Cuando Somos Nuestro Peor Obstáculo: ¿Quién no se ha Autosaboteado alguna vez?

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Es un hecho sorprendente: muchas veces, aquello que nos impide alcanzar nuestras metas no proviene del exterior, sino de una voz interna o un patrón de comportamiento que nos frena. ¿Por qué, a pesar de nuestras intenciones y deseos, terminamos socavando nuestro propio éxito y bienestar? Este cuestionamiento nos lleva a explorar un fenómeno tan común como complejo, que nos invita a mirar hacia adentro para entender nuestras propias resistencias.

El autosabotaje se manifiesta de incontables maneras, algunas sutiles y otras más evidentes. Puede ser esa tendencia a posponer tareas importantes hasta el último minuto, la duda constante que nos impide dar el primer paso, temor al cambio, miedo a la toma de decisiones, la búsqueda de la perfección que nos paraliza, o incluso el miedo irracional al éxito que nos lleva a boicotear nuestras propias oportunidades. No se trata de una falta de voluntad, sino de un intrincado entramado de creencias, miedos y mecanismos de defensa que, paradójicamente, nos alejan de aquello que anhelamos. Esto con el paso del tiempo se termina transformando en un círculo vicioso, donde la persona no sabe cómo actuar ya que se tropieza una y otra vez “con la misma piedra”, generando un sentimiento de malestar, impactando así en el autoestima.

El Doble Filo del Miedo: Al Fracaso y al Éxito

Curiosamente, el autosabotaje a menudo está impulsado por dos caras de la misma moneda: el “miedo a fallar” y el “miedo al éxito”. El miedo al fracaso es más obvio; nos paraliza ante la posibilidad de no cumplir con las expectativas (propias o ajenas), de ser juzgados o de experimentar la decepción. Ante esta amenaza percibida, nuestra mente puede optar por el autosabotaje como una forma de «control»: si no lo intentamos o si lo arruinamos nosotros mismos, evitamos la posibilidad de que el destino nos falle. Es una profecía autocumplida para protegernos del dolor de la derrota.

Menos intuitivo, pero igualmente limitante, es el *miedo al éxito*. Este puede surgir de varias fuentes: la preocupación por las nuevas responsabilidades que el éxito conlleva, el temor a no poder mantener el nivel, la ansiedad por el cambio que este implica en nuestras relaciones o incluso un sentimiento de no merecimiento. Algunas personas temen que el éxito las aísle, las exponga a más críticas o las obligue a salir de su zona de confort de una manera que no desean. En estos casos, el autosabotaje se convierte en un mecanismo inconsciente para mantenernos en un terreno familiar, nuestra zona de confort, lejos de la presión y las expectativas que el triunfo podría traer.

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 Nuestro Diálogo Interno: El Guion del Autosabotaje

Ambos miedos se nutren y se amplifican a través de nuestro “diálogo interno”. Esta conversación constante que tenemos con nosotros mismos es el guion que dirige gran parte de nuestro comportamiento. Si nuestro diálogo interno está plagado de críticas, dudas, comparaciones negativas o creencias limitantes («No soy lo suficientemente bueno», «Seguro que lo arruino», «No merezco esto»), es mucho más probable que caigamos en conductas de autosabotaje.

Esta voz interior puede actuar como un juez severo o un «protector» excesivamente cauteloso, susurrándonos razones para no arriesgarnos, para no destacar o para quedarnos donde estamos. Por ejemplo, si un proyecto importante se acerca, la voz interna del autosabotaje podría decir: «No estás listo», «Vas a equivocarte», o «Es demasiado bueno para ser verdad, algo saldrá mal». Escuchar y creer estas voces refuerza el ciclo de inacción y autoimpedimento.

Te regalo algunas preguntas poderosas que pueden traerte claridad a la hora de empezar a analizar tus conductas respecto al autosabotaje:

*Si el éxito y el fracaso dejaran de ser algo que temer ¿qué acción valiente te atreverías a tomar hoy?

*¿puedes identificar algún momento crucial en tu vida donde, sin darte cuenta, tus propias acciones te desviaron de un camino que deseabas seguir?

*Si vieras a algún/a amigo/a que quieres mucho tropezando con sus propias barreras, ¿cómo intentarías ayudarlo a reconocer que su mayor obstáculo no esta afuera, sino dentro de si mismo?

*Y si al que vez tropezando con sus propias barreras es a vos mismo/a ¿a qué te comprometes con vos mismo/a para empezar a cambiar esa dinámica?

Salir del autosabotaje es un proceso de autoconocimiento y cambio de hábitos que requiere paciencia y constancia.

