Día de Clásicos Moteros en el Paraje Micheo

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DE VEZ EN CUANDO LA VIDA

Por Lis Solé

Así se llamó el encuentro de motos que se realizó en Micheo el domingo 4 de junio. Fue un encuentro de amigos, un regalo, un sueño que como dice Juan Manuel Serrat, un sueño “de esos tan escurridizos que hay que andarlo de puntillas como para no romper el hechizo”.

El encuentro, organizado por A.M.A.G.A., la Asociación de Motos Antiguas de General Alvear, convocó a los amigos de Moteros del Centro y a aficionados de Lobos, Tandil, Salvador María y a la Agrupación de Motos Antiguas de Saladillo. Los amantes de las motos clásicas se dieron cita  en un paraje que supo tener su esplendor: la posta y estancia de Camilion, lugar de paso de carretas y arreos, propiedad de donde se trajeron gran parte de las maderas que se usaron para construir el fortín Esperanza, mucho antes de que fuera estación de Ferrocarril.

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La idea de las Agrupaciones que participaron es precisamente éso:   llegar con sus motos clásicas a lugares históricos recorriendo pueblos y sitios vecinos cercanos a los que puedan acceder respetando las características y cuidados que requieren las motos de colección.

La reunión comenzó temprano, a la mañana, en el parque de la Escuela N° 5 del Paraje con un sol brillante que auspiciaba una jornada de camaradería espectacular.

Ante la llamada de los organizadores -Mario Róvere, Alejandro Mobilia, Miguel Caram y Mario Severino-, los participantes se reunieron enfrente del Galpón de usos múltiples  de la Escuela para conocer los detalles de “la carrera” y allí se enteraron, con sorpresa, que “el rally” sería con compañeros sorteados. La idea del sorteo fue desde un principio, divertirse, compartir con otra gente y fue un objetivo cumplido.

La travesía debía mantener una velocidad de  41 kilómetros  promedio -en un circuito  de 23 kilómetros -,que salía desde enfrente de la antigua Estación “José María Micheo” y comprendía un circuito de cinco vueltas alrededor de ella en parejas con cualquier marca y moto.

El circuito, de 11.500 metros, partía hacia el norte por el camino que va a “La Barrancosa”, entraba por el caminito alterno que pasa por “La Fátima”, antes estancia “Dos Amigos” de José María Micheo y Martín Berraondo; pasaba por la Casa de los Empleados del Ferrocarril, la manga y demás vestigios ferroviarios que datan desde el año 1895 cuando se inauguró la vía de Saladillo a General Alvear.

El circuito seguía rodeando el predio ferroviario por el camino paralelo al real hasta llegar a la esquina que va al Paraje “El Mangrullo” o “Santa Rita” para doblar a la izquierda regresando al camino que va a General Alvear paralelo a las vías, para volver al punto de partida enfrente de la Estación.

Una vez que todos comprendieron cómo se iba a realizar “la carrera”, los participantes, familias y amigos participaron de un sabroso asado hecho por los asadores Mario Severino y Jorge Caram consistente en chorizos, carne de vaca y cordero, con buen vino, jugos y ensaladas… Todo a punto en medio del regocijo y gritos generales.

A las dos de la tarde salieron a probar motores aquellos que no lo habían hecho más temprano, y también los impacientes que ya querían salir a recorrer el circuito. Si bien había llovido el día anterior y también a la noche, “la pista” no estaba muy barrosa aunque sí, bastante pesada para las motos más antiguas.

Muy educados y de buen humor, los equipos, atentos a las órdenes de Miguel Caram, se ordenaron en dos filas a los lados del camino. Comenzó la “Salida de Velocidad Controlada”, sin cronómetros: ¡Y a calcular la velocidad en las rectas para compensar las frenadas de las cuatro esquinas en 90 grados del circuito más los dos cruces de vías que pasaban sin sentir las motos más pesadas pero que eran un desafío para las más chicas!

Y llegó la final.

LOS CAMPEONES PREMIADOS

Los primeros premiados fueron los más rápidos, los que llegaron primero, pero también los que se alejaron del promedio impuesto por los organizadores. Los  impacientes, ovacionados entre risas, fueron los moteros BAUTISTA ÁLVAREZ con una ZANELLA 50 Y CARLOS FANASI de Saladillo en una  ZANELLA 200.

La clasificación ideal de regularidad era de 31’ 47’’ minutos, tiempo al que se aproximaron casi exactamente el equipo de los saladillenses que hicieron un tiempo de 31.46 minutos. La  hazaña completada con tanta precisión fue realizada por MARCELO ARGUINDEGUI de Salvador María que iba en un Gilera 200 con su compañero de Equipo, JUAN FORMAGGIO en una DKW 125.

El segundo lugar fue para una pareja alvearense con un tiempo de 31’ 39’’  para ALEJANDRO PASTORE -que iba en una AJS 500- y MARIO “CLAVITO” ÁLVAREZ con su Zanella Cecato 100.

Tercer tiempo: para el equipo de FABIÁN BRUZZA, con una MINKs 125 y TOMÁS WALLACE con una Puma 4 Cerie con un promedio de 31’31’, los dos de Alvear’.

Cuartos, con un Promedio de 31’ 23’’, OSVALDO “POCHO” DEBIASI (Saladillo) con Gilera 150 e IGNACIO ÁLVAREZ con una Suzuki 100.

En quinto lugar, con 31’ 13’’ llegaron ALEJANDRO MOBILIA (Alvear) con una ZANELLA 175 Y ROBERTO SALBUCCI (Saladillo) con  una ZANELLA 125.

El 6° lugar, para la dupla de MARIO SEVERINO (Alvear) con una GILERA 200 y ALBERTO GONZÁLEZ de Tandil con una ZANELLA 200.

Séptimos: los hermanos MARIO RÓVERE con una D.K.W 150 y EDGARDO RÓVERE en una DARMINIO 50.

Octavos: LEANDRO MORALES (Lobos) con una JAWA 350   y GABRIEL TELESCO, de Tandil, en una ZANELLA 200.

Durante la entrega de Premios, la Asociación de Motos Antiguas de Saladillo hizo entrega a sus pares de Alvear de un recuerdo armado con piezas de motos antiguas.

Todos pasaron al frente y recibieron contentos los premios consistentes en un Trofeo artesanal y una botella de vino. Para los ganadores, también las revistas “Esquina Camilion” escritas por Lis Solé, con la historia del lugar.

Cabe destacar también la presencia de los amigos de Motos Antiguas y sus familias que llevaron tortas para la tarde y en especial, la de Raúl Bertoldi, vecino del lugar y apasionado por las motos, actual dueño de la esquina que supo ser la Posta de Camilion, referente histórico de Micheo y miembro de una familia motera legendaria  en la historia de General Alvear.

En una reunión sin precedentes, la “mini” Agrupación Motos Antiguas de General Alvear, privilegió el amor motero, la camaradería y la amistad sobre todas las cosas mostrando una organización impecable y cordial.

 Una jornada brillante, de esas pocas que nos regala la vida, un sueño hecho realidad  que fue disfrutado por los presentes entre ruidos moteros, sonrisas y abrazos.