Cuando uno intenta explicar lo inexplicable, Villa Piñero el pueblo fantasma

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VILLA PIÑERO: EL PUEBLO FANTASMA
Por Lis Solé

Cuando uno intenta explicar lo inexplicable, suele recurrir a otros sucesos reales parecidos que podrían dar luz a lo aparentemente descabellado y que promueven la imaginación originando suspicaces tejes mafiosos de los que hay sobrados ejemplos en Argentina.
Así fue la historia de VILLA PIÑERO; la historia de un pueblo que no fue, que sólo figura en un Proyecto del Archivo Histórico de ARBA (antes Geodesia) y que llama la atención en los planos catastrales, un pueblo totalmente diseñado de 170 cuadras ubicado a menos de 7 kilómetros de la actual ciudad de General Alvear, en la provincia de Buenos Aires y de propiedad, en 1893, de Corina Piñero de Herrera.
El pueblo en cuestión estaba ubicado sobre la calle real que unía los antiguos fortines Arévalo o La Parva, y el fortín EL Mangrullo, ambos en camino a los actuales pueblos de Saladillo y 25 de Mayo, actual camino hacia estación Micheo o al oeste, El Mangrullo y la ruta nacional N° 205.
Los inicios de este pueblo fantasma fue en el año 1893; el ferrocarril había llegado hasta Saladillo y se pretendía traerlo hasta Alvear con gran expectativa no sólo de los pobladores del pueblo sino también, de los propietarios de los campos que podrían ser beneficiados al mejorar la viabilidad en el comercio.
Hay que recordar que, en ese momento, todo se transportaba en pesadas carretas tiradas por caballos así que es de imaginarse el apuro y urgencia de los dueños de los campos ya que si bien debían entregar tierra para el paso de vías o estaciones, se hacía presente y comprensible un mutualismo del que nadie quería quedarse afuera.

LOS CAMINOS DE SALADILLO A ALVEAR
La cuestión era por dónde se tenderían las vías ferroviarias.
Desde Saladillo a Alvear salían dos caminos que iban uniendo distintos centros de población. El del Oeste pasaba por Leonchos y seguía por lo del Juez Benjamín Butteler , cruzaba las propiedades de Salvador María del Carril en dirección al fortín “El Mangrullo” de Roque Carranza y de allí, se alejaba por el Oeste hacia fortín “Vallimanca” pasando por la zona de Santa Isabel.
El camino del Este, más directo al pueblo “Esperanza” atravesaba los campos de don Samuel Ayarragaray y Mariano Acosta para entrar por “El Cameleón” hacia el Sur; este camino era atravesado de este a oeste por otro que venía desde la estancia “9 de Julio” de José Portugués derecho a “La Parva” de Pedro Roberts.
Asimismo, mirando el plano del 1900 hay otro camino que partía desde el cruce del arroyo de Las Flores, actual Puente Negro del ferrocarril (lo de Cholín) cruzando toda la propiedad de don Juan Piñero, directo hacia “La Parva”.
¿Por dónde correría el tren? Seguro que su trazado no sólo dependía de la clase política alvearense sino también de los dueños de los campos y de lo que ellos estaban dispuestos a ofrecer.
En ese mapa mencionado aparece otro pueblo en tierras de Samuel Ayarragaray (en partido de Saladillo) y si el trayecto hubiera pasado por esa zona, continuarían bordeando el camino que aún hoy existe pasando por VILLA PIÑERO, un recorrido distinto al que finalmente se hizo en 1897.
¿Por qué no trazar las vías haciendo un pequeño rodeo que agrupara los centros poblados de ese momento?
Lógico es pensar que cualquier vecino intentaría convencer a las Autoridades sobre el trazado del ferrocarril en una línea que conviniera a su bolsillo y también a la mayor cantidad de gente de los alrededores.

LA FAMILIA PIÑERO
Para gran parte de la provincia de Buenos Aires es muy conocido el apellido Piñero por la existencia del Canal del mismo nombre que une los arroyos de Tapalqué y Azul con el Arroyo de las Flores.
Ese apellido se remonta al patriarca Juan Piñero, su esposa Carmen Porce l y sus diez hijos con una importante trayectoria en distinta áreas y reconocidos en la ciudad de buenos Aires.
Juan Piñero era un hacendado alvearense desde 1868 con unas 16.000 hectáreas ubicadas al norte del ejido urbano a ambos lados del Arroyo de las Flores lindero con la sociedad de Martín Berraondo y Micheo al Norte; Vicenta Y. de Sarmiento al Este y al Oeste, con Pedro Roberts, Rivero, Prudencio Sosa y los herederos de Gil J. Méndez.
Si bien Juan Piñero y Carmen Porcel se casaron en 1862 en Lobos, en la misma acta de matrimonio se legitimaban los hijos tenidos con anterioridad al enlace completando un total de 10 hijos; esos hijos eran Lorenzo Robustiano(1849); Demetria Urbana Piñero (1850); Juan Demetrio Piñero (1852) Antonio F. Piñero (1855); Norberto Piñero (1857); María del Carmen (1861); Sofía Delfina Piñero (1863); Emilio Froilán Piñero (1865), Arsenia Piñero (1867) y Corina Piñero(1870).
EL matrimonio Porcel/ Piñero apostó a la formación de sus hijos enviándolos a la Universidad y preocupándose por la formación cultural de sus hijas mujeres. Piñero era una persona influyente en Lobos, con una gran amistad con Lorenzo Varela que fue el padrino de bautismo de gran parte de sus hijos así como también Intendente de Lobos
Juan Piñero nació en 1821 y fallece en 1883 dedicado desde chico a la ganadería en Lobos, Saladillo y Alvear. Era muy allegado a las autoridades políticas del momento, amigo personal de Mitre y del doctor Adolfo Alsina que lo invitaron sin éxito a participar en la función pública en reiteradas ocasiones .
Volviendo al tema del pueblo que no existe, ya para 1880 las tierras de Juan Piñero estaban vendidas a terceros o subdivididas entre sus diez hijos. La menor de ellas, Corina, casada con Herrera, es la que hereda el lugar donde se proyecta la VILLA PIÑERO, tierra que en 1893 fue subdividida en 170 manzanas en un total de 187 hectáreas.