 Como vimos, el miedo al fracaso, el miedo al éxito y un diálogo interno negativo son, generalmente, sus principales motores. Si al responder las preguntas anteriores caíste en cuentas que te estas autoboicoteando te dejo algunos pasos prácticos para empezar a desarmar estos patrones:

 1. “Reconoce y Entiende tus Patrones de Autosabotaje”

El primer paso es la “autoobservación”. Sé consciente de cuándo y cómo te autosaboteas. ¿Es procrastinando? ¿Abandonando proyectos antes de terminarlos? ¿Evitando oportunidades por miedo? Anota estas situaciones en un diario.

“Identifica los desencadenantes”:¿Qué situaciones, pensamientos o emociones te llevan a autosabotearte? Puede ser el estrés, la cercanía a una fecha límite, un halago inesperado o una nueva oportunidad.

“Revisa tu historia emocional”: A veces, estos patrones tienen raíces en experiencias pasadas. Reflexiona sobre lo que te decían sobre ti mismo de niño, o los modelos de éxito y fracaso que viste.

 2. “Desafía y Reestructura tu Diálogo Interno”(lo he desarrollado en notas anteriores pero vale un resumen).

Tu voz interior es un factor clave. Si es crítica y negativa, alimenta el autosabotaje.

“Toma conciencia de tus pensamientos negativos”: Cuando te sorprendas con frases como «No soy lo suficientemente bueno», «Voy a fallar» o «No merezco esto», detente.

“Cuestiona esos pensamientos”: Pregúntate: «¿Es esto realmente cierto? ¿Tengo pruebas de ello?» o «¿Le diría esto a un amigo que quiero?». Muchas veces, nuestras creencias limitantes no tienen fundamento real.

“Reformúlalas en positivo”: Transforma la crítica en un mensaje constructivo. Por ejemplo, en lugar de «Voy a fallar», piensa «Puedo aprender de esta experiencia, sin importar el resultado».

“Practica la autocompasión”: Háblate a ti mismo con la misma amabilidad y comprensión con la que hablarías a un ser querido. Los errores son parte del aprendizaje, no de tu valor como persona.

 3. “Gestiona tus Miedos al Fracaso y al Éxito”

Ambos miedos pueden ser paralizantes, pero puedes aprender a usarlos a tu favor.

“Redefine el fracaso”: En lugar de verlo como un final, considéralo una “oportunidad de aprendizaje”. Cada error te da información valiosa para mejorar.

“Establece metas realistas y divídelas”: Un objetivo enorme puede generar ansiedad. Desglosa tus metas grandes en “pequeños pasos concretos y alcanzables”. Celebrar cada pequeño avance refuerza tu confianza.

“Actúa a pesar del miedo”: La confianza no siempre precede a la acción; a menudo, la acción genera confianza. Empieza a dar pasos pequeños, incluso si sientes temor. «Hazlo aunque tiembles un poco».

“Visualiza el éxito (y sus implicaciones)”: Imagina no solo alcanzar tu meta, sino también lo que viene después. Si el éxito te genera ansiedad, explora esos temores. ¿Qué responsabilidades trae? ¿Cómo afectará tus relaciones? Anticipar y preparar te ayuda a desmantelar el miedo a lo desconocido.

 4. “Cultiva Hábitos de Empoderamiento y Bienestar”

Fortalecer tu bienestar general te hace más resiliente al autosabotaje.

“Desarrolla el autoconocimiento”: Un diario de pensamientos y emociones puede ser una herramienta poderosa.

“Prioriza el autocuidado”: Una alimentación equilibrada, ejercicio regular, sueño adecuado y tiempo para actividades placenteras son fundamentales para tu bienestar físico y mental.

“Busca apoyo”: Habla con personas de confianza sobre tus desafíos. A veces, una perspectiva externa o el simple hecho de verbalizar tus preocupaciones puede ayudarte. Si sientes que el autosabotaje es un patrón muy arraigado, considera buscar el apoyo de un profesional

“Celebra tus logros”: Reconoce y celebra cada victoria, por pequeña que sea. Esto refuerza tu autoestima y te motiva a seguir adelante.

Ten presente que salir del autosabotaje no es un camino lineal, pero cada paso que das para entenderte y actuar de forma consciente te acerca a una vida más plena y alineada con tus verdaderos deseos.

Piensa en lo que podrías lograr si el autosabotaje dejara de interponerse en tu camino. Si resuena con vos la idea de liberarte de esas barreras invisibles y desbloquear tu verdadero potencial, te invito a explorar cómo el coaching puede ser tu mejor aliado. Estoy aquí para acompañarte en ese viaje de auto descubrimiento y transformación. No dudes en escribirme
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Gracias por leerme.