Educando al Soberano – Tema 3: Militancia y Clientelismo Político

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Antes de todo, quiero pedir disculpas por un término utilizado en mi anterior entrega, la antepenúltima palabra del último párrafo, me refiero a la palabra que empieza con P y termina con el nombre de la primera nota musical de la escala diatónica (DO). La utilice pensando que el artículo lo leerían solo personas adultas. Además, no me pareció descontextualizada, ya que fue utilizada en el Congreso de la Lengua, Rosario 2004, en donde en el Discurso Inaugural el Escritor y Humorista Roberto Fontanarrosa (a El Negro) se expidió sobre el tema.

La transcribí de una respuesta dada por nuestro actual Canciller, ante una consulta periodística. Pero para tranquilidad de este funcionario que nos representa en el contexto del mundo, la palabra empleada carece de valor semántico en la lengua de Shakespeare; que por otro lado desconoce,  pese a que el inglés es el idioma madre de la Relaciones Internacionales.

Salvado este error poco digno de un docente, entremos en el tema que intento dilucidar y diferenciar, tratado de aportarles a ustedes, jóvenes con sanas intenciones de participar en Política, algunos conceptos para tener bien presente.

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Es un tema álgido, ya que nos obliga a hablar en términos políticamente incorrectos.

¿A que llamamos Clientelismo Político?. Básicamente se trata de un intercambio “extraoficial” de favores que pueden tener distintos formatos, en donde se distinguen dos partes: un “receptor”, que es habitualmente un ciudadano que presenta necesidades no satisfechas, y por otro lado el “benefactor” que suele ser un miembro del gobierno, en funciones, o bien, que se postula para un cargo legislativo o ejecutivo.

Los formatos referidos varían, pudiendo ser el pago en efectivo por un voto, empleos, servicios (gas, asfalto, etc.), bienes materiales (que provienen del estado, es decir lo pagamos todos), etc. Al respecto, y como ejemplo, en algún momento  en nuestro país, un candidato sorteó un auto entre sus votantes.

El origen del Clientelismo se remonta a la antigua Roma, con lo cual no debemos rasgarnos las vestiduras tratando de hallar culpables, para esta práctica obscena utilizada por un gran número de agrupaciones Políticas, en donde se abusa de las necesidades de la gente, proveyendo chapas, maquinas de coser, colchones y otros bienes en épocas solamente electorales.

Los organismos que atienden y entienden las necesidades sociales deben trabajar al respecto; máxime en estos tiempos donde existen tantas urgencias expuestas. Ellas debieron atenderse antes de las campañas preelectorales.

Es triste y lamentable ver como algunos militantes que visten siempre de “punta en blanco” se ponen su jogging más viejo y sus zapatillas más baratas, para ir a recorrer las afueras del centro, y detectar las necesidades y prometer soluciones.

¿Qué es la Militancia Política?. La militancia, si bien posee muchas aristas, se reduce al compromiso de un  individuo con una determinada ideología o agrupación de personas, que se encuadran voluntariamente en los axiomas o postulados sostenidos por los distintos Partidos Políticos.

Podemos distinguir varias formas de Militancia.

Quizás la más básica sea la de “militar en las ideas”, en donde se defenderá con uñas y dientes aquella doctrina que sostiene el partido al que uno es afín, en toda discusión que pueda darse. Pueden o no estar afiliados.

Otros, desde el anonimato, participan en época de elecciones cediendo parte de su tiempo a las necesidades de las campañas electorales.

Habrá  jóvenes que militan como “proyección” de sus padres. En términos Psicológicos, la proyección es hacer “que otro haga lo que yo no pude.”

Los hay quienes obedecen a su ego, que los obliga a ambicionar una cuota de poder. Suele suceder, que en oportunidades tienen que dejar de lado algunos de sus principios, y se ven obligados a tragarse algunos sapos.

También están quienes militan con el simple objetivo de sacar algún tipo de provecho comercial, laboral o de otro tipo, con la ayuda del cargo que ocupen. 

Existen algunos que han recibido, reciben y recibirán prebendas de los Gobiernos simplemente por defenderlos.

Hay otros, que en forma innata, ven la necesidad de participar en la construcción de una sociedad mejor. Entonces estos, pueden decidirse por dedicarse a pleno a la actividad política, y dependiendo de su ego pretenderán o no su trascendencia social.

Estos mismos, pueden “estar disponibles” para ocupar los cargos legislativos o ejecutivos que su agrupación Política decida,  o bien pueden “pretender” un cargo, con un mayor grado de exigencias.

Y debe haber otros que militan creyendo que con esto se salvaran económicamente, a la vista de algunos Personajes de la Política que, empezando desde muy abajo, terminan con muchas propiedades, campos, centenares de cabezas de ganado, y otros bienes que difícilmente podrían haberse adquirido en una profesión , o un desarrollo empresario privado.

Obviamente, a veces, con la ayuda de prestanombres o testaferros, que habitualmente militan en sus propios partidos. Algunos inclusive, toman características de aves, como el Tero, que ya sabemos que tiene los huevos en otro lugar. O bien, quieren pasar inmaculados como si fueran “Carmelitas Descalzas”.

A esta altura mi enunciación, que puede tener otras miradas, sugiero responderte a algunas preguntas de autoayuda, que colaboraran en tu decisión de participar en la vida política.

¿Sos Militante o Cliente Político?, esto es importante para tu partido que debe tener en claro tus intenciones.

¿Con que tipo de militancia te identificas y que cosas estas dispuesto a ceder en pos de tu participación?, es difícil tenerlo todo en la vida.

Si participas teniendo como modelo el último ejemplo, según me parece, no sos ni Cliente ni Militante, claramente sos una persona en donde tus valores éticos y morales serán cuestionados; es decir,  prima en vos un espíritu corrupto. Las riquezas de las que puedas beneficiarte en la función pública es plata del ciudadano, de tu par, de tu vecino; porque el estado “somos todos”.  Y a no olvidar…, a la larga todos partimos desnudos para el mismo lugar.

En mí interpretación, es sano que intentes involucrarte en la vida política, que como ya lo comente anteriormente, es la base donde se fundamente nuestra vida democrática.

Siempre participa con ideas, la sociedad las necesita más en los tiempos que transcurren. Pero fíjate que el cargo que te ofrecen esté a la altura de tu capacidad. Te recomiendo ver el video Suite de los Noticieros Cinematográficos de Les Luthiers, prestando atención a quienes asumen en los distintos Ministerios.

Si es un cargo legislativo, no estés solamente para levantar la mano (de esos ya hemos tenido en todos los cargos legislativos), o para ocupar un lugar en una lista sabana. Es hora de las soluciones creativas, y hemos tenido cada uno/a que ¡¡¡ Mamma mía !!!, no se le caía una idea ni que lo colgaran de los píes.

Como siempre te digo, ojo, la gente se está avivando de las estupideces que comenten algunos líderes políticos, no sea caso que agotados de algunos des manejos, haya quienes quieran hacer una CONADEP de la corrupción y quedes pegado.

Y por último, no seas Marxista. No me refiero a transformarte en seguidor de Karl Marx, sino a seguir los preceptos de Groucho Marx (cómico de los Hermanos Marx) quien decía: “Damas y Caballeros, estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros”.