Lamentablemente esto no siempre se cumple ya que existen otros “mecanismos”, violentos y anticonstitucionales para llegar al poder dejando la opinión del pueblo en un segundo plano.
Este fue el caso de muchos países latinoamericanos como por ejemplo Argentina en el año 1976, Perú en 1975, Venezuela en el 2002, entre muchos otros.
Chile no fue la excepción a este hostigamiento hacia la democracia ya que el 11 de septiembre del año 1973 el Vicealmirante de la Armada, José Toribio Merino y el comandante de la Fuerza Aérea, Gustavo Leigh planificaron y llevaron a cabo con el general Pinochet al mando, un golpe de estado contra el Presidente Salvador Allende.
A las once de la mañana del mismo día Allende le hablaba al pueblo por última vez y le comunicaba su decisión de no abandonar la Casa de la Moneda, lugar donde se encontraba desde las siete de la mañana. Las fuerzas armadas bombardearon el edificio hasta destruirlo completamente. Minutos más tarde el cuerpo del Salvador Allende fue encontrado sin vida.
No olvidamos y mantenemos el recuerdo más vivo que nunca ya que en nuestra querida América seguimos sufriendo el atropello de aquellos para los que la voz del pueblo no tiene valor alguno. Hoy más que nunca también pensamos en Brasil, en Dilma Rousseff por el difícil momento que vive la democracia en su país. No existen golpes blandos, ni pequeños, existen golpes de estados que atentan contra la libertad de los pueblos.
JP La Cámpora Saladillo