Por las víctimas de San Juan

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Por Lis Solé

            Sucede que a veces pareciera que las fronteras no son tales cuando aparecen calamidades; épocas donde se vuelve a ser aldea y la solidaridad aparece sin importar cuál es la ocupación, el color de piel o el dinero que se tenga en el bolsillo tal como pasó con la presencia de una catástrofe natural como fue el terremoto de San Juan.

            El terremoto más grande en la historia argentina fue el 15 de enero de 1944 a las 20.49 horas y destruyó el 90 % de la ciudad de San Juan de 100 mil habitantes con cifras que hablan de 10.000 muertos pero cuyo número es irregular ya que, con el desorden general y el temor a las epidemias, las autoridades decidieron quemar los cuerpos de los fallecidos impidiendo su conteo. Una cifra igual o mayor de heridos movilizó a toda la población además de la impresionante destrucción casi total de la ciudad.

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LAS CAUSAS DE SEMEJANTE CATÁSTROFE

            La cantidad de unos miles de muertos fue porque en ese momento y ya de noche, la gente se encontraba dentro de sus casas cayendo sobre ellos paredes y techos que los sepultaron entre los escombros.

            San Juan era una ciudad colonial, con construcciones de barro y paja que se desarmaron con los temblores mostrando una imagen parecida a las desbastadoras Guerra Mundiales de Europa. El terremoto destruyó el 80% de la ciudad y los destrozos del sismo no se debieron a su magnitud sino que, a pesar de que había antecedentes de movimientos sísmicos, el 98% de las construcciones eran de adobe pesado. Al momento del terremoto las paredes no pudieron sostener los techos y la gente, al salir de sus casas, fueron también sepultadas por el peso de las fachadas altas de las casas que caían sobre las veredas.

            Nada quedó de la hermosa ciudad colonial y su casco histórico no fue reconstruido como hicieron los países europeos, sino que fueron demolidos y la ciudad perdió para siempre su identidad colonial.

            Sin embargo, la destrucción urbana no fue para nada comparable a la desazón y desgarro que sufrieron sus pobladores, niños que quedaron huérfanos o ancianos sin familias que fueron llevados incluso a otras provincias ya que el drama fue compartido por todo el pueblo argentino que acudió en ayuda de los damnificados.

TODOS LOS PUEBLOS AYUDARON

            El día después del terremoto el país entero no podía creer cómo había quedado la ciudad y el Estado empezó a organizar la ayuda y mientras buscaban gente entre los escombros, se organizó una campaña de Ayuda Nacional. El 16 de enero de 1944, el flamante secretario de Trabajo, Juan Domingo Perón[i], anunciaba en Cadena nacional una gran colecta para ayudar a las víctimas que en su mayoría, no tenía los recursos para resolver el problema.

            Todo el país ayudó en la reconstrucción, la gente hacía fila para dejar dinero, alimentos, ropa u organizar actividades para juntar fondos que iban desde carreras de bicis hasta donaciones de entradas a los espectáculos como en el Hipódromo. A pesar de encontrarse a miles de kilómetros del desastre, cada pueblo contribuyó con lo que estaba a su alcance y General Alvear estuvo presente en esa ocasión.

            El 19 de enero de 1944, , el comisionado Municipal Juan Carlos Giribone de General Alvear junto con el Comisario de Policía, hicieron saber al vecindario que “las personas que quieran donar dinero en efectivo” deberían depositarlo en “Banco Nación o Provincia en cuenta «Ayuda Víctimas de San Juan” a la orden del interventor nacional”. También podrían hacer donaciones de ropa y calzados y en ese caso deberían dirigirse al Comisionado y, en el caso de los dadores de sangre, había que remitirse a la Dirección de Higiene de la Provincia. La ayuda se replicaba en cada ciudad ante la arenga radial generalizada y General Alvear estaba presente.

COMISIÓN PRO VÍCTIMAS DE SAN JUAN

            Gracias a la existencia de las radios, la tragedia fue vivida en todo el país y General Alvear contribuyó con más de 4 mil pesos, una suma de mucha importancia ya que actualmente, en 2020, sería una cifra que superaría el millón y medio de pesos.

             La Comisión constituida al efecto estaba encabezada por el Comisionado Municipal que desplegó una intensa actividad y cada uno de sus miembros hizo circular una lista donde cada uno se anotaba según su parecer. En el diario “La Reacción” del 30 de enero decía: “General Alvear, cuna de buenos argentinos no debía faltar a tan honrosa cita y contribuir con su aporte y sentimiento de solidaridad en tan trágica circunstancia que enlutan hondamente a toda la República Argentina”.

