«Hoy despido a un gran luchador, un compañero que dedicó su vida a defender los derechos de los trabajadores municipales. Su voz fue firme en las negociaciones, su corazón solidario en cada conflicto, y su legado quedará grabado en cada conquista lograda para nuestros compañeros de la administración pública.
«A su familia, amigos y compañeros de lucha, los acompañamos en este dolor. Sabemos que ninguna palabra puede aliviar su pérdida, pero queremos que sepan que su ser querido fue un pilar en esa organización y que su ejemplo seguirá inspirando nuestra lucha diaria. hoy decimos presente con el mismo coraje con el que, junto a ti, levantamos las banderas de la Mesa Sindical de Saladillo.
Fuiste parte de esos primeros pasos, cuando la unidad era un sueño y la lucha, una necesidad. Hoy, esa mesa que ayudaste a construir sigue firme, defendiendo a los trabajadores de nuestro territorio.
Tu semilla creció, y es un árbol que da sombra a todos. A su familia y a nuestros compañeros: cuando hoy vemos a la Mesa Sindical fortalecida, sabemos que es porque hubo hombres y mujeres, que creyeron en lo imposible. Él no solo puso el hombro, sino también el corazón, para que Saladillo tuviera una voz unida.
Ese es su legado: no nos enseñó a mendigar derechos, nos enseñó a conquistarlos. Aunque ya no esté entre nosotros, su espíritu combativo seguirá siendo nuestra bandera.
¡Hasta la victoria siempre, compañero!
JULIO REYNOSO
