Nota de opinión sobre el cierre de la clínica Saladillo

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Como opinar no cuesta nada, y la tradición de opinadores identifica a nuestras ciudades, me tomo el atrevimiento de hacerlo, desde mi desconocimiento de las Estrategias Médicas Sanitaristas.

Ciertamente, adherir a la preocupación de los empleados de la Clínica de Saladillo que ven peligrar sus fuentes de ingreso, sustento para el desarrollo de sus familias.

Doy por descontado que los actuales propietarios, a los que desconozco, habrán tratado por todos los medios de no llegar a esta situación. De la misma forma quisiera interpretar que desde el ejecutivo local, y el cuerpo legislativo todo (concejales, diputados, senadores) sin intereses particulares, tendrán la mirada sobre el problema, en atención que esta institución

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ha servido a Saladillo y la Región como un centro de excelencia, con Médicos en Consultorios Externos y Cirujanos que han salvado la vida de miles de personas. Saladillo, en mi opinión, no puede darse el lujo de perder un Centro Médico de este tipo.

Recordando mi niñez, y el artículo publicado en Periódico Digital de Historia Local “Historia Saladillo”, nuestra localidad tuvo un Centro de Atención para embarazadas y primera edad de la infancia el “Centro Materno Infantil” ubicado en lo que actualmente es el Instituto Superior de Formación Docente, en Av. Rivadavia y J. B. Justo.

Fue cerrado durante el gobierno de facto del general Ongania en diciembre 1968, en forma intempestiva, trasladándose el material hospitalario y las internadas al actual Hospital Doctor Posadas. En un solo día se vaciaron las instalaciones.

Sostiene el artículo periodístico, que en ese año habían nacido 250 niños en este sitio. Era un centro de avanzada en esa época en cuanto a estrategia de abordaje de la situación de embarazos y la primera edad. En la actualidad, si bien el Hospital tiene excelente servicios de atención en embarazos, maternidad, neonatología, etc., en mi opinión, Saladillo no cuenta con un centro Infantil

especializado en acompañamiento de los niños en sus distintas etapas, dejando librada a las posibilidades de los padres (por razones económicas, sociales o intelectuales) el tratamiento de las contingencias que puedan sucederse en la salud de sus hijos.

Esta situación la he comentado en otros ámbitos, pero pareciera que no se entiende el concepto de que el Sistema de Salud más económico es el Preventivo; o bien, existe un criterio de “no innovar”, que en mi mirada va en detrimento de la calidad de vida de los niños y jóvenes.

En los mismos ámbitos, hice referencia que en virtud de mi experiencia docente, existen Maestros, Profesores, Orientadores Sociales y Educativos, que descubren, cada vez con mayor asiduidad, que los niños tienen problemas auditivos, oftalmológicos, de dentición y hasta neurológicos, que no han sido detectados por los padres, lo cual se da en todos los niveles de Escolaridad. Basta reunirse con los Orientadores de los distintos servicios educativos para tomar magnitud de la situación.

Lo cual muestra claramente, que por distintos motivos, algo estamos haciendo mal los padres y no existe sistema que proteja a nuestros retoños, incluyendo también a los jóvenes sometidos a la lógica del “ya son grandes”. La práctica indica que muy pocos padres nos ocupamos de la salud de nuestros hijos adolescentes.

¿Porque no pensar entonces en recuperar las Instalaciones de la Clínica de Saladillo y tratar de gestionar un marco legal para tener un nuevo Centro Materno Infantil?

Según una guía de 2012, en la provincia existen 21 centros de este tipo; algunos Provinciales y algunos Municipales. Nombra la lista el caso de Azul, Mar del Plata, Avellaneda, entre otros provinciales.

Claro, la ajustada situación económica asusta, pero los momentos de crisis también son momentos de oportunidades.

Por:

Luis Dario Nagore