Aquel saludable vapor familiar

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Por Lis Solé

            Aquel saludable vapor familiar… Así se titula una nota en la Revista Todo Trenes en donde aparece Gertrudis Caldwell delante de una locomotora 4310 en el año 1926.

            Su tío abuelo se llamaba Eduardo Bowkett (Eddie) y era el encargado del Galpón de Máquinas de General Alvear. Gertrudis fue llevada a casa de sus tíos porque tenía tos convulsa y en esos tiempos se creía que “era beneficioso que los enfermos de este mal estuvieran expuesto al vapor de la máquina” y “por eso aparezco en el pasillo de la 4310”[i].

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            Eduardo Bowkett vivía en la Colonia Ferroviaria donde también vivían los maquinistas como el escocés Crichton y Pinciroli y los tíos recibían a su sobrina nieta cada año hasta que fallecieron cuando ella tenía 8 años, pueblo al que no regresó nunca más. De familia de ferroviarios, ambos abuelos eran maquinistas e ingleses; su abuelo paterno murió joven a los 46 años pero su abuelo materno, Alfredo H. Tanner, era el socio N° 11 de “La Fraternidad” y murió a los 90 años a pesar de que el médico le había dicho que “sufriría mucho por el calor de las máquinas”.

TUBOS EN L PARA DISTRIBUIR EL VAPOR

            En Alvear todavía queda al lado de la Mesa Giratoria, dos tubos con forma de L que son como dos chimeneas usadas con el propósito de expulsar el vapor. Cuando la máquina se estacionaba delante de la chimenea, se accionaban unos robinetes o purgas de caldera llamados “purgas de fondo”. La máquina llegaba a la estación con toda la presión y para purgar los barros que quedan en los tubos de la caldera, el foguista o el mecánico abrían a propósito los grifos. El aire salía muy caliente por lo que si una persona pasaba en ese momento, se quemaba las piernas, de ahí la existencia de esos tubos para que el vapor no se extendiera a ras del piso.

            Proverbial es el buen humor del ferroviario, tranquilo, trabajador, detallista como buen inglés… y chistoso. Por eso, más de una vez cuando se abrían los robinetes de zanja y la presión salía en forma horizontal levantaba una polvareda en la avenida Nueve de Julio toda de tierra, chiste que a veces se hacían a propósito como para hacerse notar en el vecindario o “molestar” a algún viejo vecino.

            SALUDABLE VAPOR PARA LOS BRONQUIOS

            La costumbre de exponer a los chicos a los vapores de las locomotoras era compartida en todas las latitudes. Francisco Abajo recuerda que el año 1943 iba con su mamá hasta el puente de Patagones y Guaminí para respirar el humo de las locomotoras porque decían que hacían bien a las vías respiratorias y Alberto Oscar Lozada[ii], cuenta que su abuela lo llevaba a la estación Paternal donde se sentaban por un largo rato en uno de los bancos por la misma razón.

            Cierto también es que la máquina del tren echaba un cantidad enorme de humo por los laterales y las madres llevaban hasta sus bebés envueltos para que aspiraran el humo.

            La idea era que al respirar el humo de las locomotoras se prevenía la tosferina, una enfermedad infecciosa que provoca la tos convulsa que fue muy grave en niños y jóvenes durante mucho tiempo[iii]. Quizás sea el azufre del carbón que movía las locomotoras que producía remedio y alivio a la tos convulsa, enfermedad preocupante hace algunas décadas, por eso es que madres y abuelas iban hasta la estación y les pedían a los maquinistas que pararan la máquina para aspirar un rato el vapor que muchas veces salía acompañado de todo tipo de residuos que sólo empeoraba la enfermedad.

            Cierto es que el vapor de agua es una aliado de la humanidad y en los saunas “se evaporan hasta las iras” pero además provoca relajación, mejora el ritmo cardíaco y circulatorio, dilata los bronquios, purifica todo el organismo y desintoxica la piel.

            La locomotora de Gertrudis se ve preciosa, casi nueva, recién estrenada[iv] y la nena de vestido blanco y piernas flacas contrasta con la potente máquina. Casi uno puede imaginar esos ojos curiosos de niño detrás de la mano visera que despabila el sol intentando ver lo que vendrá.

            El ferrocarril fue y es una fuente de progreso y calidad de vida en los pueblos de siempre. Ahora más que nunca, nos haría falta aquel saludable vapor familiar que acompañado por la bocina potente, alivie y purifique nuestras almas acongojadas.


[i] Revista Todo Trenes Octubre 2000. Gentileza de Germán Esmoris.

[ii] Comentarios de Facebook de 06/04/2020 Grupo Privado El tren y su historia.

[iii] Humo del tren contra la tosferina. La Voz de Galicia. Rodri García 02/09/2018

[iv] La locomotora 4310 fue provista por Armstrong Whitworth entre los años 1926 y 1927 y eran de origen petroleras y venían equipadas con sobre calentadores llevando pasajeros o cargas entre Viedma y Bariloche.