Mi más profundo reconocimiento a todos los que me atendieron, cuidaron y contuvieron en una situación tan difícil como la que me tocó atravesar.
No solo actuaron con rapidez y eficiencia sino que en todo momento tuvieron palabras cálidas que ayudaron a sobrepasar una situación más que dolorosa para mi familia y claro está, para mí.
Impensadamente pasé de estar de “vacaciones” a estar internada en un hospital desconocido, lejos de mi hogar y sin mucha conciencia de lo que me estaba pasando y menos aún, de lo que me podía pasar. Sin embargo con el transcurrir de las horas a la vez que iba comprendiendo la gravedad de mi situación, iba creciendo la confianza en quienes me asistían y entonces entendí, la importancia de contar en situaciones como esta con excelentes profesionales como ustedes y sobre todo, que tomen en cuenta al paciente como un ser integral, donde por momentos lo físico se funde con la angustia y la incertidumbre y donde por momentos esa angustia y esa incertidumbre se vuelve dolor físico.
Completo esta carta con un “gracias” que repetiría una y mil veces. Gracias, porque a pesar de que los recursos suelen ser escasos los multiplican mágicamente. Gracias, por haber entendido que no solo hay que saber, sino también comprender. Gracias, por tener una real vocación por la profesión que eligieron y un verdadero compromiso. Gracias, mil veces gracias.
Sinceramente, Maria Laura Guelfi