EL GRAN GESTO DE JUAN ROBY

            En una nota aparte del diario “La Reacción”, el director Arredondo destaca la donación de Juan Roby, “mensual de campo de una de las estancias del partido”, quién “depositó a nombre de las víctimas de San Juan la suma de 80$, importe de un mes de sueldo de su ruda labor”.

            Juan Roby era carrero y había nacido en 1872[ii] teniendo en ese momento la edad de 72 años y lamentablemente, no aparecen más datos sobre su filiación o paradero.

            El Director señala que pareciera que el drama de San Juan “sólo hubiese conmovido al pueblo laborioso, no sucediendo lo mismo a los poderosos hasta quienes no habría llegado el eco en toda su tremenda magnitud”.

            Aparte de la subjetividad manifestada por el Director del diario, la lista de donantes fue tremendamente importante y el diario las publicó en su totalidad a medida que se iban haciendo efectivas las donaciones en la cuenta señalada para tal fin en el Banco Provincia local.

LOS DEPÓSITOS EN EL BANCO PROVINCIA.

            La cuenta se abrió con el depósito de todos los empleados del Banco Provincia que donaron un día de su sueldo formando la suma de 74,85 $. De a poco, los pobladores de Alvear fueron acercándose al banco hasta completar el 17 de febrero la suma de $4.091,85. Las largas nóminas publicadas en los diarios sirven no tanto para contribuir al “escrache” del momento sobre quiénes colaboraban o no en la colecta sino también, para conocer quiénes eran los habitantes de Alvear en el año 1945 e intentar entender la forma de pensar y actuar de una comunidad ante un desastre de una provincia lejana del pueblo y más, cuando las distancias no eran las actuales que se desvanecen con los medios de comunicación e internet.

GRAN BAILE A BENEFICIO DE LAS VÍCTIMAS DE SAN JUAN

             El 29 de enero de 1944 se realizó un baile a beneficio de las víctimas organizado por tres entidades deportivas locales: Club Unión Empleados de Comercio, Alvear Foot-ball Club y Sportivo Alvear (actual Club Deportivo Alvear). Lo producido fue depositado en el Banco Provincia. Las recaudaciones fueron: Producto puerta: 164$; Producto ruleta: 110,50$; Producto cantina: 164,20$; Donación S. Española: 60$; Donación J.J. Cazzulo: 3$ haciendo una Suma total de 501,70$.

            Los gastos del gran baile fueron por sellos y permisos (5$), pagado a E. Depietri (10,30$), La redacción (5$); María Díaz García (37,50$), a Floro A. Fittipaldi 88,55$, de luz pagaron 12,15$; S. Auts y Comp.10$; de telegramas pagaron 1,50$ y de peones 5$. A P. J. Nomdedeu se le abonó 0.90$, a la Sociedad Española 64,90$ obteniendo una suma real para donación de 260,90$.

DESAPARECIÓ EL SAN JUAN COLONIAL

            Muchos edificios del San Juan antiguo, algunos de ellos de valor arquitectónico como el Palacio Episcopal, la Casa España, la Iglesia de Santo Domingo, el Cine Cervantes y hasta la fachada de la Catedral y el Palacio de Justicia hubieran podido rescatarse como hicieron los pueblos europeos tras los bombardeos de la segunda guerra mundial. Pero imperaba un afán “modernista” y se optó por utilizar la piqueta y la topadora en lugar de conservar el patrimonio.

            San Juan no fue nunca más el mismo. Las pérdidas físicas se reconstruyeron con los aportes de toda la Nación y nuevos edificios con cimientos antisísmicos reemplazaron a las construcciones coloniales de barro y paja. Sus pobladores volvieron a levantar la ciudad pero ya su pueblo no fue el mismo.

            El terremoto no sólo modificó las políticas de vivienda sino también originó la aparición de nuevas leyes de adopción de niños. La desolación de las casas destruidas no es comparable con los cientos de niños huérfanos que fueron llevados a Buenos Aires y adoptados por familias y como aún no existía la Ley de Adopción, hubo muchas irregularidades donde no se privilegiaron los derechos de los chicos.

            Verdaderamente, la ayuda humanitaria nunca es suficiente para las grandes catástrofes encojen los corazones y marcan para siempre con angustias y miedos compartidos.

FOTOS:

  • Obras del Consejo de Reconstrucción en San Juan.

Calle Laprida al 400 y Calle General Acha casi esquina Rivadavia. Vistas tomadas el 16 de enero de 1944. Foto CeDIAP.


[i] Juan Domingo Perón inicia la campaña de solidaridad y su participación lo hace candidato a las elecciones del 17 de octubre del año siguiente, nominándose como definitivo líder político en Argentina.

[ii] Censo Nacional de 1895.