Por Pérez Cavalli | El temor del oficialismo de que, si no juega con la carta más alta que tiene, puede perder la próxima partida

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SALOMÓN DIJO QUE ÉL IBA A SER UN «HOMBRE DE PALABRA”

«Salomón en 2015 decía que iría por un solo mandato, después se rectificó y dijo dos tal vez, pero nunca tres.

Salomón y quienes lo apoyaron hicieron su campaña diciendo que tres mandatos eran un exceso. Que ‘era necesaria la alternancia en el poder` y por eso había que cambiar.

Además, había que terminar con un modo personalista de hacer política y ejercer el poder: nada de regalos, nada de placas, nada de subsidios, que no iba a andar como Papa Noel, pasado el tiempo me queda claro que fueron slogans y frases de campaña.

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Salomón dijo que él iba ser un hombre de palabra y que iba a cumplir lo que decía. (Pero) ingresará en la categoría de aquellos que predican valores y conductas que luego no cumplen, justo el que vino a modificar todo lo que estaba mal, justo el que encarnaba la pureza política.

Tal vez modifiquen la frase y digan: Tres mandatos sí, pero cuatro no. Tal vez… Tal vez… o quizás no les importe nada.»

Lo dicho anteriormente no me pertenece. Le pertenece a otro radical: un tal Carlos Antonio Gorosito.

Lo escribió el 25 de abril pasado y, hoy, después que Salomón anunciará que irá en busca de su tercer mandato, yo no puedo más que coincidir. Plenamente.

Aunque a ese análisis le falta una variable: el inocultable avance de Amaro Sarlo y el temor del oficialismo de que, si no juega con la carta más alta que tiene, puede perder la próxima partida.

Algo que igual sucederá.