Esperadas Lecciones Paseo

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Por Lis Solé

Las lecciones paseo son y han sido esperadas por toda la comunidad escolar ya que para muchos fueron la única forma de viajar por los pueblos vecinos y conocer otras realidades. En este caso, una excursión del año 1932 protagonizada por alumnos de la Escuela N° 1 de General Alvear hacia la ciudad de Olavarría y Sierras Bayas.

Acobardado de malas noticias, de ejemplos diarios de ambición, de pobreza de espíritu o de carencias económicas siempre está bueno recordar los buenos momentos vividos y seguro que algunos de ellos fueron las esperadas lecciones paseo escolares. Aparecían de la nada, casi cuando dentro del hastío generalizado la maestra decía: ¿Qué les parece si nos vamos de paseo? Y a todos se les iluminaba el alma con un síííí largo de alegría y brazos levantados.

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Viajar es salir de la cotidianidad, vernos con otros ojos en diferentes paisajes, para descubrir una vida que vale la pena vivir y es bien seguro que el recuerdo de esas fabulosas lecciones-paseo son las imágenes que ayudan a despejar las tristezas.

EXCURSIÓN A OLAVARRÍA EN EL AÑO 1932

La excursión en cuestión tuvo lugar en 1932 y fue protagonizada por los alumnos de 4°, 5° y 6° grado de la Escuela N°1 de General Alvear que aún concurrían al hermoso edificio neoclásico que los aires de modernidad demolieron.

Nunca se dejará de lamentar la pérdida de tan tradicionales y emblemáticas construcciones alvearenses pero, sin achicarnos por esas malas decisiones, seguimos con la excursión realizada hace ya más de 90 años, el 9 de octubre, un domingo, -ya que por esas épocas las clases no se suspendían por nada-, hacia las ciudades de Olavarría, Sierras Bayas y Loma Negra con una organización acorde a esas épocas donde las actividades y horarios eran planificados y respetados casi al segundo.

La idea era conocer “las grandes fábricas allí existentes y el progreso que marcha a pasos agigantados empleándose productos extraídos de las propias entrañas de las fértiles tierras del país”.¿Cómo entender ese espíritu de progreso, esa alegría del hacer que llenaba los corazones de la gente en la década del 30 y que resbala a chorros de sus palabras?

EN COCHES PARTICULARES POR CALLES DE TIERRA

Como la ruta 51 aún no estaba, el viaje se realizó por el camino de tierra que seguía la vía y que llevaba directo a Olavarría sin las vueltas que hace la actual ruta asfaltada. De película sería poder ver esos doce autos, que salieron bien temprano, a las seis de la mañana, en su mayoría manejados por sus propios dueños, completos con los niños y maestros acompañados por la directora de la escuela, la señora Araceli De la Vega de Nomdedeu.

Hay que recordar los característicos coches de la década del 30 que “dentro de una marcha moderada y sin tener inconvenientes llegaron a la estación Crotto” que en un breve descanso, las maestras “obsequiaron a los chicos con masas, dulces y confituras que con el mayor placer fueron saboreados”.

LA LLEGADA A OLAVARRÍA

A las nueve de la mañana ya estaban en el “Parque Guerrero” donde recorrieron el actual Parque del Club Estudiantes de Olavarría, pensado y donado por don Carlos Guerrero, uno de los mayores productores de ganado Aberdeen Angus del país quién dirigió con sus amigos las obras que fueron inauguradas en 1920.  El gran parque contaba con un campo de deportes con canchas de fútbol, de tenis, velódromo, plaza hípica, un embarcadero y paseo costeando el arroyo y por supuesto, una gran pileta de natación que fue la admiración de todos los excursionistas.

A las diez en punto, salieron rumbo a Loma Negra donde visitaron la fábrica guiados por los técnicos que amablemente explicaron las formas en la que se extrae la piedra y cuál es el proceso hasta que se convierte en portland. Cuando terminaron el recorrido, los representantes de la fábrica invitaron al grupo a pasar al “Salón del biógrafo”, el cine, donde habían colocado mesas y asientos para almorzar los asados de cordero y vaca preparados exprofeso para los visitantes que por su parte habían llevado fiambres de gallina, lechón y ensaladas.

La crónica cuenta los pormenores del almuerzo así como la llegada de los postres que “eran variadísimos y lo formaban queso y dulce, naranjas, bananas, pasteles, empanadas, bizcochuelos, etc.” que fueron recibidos con “honores por los asistentes”.

