Cuando el “progreso” estuvo a punto de demoler el actual edificio del museo de saladillo

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El edificio del Museo y Archivo Histórico Municipal de Saladillo fue inaugurado en el año 1914. Este hermoso edificio de dos plantas, sito en la esquina de Rivadavia y Moreno fue diseñado y construido para ser utilizado como Sucursal del Banco de la Provincia de Buenos Aires. Cumplió esa función hasta 1984 cuando la sucursal fue trasladada a la nueva sede, sita en Rivadavia y Belgrano.

Hoy, el antiguo edificio luego de haber sido restaurado en la década del ‘80, y puesto en valor en otros períodos, es la sede de nuestro Museo y Archivo Histórico, y en  él se resguardan la  memoria y la identidad de los saladillenses.

Pero lo que muchos no saben es que en el año 1975 llegó a Saladillo la noticia de que las autoridades de la entidad bancaria habían decidido demoler el edificio (que en ese entonces tenía 61 años) para emplazar en el mismo sitio un edificio moderno. Seguramente más de uno habrá afirmado “¡Qué bueno!, llegó el progreso. Que demuelan ese viejo edificio y hagan ahí mismo uno moderno”. Pero hubo otros ciudadanos que se dieron cuenta del crimen que estaban por cometer y se movilizaron para salvar al hoy centenario edificio, declarado Patrimonio Histórico y Cultural por Ordenanza nº 76/2011.

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Habría muchos nombres para señalar. Pero deberíamos detenernos en los de  Ethel Mariotto de Mirassou (en ese entonces Directora Municipal de Cultura) y en el de don Luis Adolfo Borracer (autor del libro “Saladillo, mi pueblo su pueblo”), por haber participado activamente de esa cruzada en pos de proteger el patrimonio arquitectónico de nuestra ciudad. Ellos propusieron que la nueva sucursal bancaria se construyera en otro sitio, para que no se demoliera el edificio en el que en un futuro podría funcionar el Museo local. Lo primero que se hizo fue solicitar al entonces intendente Ariel Horacio Delía que iniciara las gestiones ante la entidad bancaria para preservar el edificio, mencionando la intención de destinarlo a Museo. Se dio trámite al pedido, pero al poco tiempo tuvo lugar el golpe de estado de 1976 y Delía dejó de ser Intendente. Luego de la intervención militar a cargo del teniente Elizathe, fue designado  Intendente de facto el Dr. Horacio Dionisio Ferré.

Entonces tuvieron lugar dos hechos favorables: Aunque la Dirección de Cultura ya no tenía vigencia, los integrantes de la Comisión que funcionara durante el mandato anterior habían decidido prestar apoyo a la gestión del Dr. Ferré. Por lo tanto, Ethel Mariotto pidió al nuevo intendente que continuara con las gestiones ante la entidad bancaria y, simultáneamente, don Luis Borracer le comunicó que la esquina de Rivadavia y Belgrano, perteneciente a la firma Ruiz, Möller & asociados se vendía. Como precisamente el banco pedía un predio frente a la plaza principal, que coincidiera con las medidas de su propiedad, las gestiones tuvieron éxito y el Municipio compró la esquina y se la entregó en canje al Banco de la Provincia, que, al poco tiempo comenzó con la obra del nuevo edificio.

En 1983, al recuperarse la democracia, asumió la gobernación un hijo de Saladillo, el Dr. Alejandro Armendáriz, y fue electo Intendente  Municipal el Dr. Francisco José Ferro, quien, al recibir el histórico edificio a fines de 1984, recibió también la suma de veinte mil dólares que el Banco destinó a la restauración de las instalaciones. EL intendente Ferro entregó esos fondos a una comisión, creada por Ordenanza nº 27/85, integrada por Mavel Labarta de Tocci, Ethel Mariotto de Mirassou, Fernando López, Ángeles Villagra de Cortelezzi y Angélica Carrique de Viola.

Fueron autores del proyecto de restauración los arquitectos Alberto S.J. de Paula y Elio Vanni, mientras que se hizo cargo del control de las tareas al Dr. Felipe Monk, con quien semanalmente trataban Mavel Labarta y Ethel Mariotto, para efectuar los pagos correspondientes, según certificados de obra entregados por el Secretario de Obras Públicas, arquitecto Juan Carlos Pellegrino.

