaban un trasplante. No llegó su corazón. No lo encontraron.

No podemos parar de llorar. Justina está en el cielo.