Entrega N°1
Ewy Rosqvist-von Korff es una destacada piloto sueca. En 1962, ganó el Gran Premio Turismo de Argentina con Úrsula Wirth como copiloto y se convirtió en la primera mujer que corrió en el automovilismo argentino.
Su pasión por el automovilismo nació a temprana edad, cuando aprendió a manejar en las rutas rurales nórdicas. En 1959, 1960 y 1961 obtuvo el Campeonato Europeo y desde 1959 hasta 1962 se quedó con el Rally de Suecia Femenino. Por lo tanto, su experiencia le permitió correr en Argentina con bastante facilidad.
Las crónicas de la época rescataron un testimonio que dio cuando completó el recorrido. «Decían que no íbamos a terminar y que era muy peligroso para dos mujeres, por eso ganamos», explicó.
Junto a la copilota Úrsula Wirth, las «dos suecas» -con 32 y 29 años respectivamente- dejaron atrás a 258 varones. Ganaron las seis etapas de esta carrera de 4.624 kilómetros que recorría el centro y el norte del país y lo lograron con una ventaja de tres horas y ocho minutos sobre el segundo clasificado.
Ewy venía de ganar el Campeonato de Rally de Europa de manera sucesiva en 1959, en 1960 y en 1961. Y llegó a Argentina con su compañera y el Mercedez-Benz 220 SE número 711 pero nadie reparó seriamente en ellas. Sin embargo, ganaron la prueba por paliza: con una ventaja de tres horas, ocho minutos y 25 segundos sobre el segundo, Boris Garafulic, con Volvo, que pertenecía a otra categoría.
En seis etapas, los participantes recorrieron las provincias de Buenos Aires, Córdoba, San Luis, Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, Tucumán, Santiago del Esterio y Santa Fe, hasta la meta en Arrecifes (Buenos Aires). Y finalizaba con un viaje en caravana hasta el autódromo de la capital.
Las marcas en la carrera habían sido Volvo, Alfa Romeo, Lancia, Pontiac, BMW y Mercedez-Benz, junto a todas las locales de ese momento Kaiser Argentina, Industria Automotriz Santa Fe, Autoar Argentina, Isard, IAFA y Borgward.
El primer auto que manejó Jönsson fue un Mercedes 170 S. Luego se casó con un ingeniero «tuerca», Yngve Rosqvist, por quien adoptó el apellido que la hizo más popular y que se grabó en la caja del autito en miniatura que presentamos en esta primera entrega de coleccionismo. Comenzó a correr en pruebas para damas. Más tarde se divorció, pero no abandonó su afición.
Cuando Mercedes-Benz anunció que para el Gran Premio argentino de 1962 presentaría cuatro coches, uno de ellos a cargo de dos mujeres, muchos pensaron que se trataba de una jugada publicitaria de la casa alemana. Pero Mercedes contaba con el asesoramiento del quíntuple campeón mundial de Fórmula 1, Juan Manuel Fangio, quien valoraba sin miramientos a ambas mujeres pilotos.
Ewy dejó de competir en 1967. Sus trofeos y su coche de carreras se exhiben en el Museo Mercedes-Benz de Stuttgart.
En 2019, la fábrica de coches en miniatura Matchbox, asociada con Mercedes-Benz, sacó la réplica del Mercedes 220 que Ewy y Ursula llevaron al triunfo en Argentina, con la foto de la piloto en la caja.
La iniciativa buscó derribar los estereotipos e inspirar a las niñas a romper los roles de género. Matchbox hizo un ensayo: ofreció juguetes a varias niñas y ninguna tomó un autito. Les exhibieron a continuación un video sobre las hazañas de Ewy y entonces sí le prestaron atención al coche.
Hoy Jönsson tiene fijada su residencia en Estocolmo y ejerce como embajadora del deporte de motor para Mercedes-Benz Classic.