Consultados quienes participaron activamente en la restauración, destacaron la labor del carpintero municipal, Juan Iunino, quien logró que la sala principal se adecuara perfectamente al fin al que sería destinada.

En 1986 se formó el Grupo de Amigos del Museo de Saladillo. Hubo muchas idas y vueltas con el edificio, en el que funcionó la Escuela Nº 1, durante su refacción y, más adelante, se alojó el Museo en su planta baja. También fue ocupado por la Secretaría de Obras Públicas en la planta alta y Casa de la cultura en planta baja, hasta finalmente ser destinado íntegramente a Museo y Archivo Histórico Municipal a partir del año 2015 (luego de la puesta en valor dispuesta por el Intendente Carlos Antonio Gorosito). Hoy Saladillo cuenta con un importante Museo, donde se recibe a escuelas, turistas y vecinos deseosos de conocer la historia de esta Patria Chica. Este Museo posee un histórico edificio, más que centenario, que fue salvado de la piqueta gracias al denodado esfuerzo de algunos vecinos que entendieron que al patrimonio hay que preservarlo.

En la década de los noventa, el “progreso” implicó la privatización de las empresas públicas. Una de ellas, el Correo Argentino, fue entregado a la familia Macri. Corría el año 1997 y el entonces concejal José Luis Salomón, preocupado por la suerte que pudiera correr el edificio de la otrora empresa pública “Correos y Telégrafos”, redactó un proyecto para declarar “Patrimonio Arquitectónico de Saladillo” al edificio del Correo. En sus considerandos el concejal Salomón expresó: “…que, el Gobierno Nacional está decidido a llevar adelante la privatización del Correo Argentino; que, a partir de la sanción de la Ordenanza Nº 71/93, promulgada bajo el Nº 1567, el Municipio de Saladillo es el responsable de proteger los Bienes Históricos, Culturales y de las Reservas Naturales existentes en el Partido, ya sean públicas o privadas, dado sus deberes naturales en materia de desarrollo cultural; que, el edificio del Correo ubicado en la esquina de la Avenida Rivadavia y calle Ministro Sojo, cuya nomenclatura catastral es Circunscripción I, Sección A, Manzana 37, Parcela 1, representa no sólo un valor histórico para los saladillenses, sino también un patrimonio arquitectónico con características propias, y que junto a otros edificios públicos que posee nuestra ciudad, fueron construidos en una época donde el estado invertía fuertemente en estas obras consideradas fundamentales para el desarrollo de los pueblos; que, más allá del éxito o fracaso de las políticas que se apliquen hacia el futuro, es el deber de este Honorable Cuerpo trabajar en la defensa de nuestra identidad, e impedir que el capitalismo transforme la privatización del Correo Argentino en una cuestión meramente económica, sin tener en cuenta el patrimonio arquitectónico de cada Pueblo; que, mediante la Comunicación Nº 49/95, este Honorable Concejo Deliberante le solicitó al Departamento Ejecutivo que, a través de la Dirección de Cultura Municipal formalice la Creación de la: «Comisión de Preservación del Patrimonio Cultural de Saladillo», según lo establece el artículo 6º de la Ordenanza Nº 71/93 (Nº 1567), contemplando entre los estudios y análisis de la citada Comisión la preservación de las fachadas de los edificios del estado nacional con posibilidades de ser transferidos a manos privadas, cuyas construcciones constituyen verdaderos patrimonios arquitectónicos de nuestra ciudad, como lo es el caso del Edificio del Correo Argentino; que, al no estar conformada dicha Comisión y ante la inminente decisión del Gobierno Nacional para concretar en pocos meses la privatización del Correo Argentino, resulta imprescindible tomar desde el Honorable Concejo Deliberante la determinación de proteger la reserva de este edificio público.” Fueron tan contundentes los fundamentos esgrimidos por el concejal José Luis Salomón que el HCD de Saladillo aprobó su proyecto por unanimidad, y desde ese día contamos con la Ordenanza nº 14/97.

Para cerrar esta nota quiero transcribir la definición de progreso que encontré en el diccionario: Desarrollo continuo, gradual y generalizado de una sociedad en los aspectos económico, social, moral, científico, cultural, etc.” «la invención del alfabeto puede considerarse uno de los grandes acontecimientos del progreso humano»

Por: Alejandro Mariotto