El Ángel Sandrín recibió el cuarto duelo de las finales de la Liga Nacional entre Instituto y Boca. En otro partido que dejó a más de uno al borde del infarto, los Gloriosos lograron imponerse en la segunda mitad y llevarse el partido por 72 a 68. De esta manera, la historia quedó igualada en 2 triunfos por lado, asegurando la vuelta a Córdoba para un sexto encuentro.
Otro partido caliente en esta definición, que ya en el primer cuarto empezó a mostrar señales de muchísima intensidad. Muy friccionado, pérdidas, cortado, el juego no mostró el nivel de una final. Floja actuación del saladillense Marcos Delía, mientras que por el lado de Instituto, el alvearense Alex Negrete, si bien no estuvo como en los juegos anteriores, cumplió y ayudo para salir victorioso.
Los de Lucas Victoriano salieron a presionar desde el inicio, surtiendo un buen efecto a nivel defensivo. Empezaron a tomar ventajas en el marcador con una rotación de balón muy eficiente. A medida que pasaron los minutos fue José Vildoza quien trajo las respuestas en el Xeneize. Los dueños de casa contaron con una buena efectividad que le permitió mantener la ventaja. Pero llegaron las malas noticias para los albirrojos; ya que Aaliya (tobillo) y Copello (hombro) sufrieron lesiones que los obligaron a salir durante varios minutos.
En el segundo cuarto se mostró una mejor versión de Boca, que empezó a cerrar mejor los caminos al aro y presionó el lanzamiento perimetral, logrando bajar la efectividad de los rivales. Aparecieron los actores de reparto con puntos desde el banco (25 en la primera mitad) y el aprovechamiento de las salidas rápidas en el contragolpe.
A la vuelta de los vestuarios Instituto volvió a su defensa fuerte en la primera línea. Con un parcial de 12 – 2 pudieron volver a tomar la delantera en el marcador (47-43), obligando al cuerpo técnico de Boca a pedir minuto para frenar la catarata ofensiva de los albirrojos. Un triple de Piñero sacó del letargo a Boca, pero los cordobeses siguieron encontrando caminos muy liberados hacia el aro y siguieron estirando la ventaja. Cortando toda posibilidad de juego colectivo cerca del aro, y cortando con muchísima autoridad en la pintura, estiraron la máxima a diez (62-52) en el cierre del tercer cuarto.
Los últimos diez minutos siguieron siendo de altísimo vuelo. Ambos equipos arrancaron con nerviosismo y les costó entrar en dinámica anotadora. En el medio de la confusión, Boca logró recortar a seis, pero Instituto dejaba la sensación de que no podía escapársele este duelo en casa. Con la efectividad alejada de los ideales, los puntos de ambos costados llegaron pisando la pintura. Con un Bautista Lugarini determinante, terminaron de consolidar el triunfo que iguala la final en 2 triunfos por lado.
