
El 26 de mayo de 1987, se fundaba el diario argentino que cambió para siempre la forma de hacer periodismo, ese día veía la luz “Página 12”. La idea y el proyecto del diario fue de Jorge Lanata y el Osvaldo Soriano, quienes decidieron una orientación progresista.
Editorialmente, reivindicatoria de las víctimas de la dictadura Argentina y una clara intención de divulgación cultural. Uno de sus caballitos de batalla era su tapa, con un tratamiento especial, provocaba que todas las mañanas se escuchara la frase “¿Que salió hoy en la tapa del Página 12?”. Originalmente se iba a denominar ‘Repórter’, pero el nombre ya estaba registrado, por lo que lo cambiaron por el de la cantidad de páginas previstas, aunque el número uno ya salió con 16 páginas. Para este proyecto convocaron a prestigiosos escritores y periodistas de la talla de Horacio Verbitsky, José María Pasquini Durán, Tomás Eloy Martínez, Osvaldo Soriano, Juan Sasturain, Juan Gelman, Eduardo Galeano, Osvaldo Bayer y José Pablo Feinmann, entre otros. Desde un comienzo se diferenció de los demás periódicos en varios aspectos, casi no incluía policiales y todas sus notas llevaban firma. Desde sus inicios en la edición dominical se incluía un libro ‘gratis’ de la literatura universal o nacional. Cuando comenzó a crecer, el monopolio del papel prensa, manejado por los competidores ‘Clarín’ y ‘La Nación’ le bajaron el cupo de papel diario por lo que aplastaron su sueño de nacionalizar el proyecto. Aunque solo lo retrasaron, ya que luego de una batalla legal, consiguieron el aumento del cupo. Durante su existencia hubo ediciones especiales como respuesta a algún hecho puntual, tres de las más recordadas fueron cuando Carlos Menem echó a su mujer de la quinta de Olivos. El diario salió a la calle con el nombre ‘Radiolandia 12’ (nombre de una revista de chismes). Otra fue cuando el mismo Menem los trató de un ‘pasquín sensacionalista amarillista’, la respuesta del diario fue editar el periódico en papel amarillo y bajo el nombre ‘amarillo 12’. La más recordada y aplaudida fue la tapa en blanco luego del indulto a los responsables de los crímenes de la dictadura cuyo mínimo texto decía entre otras cosas: ‘Nada puede quedar en blanco, mucho menos la memoria de un país’. Los cambios de mando de fines de los 90, crisis económicas y achicamiento del staff hicieron mella en su calidad y propuesta, la bocanada de aire fresco de sus inicios desapareció y hoy es uno más de los periódicos Argentinos sin la magia de otros tiempos.