La eternidad de Néstor

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Todavía recordamos ese día, en que el cielo se tiño de negro y solo se respiraba tristeza, aquel día en el que la multitud lloraba tu ausencia. te nos fuiste pingüino, aquel 27 de octubre del 2010, nos dejaste un legado por el que nunca dejaremos de luchar, no solo nos diste alegría a miles de Argentinos sino que también nos enseñaste que significa tener convicciones y creer en que este país tan tuyo podía salir adelante.

No conmemoramos su muerte, si no toda su vida, porque fue Abogado, militante de la Federación Universitaria para la Revolución Nacional, exiliado interno en Santa Cruz, intendente de Río Gallegos, gobernador de la provincia de Santa Cruz. No podemos dejar de mencionar que Néstor Kirchner había asumido la Presidencia de la Nación en uno de los peores momentos de la historia Argentina y avalado apenas por el 22 por ciento de los votantes. Tenía por delante el desafío de sacar al país de la depresión económica, el vacío político y la anomia moral, una difícil renegociación de la deuda externa y restaurar las relaciones con la comunidad internacional.

Rechazó de plano la identificación entre gobernabilidad e impunidad. Celoso guardián fiscal, al final de su mandato, dejó en las arcas del Banco Central 59 mil millones de dólares de reserva monetaria y un país en marcha, que, en sus palabras, empezaba a salir del infierno. Aquel enérgico militante de la Juventud Peronista de los `70 jamás olvidó sus convicciones y supo mantener hasta el final de sus días los mismos ideales y la intensidad de su compromiso político y social que caracterizaron tanto su militancia juvenil como su gestión como intendente, gobernador, presidente de la Nación y secretario general de la Unasur.

 

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