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UN PUEBLO CON NOMBRES DE CALLES Y PLAZAS
Eso fue en el año 1893 cuando Corina Piñero tenía 22 años.
Aunque no figura el nombre del agrimensor, el que diseñó el pueblo dibujó 170 manzanas de cuatro formas diferentes enumeradas A, B, C y E sobre un “terreno subdividido destinado para pueblo, de acuerdo con el plano adjunto y cuya planilla se encuentra apegada a la inscripción citada”, propiedad de Doña Corina Piñero de Herrera como figura en la testamentaria de 1932.
En las decenas de páginas en ARBA y en la Carpeta N° 6 que existe en el Archivo Histórico de Geodesia, aparece un pueblo perfecto con las manzanas loteadas, las plazas pensadas, con calles con nombres de las provincias argentinas y de figuras importantes en la historia de Buenos Aires como Balcarce, Quintana, Colón, Mitre, Urquiza, Las Heras, Lorea, Alvarado y Cabral así como los sugestivos nombres de Centenario y Libertad.

LA POSIBLE SIMILITUD CON LA FORMACIÓN DEL PUEBLO DE “LOS TOLDOS”
Cuenta don Electo Urquizo -quien para muchos es fundador del pueblo de Los Toldos-, que un día llegaron a su negocio un grupo de funcionarios del Ferrocarril del Oeste. Comerciante nato, Urquizo los invitó a cenar y allí se enteró que el tren pasaría por dos estancias cercanas así que les propuso hacer “la estación en su campito” que él cedería gratuitamente.
Los ferroviarios expresaron que no era tan simple y le sugirieron que además, debía tener algún capital político o relaciones y cuñas buenas en La Plata que le “pudieran dar una manito” porque el futuro pueblo estaba demasiado cerca de otros centros poblados por lo que no era lógica la creación de otra parada o estación.
Urquizo, bolichero de campaña de toda la vida, no tenía ninguna relación con el poder político pero “conocía a gente pobre que necesitaba un pueblo próspero”. Sin amilanarse, se propuso crear entre los dos puntos señalados un pueblito. Fue así que dividió las cien cuadras en solares y quintas, las pobló vendiéndolas a bajo precio y formó el pueblo que fue mensurado el 14 de diciembre de 1892 y… por donde pasó la línea del ferrocarril al año siguiente.
Como se ve en el mapa propuesto por Corina Piñero para la formación del Pueblo, este coincide en muchos puntos con lo acontecido en Los Toldos, por ejemplo, en la distancia escasa al pueblo principal, en este caso General Alvear. La historia recordada y escrita por el mismo Electo Urquizo tiene grandes similitudes con los pueblos proyectados tanto por Ayarragaray como por Piñero en 1893, apenas un año después.
La idea de ambos fue seguro la prosperidad de la región junto al beneficio personal resultado de la valorización de la tierra lindera y que redundó en la adquisición de terrenos relativamente baratos para los primeros pobladores.
En el caso de General Alvear, la propuesta de Ayarragaray y Piñero no fue tenida en cuenta porque el ferrocarril hizo estación en “La Barrancosa” de Mariano Acosta y en “J. M. Micheo” de la sociedad del mismo Micheo con Martín Berraondo.
Pablo Piñero en sus libros, escribe “los hermanos Norberto y Antonio Piñero no buscaban el reconocimiento sino que los movía una férrea voluntad de hacer aquello que no existía y de mejorar lo que estaba en funcionamiento” y su accionar se puso de manifiesto en ámbitos locales, provinciales, nacionales y también en el exterior en un sinfín de acciones imposibles de enumerar en esta nota.
¿Tendrían los mismos ideales sus hermanos Corina y Lorenzo Robustiano Piñero?
Lorenzo Robustiano Piñero , el que durante su gestión municipal consiguió por fin la construcción del Canal que lleva su nombre, fue miembro de la Comisión Municipal de General Alvear, Juez de Paz de 1882 a 1887 , reconocido por sus contemporáneos que lo homenajearon imponiendo su nombre a una calle y a un Canal que contribuyó a mejorar las tierras alvearenses siempre inundables; al igual que sus hermanos, seguro tenía un pensamiento coincidente con la Generación del 80 y difícil es precisar las reales intenciones para diseñar un pueblo completo.
¿Alguna vez se trazaron calles y plazas en el campo? Nunca.
¿Altruismo o beneficio personal? Realmente dos caras necesarias de la misma moneda.