Julio López fue secuestrado junto a otros vecinos de su barrio y a través del tejido de su pulóver que le tapaba los ojos, pudo reconocer a varios de sus compañeros de la Unidad Básica, luego de eso llegó la tortura.
Su segundo secuestro, por el cual aún hoy sigue desaparecido, fue el 18 de septiembre del año 2006. Ese día a las diez de la mañana López debía presentarse a declarar contra Etchecolatz. Este juicio fue el comienzo de otros contra los represores que los organismos de derechos humanos habían reclamado durante más de veinte años. El día previo a su desaparición todo transcurrió como siempre y la noche anterior habló con la abogada y confirmó su asistencia.
Ese día su hijo Gustavo se levantó cerca de las ocho de la mañana y al ver que la puerta del baño estaba cerrada esperó creyendo que adentro estaba su padre. Luego de que la espera se extendiera demasiado tiempo, junto a su madre abrieron la puerta y se encontraron que él no estaba.
Comenzó una búsqueda desesperada por varios frentes que resultó inútil ya que López nunca apareció.
Los medios hegemónicos actuaron casi como voceros de las fuerzas policiales, repetían una y otra vez la versión de que López sólo se había perdido y muchos se quedaron tranquilos con esta versión que lo único que intentaba hacer era ocultar los verdaderos motivos de su desaparición. Desaparecerlo fue, sin duda, un intento de detener o por lo menos entorpecer o demorar los juicios e intimidar a los testigos.
A partir de entonces organizaciones de derechos humanos organizaron marchas y festivales para reclamar por la aparición con vida de Julio López. Aún hoy a Diez años todos volvemos a gritar JULIO LOPEZ PRESENTE Y PEDIMOS QUE ESCLAREZCA SU CASO. Su desaparición sólo nos demuestra la fragilidad de la memoria del ser humano porque si no recordemos la historia siempre se vuelve a repetir.
“La máquina de picar carne humana, que se alimenta del miedo y de impunidad, ¿sigue funcionando en democracia? ¿Hasta cuándo seguirá perdiéndose en los laberintos militares, policiales y judiciales la pista de Jorge Julio López, este hombre valiente que por dar testimonio fue dos veces secuestrado y desaparecido? ¿Hasta cuándo seguiremos aceptando los días sin López? ¿Se convertirán en costumbre, al paso del tiempo?”
Eduardo Galeano.
JP La Cámpora Saladillo