Boliche “La Cruz de Guerra”

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Por Lis Solé

            La fecha de su fundación es desconocida aunque seguro fue antes de 1890, existiendo como esquina de campo, lugar de encuentro de vecinos para jugar a las cartas y proveer los vicios. El lugar era mentado por sus carreras de caballos a los que asistía todo el vecindario y cuentan los paisanos que en una oportunidad en una de estas carreras, estuvo el mismísimo Juan Moreira que falleció en 1874, así que si la versión fuera confiable y se tratara del mismo boliche, el “Cruz de Guerra” sería el boliche más antiguo de General Alvear.

            El nombre del boliche “CRUZ DE GUERRA” se repite en toda la zona y la primera mención se refiere a la laguna “Cruz de Guerra” ubicada a 52 kilómetros de la actual ciudad de 25 de Mayo, a cuyas orillas se creó el fortín “Cruz de Guerra” en 1818. Se desconoce cuál fue el origen del nombre pero la versión más reconocida es que en punta de un médano había una cruz quizás señalando alguna batalla, muerte o ruptura de algún acuerdo de paz. Por la presencia de agua y de pasturas naturales, el paraje era el lugar frecuentado para parlamentar y traficar que seguía la “rastrillada de las salinas” o también denominado “Camino de los chilenos” o “Rastrillada Grande”.

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            Los boliches fueron tan importantes como los fortines y las estancias en la historia de los pueblos bonaerenses y su dueño era mucho más que un “pequeño comerciante encadenado al mostrador”: el bolichero fue el centro de comercialización y testigo, víctima o victimario de muchas historias de las que fueron protagonistas.

            El bolichero don Electo Urquizo en sus “Memorias de un pobre diablo”, cuenta muchas de sus aventuras como pulpero en la zona de 25 de mayo y de Los Toldos y destaca los riesgos que corrían pero que, en su caso, rindieron sus frutos porque como muchos pudo crear una gran fortuna.

UBICADO SOBRE LA GRAN LOMA DEL CRUCE DE RUTAS

            En General Alvear, sobre una gran loma a un costado de la primitiva ruta N° 205 estaba el boliche “LA CRUZ DE GUERRA” demolido en 1969. “La Cruz de Guerra” era anterior al boliche “El Parche” y se erguía justo en el cruce de las rutas Nacional N° 205 y Provincial N° 61 que cruza la provincia de este a oeste siendo un lugar estratégico que unía a General Alvear con 25 de Mayo, y más allá en el tiempo, desde el Fortín Esperanza al Fortín Mulitas y Cruz de Guerra.

            La existencia de este Boliche está documentado en el libro de Isabel Llantada donde dice “que originariamente fuera de Cortázar y Zulueta, y de muchos años a esta parte de don Lucio Zulueta” (Llantada, 165).

PRIMER DUEÑO CONOCIDO: DON FÉLIX CORTÁZAR

            En el año 1913, en épocas de chatas y caballos,  don Félix Cortázar se acerca al Juzgado de Paz de General Alvear distante a más de 30 kilómetros a fin de tramitar una “Matrícula de Comercio”. Don Félix era un hombre fornido, de 43 años, viudo en ese momento, comerciante español y domiciliado justamente en el Cuartel V de General Alvear. La intención fue declarar que ya tenía establecida en el domicilio mencionado “una casa de comercio en los ramos de Tienda, mercería, almacén, ferretería, talabartería, anexos y acopio general de Frutos, bajo la denominación de “La Cruz de Guerra” al que administra personalmente” y “gira con sola firma”.

            La presencia de Cortázar al Juzgado tiene como objetivo “gozar de la protección que el Código de Comercio acuerda en su artículo 25 al Comercio y a las personas que ejerzan el comercio” por eso solicita al Juez P. J. Acosta su inscripción en la Matrícula de Comerciante a lo que el Juez accede ya que “el infrascripto goza de crédito y probidad”.

            Félix Cortázas, originariamente con s final, era español y había nacido aproximadamente en 1869, hijo de Fausto Cortázar y Basilia Ciriano censado en Junín en 1889, pasando de allí a Saladillo y vaya a saber cómo llegó a la esquina del actual paraje “El Parche” distante a 35 kilómetros del pueblo de General Alvear.

            Se había casado en primeras nupcias el 4 de junio de 1910 con doña Julia Sarratea de 31 años, hija de don Pedro Sarratea y Juana Arostegui (bisabuelos de Carlina y Oscar Sarratea) siendo sus testigos de casamiento Manuel Ortiz, Paula Sarratea y José Díaz Goyos, este último dueño del almacén “La Vencedora” que se encontraba en Mitre y San Martín.

            Tal como figura en el pedido del Juzgado de Paz de Alvear, diez años después cuando enviuda de doña Julia Sarratea, contrae matrimonio con María Enriqueta Carteje el 16 de marzo de 1916 a los 46 años en la Parroquia San José de General Alvear.

