Recuerdos de mi niñez, cuando mi abuelo Pedro decía: «Hoy es un día peronista!!!…»

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Por: Graciela Mariotto

HOY ES UN DÍA PERONISTA!!! Recuerdos de mi niñez, cuando mi abuelo Pedro decía: «Hoy es un día peronista!!!…»


Cualquier motivo feliz, un hermoso sol, buenas noticias, un día de risas, linda energía….todo eso formaba los días peronistas de mi niñez.
Cuando papá me llevaba a hacer acrobacias con la avioneta era el mejor día peronista!!!
Salir de la escuela y sin parar en casa, ir a nadar a la «Pileta de los patos”
hasta que se arruguen bien todos los dedos, sin salir del agua. Que gran día peronista!!!
Saltar el paredón del terreno de alguien y tirada en el pasto comer las ciruelas dulces del árbol, con Patricia Gaito, que se animaba conmigo a disfrutar de los rayos de sol entre las ramas y ensuciarnos de hojas y jugo de ciruelas. Día peronista!!!!
Los picnic de la Primavera en las Aguas Corrientes, entre altos pinos y flores de violetas escondidas, que día tan peronista!!!
Agarrar la bici y pedalear por Rivadavia hasta el fondo, pasando granjas y perderme en los campos porque el día era demasiado peronista para quedarme en casa!!
Mi abuelo Pedro, me contaba de Perón en voz baja porque estaba prohibido hasta decir su nombre.
Pero mi abuelo Pancho, se enfrentó a los dueños del molino harinero de Saladillo cuando aprovecharon que Perón ya no estaba y le quitaron todos los derechos a sus trabajadores. Él, que estaba con la patronal, cambió al bando de los abusados y los defendió porque así lo ordenaba su corazón peronista.
Los patrones mandaron matones a que lo apalearan y lo dejaron casi muerto y sin trabajo. Mi abuelo perdono a los Michelini. Yo no había nacido…
Esa historia la guardaron en un cajón, pero un día papá algo dijo y lo escuché.
Secretos de familia injustamente silenciados…No es mi estilo, lo siento, lo oscuro necesita la luz de un lindo día peronista.
Yo conocí a mi abuelo Pancho siendo carpintero, y me preguntaba por qué eligió un oficio que se le daba tan mal. Entraba en su carpintería oscura y sin talento y no me gustaba lo mal que trabajaba la madera.

Al Abu Pancho se le daban bien los huertos, eran maravillosos, él era un ser neptuniano lleno de amor y magia, no era un carpintero.
Al fin descubrí el misterio de esos feos muebles cuando conocí la historia que le arruinó la vida y lo llevó a aislarse de la sociedad.
Mi abuelo perdono a esos hijos del capitalismo, porque era peronista y amaba en vez de odiar.
Yo también amo, soy peronista, pero quiero justicia para mí abuelo.
No me entra en la cabeza que lo que hicieron los Michelini con sus trabajadores, aprovechando que sacaron un gobierno que les reconocía los derechos merecidos. Y menos lo que le hicieron al hombre que trajeron de Chivilcoy con toda su familia para que llevara ese molino, al que transformaron
en un paria apaleado.
Parece que no pagaron ese crimen. Encima mi familia vivió como una vergüenza lo que es vergüenza de ellos!!!!
Después de tantos años pude saber la verdad de mi abuelo Musumano, ese valiente, ese ser sensible al que escondieron tras la puerta …no se merecía eso.
Vivió el resto de su vida como si hubiera hecho algo malo…. No los perdono.
La vida me enseñó algo mágico: Si quiero algo de corazón, en algún momento me trae la oportunidad de conseguirlo. Por eso sé confiar, puedo esperar porque el milagro siempre viene.
Ese día peronista de justicia será de los más brillantes. Atenta, consciente, segura, lo espero.

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Graciela Mariotto