Costumbre popular ¿Por qué los 29 de cada mes se come ñoquis?

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Los populares ñoquis, o gnocchi provienen de una receta nacida en Italia. Cuál es el origen de la elección de la fecha y por qué se pone dinero debajo del plato.

Los argentinos tenemos la costumbre muy arraigada de comer ñoquis los días 29 de cada mes. Los tradicionales son los ñoquis de papa, aunque hay muchas variantes. Se les llama, popularmente, «los ñoquis del 29».

Pero, ¿de dónde viene esta tradición? ¿por qué se come ñoquis los 29?

La palabra ñoqui deriva de gnocchi, su nombre en italiano, plural de gnocco, cuyo significado es bollo o grumo y así se designa a unas bolitas de masa que se preparaban desde la antigüedad con harina y agua.

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Hay una versión que cuenta que San Pantaleón, el popular patrono de los enfermos, ya comía en el siglo III “los ñoquis del 29”. Puede que haya comido ñoquis o gnocchi. Pero lo que Pantaleón no puede haber comido jamás son ñoquis de papa, sencillamente porque la papa es un tubérculo de origen americano desconocido en el Viejo Mundo hasta al menos trece siglos más tarde, cuando los colonizadores españoles la importaron desde el norte de Perú en el año 1554.

Pero más allá de los ingredientes utilizados y la forma de elaboración, la historia del santo parece estar vinculada con la costumbre de poner dinero debajo del plato para atraer la prosperidad económica.

¿Qué significa poner plata debajo del plato de ñoquis?

El origen de la cábala de “los ñoquis del 29”, que se repite cada mes en Italia y también en otros países como la Argentina, Uruguay y Paraguay, está relacionado con el significado de poner dinero debajo del plato.

En el siglo III, Pantalón de Nicomedia, un joven médico y filósofo cristiano practicaba milagrosas curaciones en la región de Véneto, en el noreste de Italia. En su trayecto, un día le pidió pan a una familia de campesinos y estos lo invitaron a compartir su humilde mesa. Como agradecimiento a sus anfitriones, Pantaleón les prometió tiempos de buena cosecha y, al partir, debajo de su plato los labradores encontraron que el peregrino los había recompensado con unas cuantas monedas de oro.

Al parecer, la profecía de prosperidad de San Pantaleón se cumplió, y muchos italianos mantuvieron la tradición de celebrar ese día con una comida austera pero “potente” y ponían plata debajo del plato como símbolo de buenos deseos.

Por qué se come ñoquis los 29

Cuenta otra leyenda que la hambruna provocada en el año 1690 por una mala cosecha de trigo en un pueblito del Piamonte, en Italia, inspiró a un ama de casa a hervir papas, que mezcló con otros ingredientes y dio origen a la receta de lo que hoy conocemos como ñoquis de papa. Con este nuevo plato lograron combatir el hambre. Los pobladores comenzaron a reunirse cada 29 de junio -en las fiestas de San Pedro y San Pablo – a comer “los ñoquis del 29” en la plaza principal y agradecer la cosecha de papa.

Las monedas que recaudaban las repartían entre las parejas que habían elegido ese día para casarse.

También comían ñoquis el día 29 del resto de los meses, pero cada familia en su casa, y las monedas que ponían debajo del plato se ahorraban para comprar las papas y la harina del siguiente festejo.

El éxito del descubrimiento llevó a que, desde Italia, los ñoquis aterrizaran en otros países del mundo, aunque con distinto nombre: en Hungría se comen los spaetzle; en Austria, los Griessnockerlsuppe; en Alemania, los schupfnudeln y existen versiones similares en Rusia y en República de Eslovenia.

A la República Argentina los ñoquis llegaron con la gran inmigración italiana de fines del siglo XIX y comienzos del XX, y resultaban un “bocatto di cardinale” cuando el bolsillo apretaba el último día antes de cobrar. La costumbre se volvió gourmet en 1979, según recordó la inolvidable cocinera Blanca Cotta en una de sus columnas en Clarín. “Por aquel entonces los periodistas gastronómicos solían reunirse alternadamente en el domicilio de cada uno. El anfitrión preparaba la comida. Cuando le llegó el turno a mi querida Monona Molina, la fecha coincidió con un 29 y, como ella estaba muy bien informada de la leyenda, ¡sorprendió a los invitados con un sabrosísimo plato de ñoquis de papa! Aquella comida dio origen a un club: El Club del Ñoqui (palabra hoy un tanto desprestigiada) que, en esa época, reunía a los más prestigiosos periodistas gastronómicos. Corrió la noticia y muchos restaurantes se sumaron a la idea y anunciaron: ‘Hoy: ñoquis del 29’”, evocó la cocinera.

La tradición siguió. En la italianísima Cantina Don Carlos, de Billinghurst al 400, en Capital Federal, durante décadas tuvieron un peculiar ritual: cada mes se le entregaba “El ñoqui de oro” a algún famoso. También Mirtha Legrand los incluyó en sus almuerzos: si caen en día 29, el plato principal son ñoquis y la conductora les entrega billetes a los invitados para que los pongan debajo de sus platos, mientras los alerta con una sonrisa cómplice: “¡no se los van a llevar, eh!”

Los fanáticos de “Los ñoquis del 29” los suelen extrañar en febrero, ya que el día 29 sólo existe en ese mes cada cuatro años, cuando es año bisiesto. O sea que solo cada cuatro años, podemos llamar a nuestros amigos o salir con toda nuestra familia a comer los ñoquis en un 29 de febrero. Pero tiene un gusto muy especial, claro. Casi como un Mundial de Fútbol o unos Juegos Olímpicos, que uno sabe que no va a volver a ocurrir hasta dentro de cuatro años, muchos se apuran a reservar mesa en su restaurante preferido los años bisiestos y esperar el momento de poner los billetes debajo del plato buscando la prosperidad. Es más: cuenta otra leyenda urbana que, en los años bisiestos, la venta de ñoquis de papa se triplica en las casas de pastas.