            María Enriqueta era hija de Juan Cartege y de doña Josefa Laborda, ambos fallecidos por lo que son testigos del casamiento sus dos hermanos Emiliano y Elisa Castege de 32 y 24 años de edad respectivamente siendo el capellán vicario don Pedro Lurbés.

            Uno de sus hijos fue Félix Enrique Cortázar, bautizado en la Parroquia San José de Alvear el 13 de octubre de 1917 manteniéndose en el paraje de “El Parche” hasta que decide mudarse a Saladillo.

EL BOLICHE DE ZULUETA

            Vaya a saber por qué fecha el viejo boliche “La Cruz de Guerra” de Cortázar es administrado por Lucio Zulueta. Don Lucio estaba casado con Elvira Rodríguez con la que tuvo los hijos Lucio Ricardo nacido en 1921 en Alvear, y José María Zulueta (n.1924) quienes fueron los que continuaron al frente del Boliche “La Cruz de Guerra” hasta que cerró en 1969.

            Marta Alliaga recuerda que ella iba a ese boliche cuando era muy chiquita a comprar caramelos de leche, unos caramelos individuales chiquitos de papel amarillo que no había en el boliche “El Tangazo” de su papá.

            El boliche almacén era de chapa y tenía escrito en el frente “Cruz de Guerra” con letras rojas y se entraba “haciendo ruido por el piso de madera” con una puerta “como como la de todos los boliches de dos hojas” y con una oscuridad interior que impresionaba, con un largo mostrador de madera y algunas mesas y sillas.

            Los boliches o almacenes de campo fueron los “sucesores” de las pulperías donde se podía comprar de todo y este boliche por supuesto no faltaba a la regla. El pulpero Urquizo relata que a mediados del siglo XIX, estos comercios tenían una escasa variedad de mercancías siendo la yerba, el azúcar, el tabaco y fundamentalmente el vino lo más que se vendía o canjeaba en precarias construcciones de barro con techo de pajas que fueron cambiados por la llegada de las chapas de cinc.

PULPEROS TRAS LAS REJAS

            Una versión menos poética y que corroboran las decenas de anécdotas de pueblo, muestran a los boliches como los lugares donde se contribuyó a fomentar la holgazanaría, el juego, el consumo de alcohol y el crimen, porque sucedía que además de “despuntar el vicio” casi legalizado, más de uno murió en una gresca de paisanos pasados de copas cambiadas por sus cueros y lanas, actividad que ya destaca Hernández en su libro “Martín Fierro”.

             Por eso muchos recuerdan las rejas de los boliches de Alvear, con el bolichero detrás del mostrador bien enrejado para precaución por las constantes trifulcas que muchas veces él mismo terminaba con unos tiros conciliadores o tirando algunas botellas vacías preparadas para la ocasión.

            Para el paisano “ir al boliche” era mucho más que matar el hambre y el descanso de los animales, era también combatir la soledad, el cansancio, obtener información y también, el lugar adecuado para ahogar las penas en la bebida y escapar por un momento de la realidad.

            Almacén, boliches de campo, pulperías de antaño, cruces de caminos, esquinas de campo. Desde la loma enfrente de la Escuela del Parche, sopla el mismo viento desde hace más de 100 años pero la mirada solo encuentra algún escombro, unos vidrios y caídos árboles viejos.

            Nada queda del viejo boliche de chapas que vio pasar pesadas chatas, sulkis y viejos autos entre polvaredas y sueños de grandes y chicos.

            Desde la alta esquina, se pierde a lo lejos la ancha y abandonada Ruta 205 vieja, mudo testigo de caminos de indios, de criollos, de hombres y mujeres del campo alvearense.

Agradecimiento a Marta Alliaga, a Daniel Rodríguez Zouza y al Juez de Paz Dr. Oscar Villarreal.

Foto: Gentileza de Saladilloensepia.

Bibliografía:

  • Urquizo, Electo. Memorias de un pobre diablo. 1907.
  • Grau, El Fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra, 1949.
  • Garayzabal, Eusebio. Recuerdos viejos del tiempo antiguo. Distintos aspectos de la vida y el comercio de antaño. 1935.
  • Archivo Histórico del Juzgado de Paz de General Alvear.
  • Carrera, Julián. (2010) Pulperos y pulperías rurales bonaerenses: Su influencia en la campaña y los pueblos, 1780-1820 [en línea]. Tesis

de Posgrado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.338/te.338.pdf

  • Familysearch. Félix Cortázar.
https://www.familysearch.org/search/record/results?givenname=felix&surname=cortazar&record_country=Argentina&count=20
  • FamilySearch, Lucio Zulueta. Disponible en
https://www.familysearch.org/search/record/results?givenname=Lucio&surname=Zulueta&record_country=Argentina&count=20&offset=0