LAS FOTOGRAFÍAS QUE NO TENEMOS.

Cuando terminó el almuerzo, la crónica expresa que todos los concurrentes se sacaron fotografías que lamentablemente se han perdido en Alvear pero que bien podría ser alguna de las que se ven en esta nota donde se observan a visitantes paseando por los alrededores del parque en esa misma fecha. El paseo se desarrollaba a una velocidad que hoy, teniendo en cuenta los autos que había y los caminos de tierra por los que anduvieron, parecen irrealizables. Enseguida, vinieron los saludos de agradecimiento para partir nuevamente a las dos de la tarde hasta  el pequeño pueblo cantero de Sierras Bayas.

Espectacular debe haber sido viajar en esos coches por entre las sierras y lomadas, con paisajes admirables para las miradas de chicos de Alvear acostumbrados a campos y horizontes totalmente planos. En Sierras Bayas recorrieron la fábrica San Martín, la primera fábrica de cemento del país que ya para esa época funcionaba con cuatro enormes hornos y que proveía del portland a toda la provincia y por supuesto, “a la progresista ciudad de Buenos Aires”. Al finalizar la visita guiada, pasearon por el pueblo recorriendo los barrios con chalets de los empleados y las colonias de los obreros que entre las canteras, conformaban un paisaje muy pintoresco y atractivo, demostración de progreso, inversión y prolijidad en cada detalle.

De regreso a Olavarría, visitaron la casa del Sr. Probanza, empresario dueño de grandes almacenes, que los esperaba con un lunch que fue tan rápido como completo porque todavía faltaba visitar las minas de arena.

Todo sumamente organizado y programado con la precisión de un inglés y a las siete y media de la tarde… ¡La caravana estaba de regreso en General Alvear!

UN VIAJE REDONDO DE 12 HORAS

En un viaje redondo de 12 horas, viajaron un total de 12 autos, con 50 niños y 25 adultos: 75 personas de paseo a Olavarría que fueron y vinieron sin problemas en el día, con la buena predisposición de los dueños de los coches y las donaciones de particulares como Terrabusi que donó las latas de masas, Jesús Fernández Hnos., los dulces de Maruxa y el pan que obsequió la panadería de Domingo Di Primio.

El Director del diario El Independiente, Ángel Rosales, con la escritura y diligencia de la época, se hace eco del agradecimiento del personal de la escuela hacia los padres de los alumnos, los propietarios de los coches, los choferes y a los representantes de Loma Negra que contribuyeron al extraordinario éxito de la reunión que fue acompañada hasta por el maravilloso día de primavera.

“Excursión a Olavarría y otros parajes”, así se llamaba la nota. Seguro que el recuerdo de ese día iluminaron los ojos de muchos adultos que hoy tendrían casi 100 años en un viaje que “transcurrió en medio de la mayor alegría no decayendo los ánimos ni un sólo instante».

Esas experiencias de alegría, amistad y compañerismo con preparativos y traslados quedan grabados para siempre en la memoria y fortalecen en la adversidad aún al más insensible pero además, la crónica refleja otra concepción no sólo de escritura sino también de la vida expresada en palabras que ahora producen risa si se pronuncian: extraordinario, grande, entusiasmo, alegría, deseosos, risueños, placer, caricia, obsequiar, exquisitos, merecidos honores, agradable, amena, atenciones dispensadas…

Otras épocas que parecen tan lejanas con palabras que eran expresiones de deseo y cordialidad en años donde lo formal estaba por encima de todas las cosas, en tiempos que ahora a la distancia, casi no parecen nuestros.

Fuentes:

  • Diario El Independiente del 9 de octubre de 1932.
  • Santa María, Adolfo H. Imágenes del Partido de Olavarría. Olavarría. 2012.
  • Fotografías del Archivo Personal de Adolfo Santa María.
  • Archivo histórico fotográfico de Olavarría.

Epígrafes:

  1. Excursionistas en el “Parque Guerrero” sobre el arroyo Tapalqué (hoy Club Estudiantes). Puente colgante. Década de 1930. Colección Adolfo Santa María.
  2. Visitantes en Sierras bayas a la fábrica y a los barrios de los empleados. A la derecha, los autos de la época. Fotografía Colección Adolfo Santa María.
  3. Viviendas de los empleados de la Fábrica de Cemento Sierras Bayas. Colección Archivo Histórico Municipal de Olavarría.
  4. Calle Vicente López de la ciudad de Olavarría en la década de 1930. Colección Fito Santa María.