Los hoteles de José Gangoiti

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Hotel Alvear y Hotel El Argentino

            Cuando a principios del 1900 la mayor parte de la gente vivía en el campo y no se tenían autos para llegar al pueblo, la existencia de fondas y hoteles era fundamental para pasar la noche y volver al otro día a caballo o carro, en sulky o en break.

            Es por eso que en Alvear existían varios hoteles como la fonda de Del Monte/ Basterrechea en San Martín y Althabe, el “Hotel Argentino” sobre calle Mitre y Aristóbulo del Valle y el “Hotel Alvear” de San Martín y Perón, el lugar actual de la estación de servicio enfrente del Banco de la Provincia de Buenos Aires.

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            Estos hoteles fueron pasando de uno a otro dueños/ inquilinos y por eso, sus nombres son distintos de acuerdo a la antigüedad de los testimonios pero según documentos a la vista, José Gangoiti, fue el propietario de dos de esos hoteles: el Hotel “Alvear” (antes Hotel “Sollano” de Cosme Sollano y por último de Pedro Barrios, vendido finalmente a Pedro Nomdedeu en 1932) y el Hotel “Argentino”, vendido en 1947 a Francisco Solé y su esposa María Rubio actualmente en propiedad de sus sucesores.

MARÍA MANUELA URBIZTONDO DE GANGOITI

            Manuela Urbistondo, o Urbiztondo con z según los documentos, viuda de Gangoiti, fue quién heredó y vendió ambos hoteles. Manuela nació en España en 1865 y se casa en Argentina primero con Marcaida  y al enviudar, contrae matrimonio con José Gangoiti.

            José Gangoiti también era español, nacido en 1860 y ambos tienen tres hijos: José, Juana y Antonio Gangoiti Urbistondo.

            De los tres, Juana es la que queda en Alvear donde contrae matrimonio con Ángel Luis Del Monte, hijo de Pablo Del Monte, empresario que tenía una fonda en la esquina de Althabe y San Martín, hotel que supo tener en sociedad con Domingo Basterrechea.

            Antonio, nació en 1904 y se radica en Azul donde siguiendo la profesión hotelera familiar dirige el “Gran Hotel Azul S.A.” de la ciudad vecina donde también es  miembro del Rotary Club Internacional. Fallece el 19 de marzo de 1986, y al año siguiente el “Gran Hotel Azul” trae una gran placa que se coloca en el frente de la bóveda de “A. Gangoiti” del cementerio de Alvear que dice: “Antonio Gangoiti. 19 de marzo de 1987. Homenaje del “Gran Hotel Azul S.A.” a su digno director al cumplir un año de su fallecimiento”.

Para esa misma fecha, también se encuentra amurada una placa de  Rotary International donde el “Rotary Club Azul y su Rueda Femenina”, rinden homenaje a su ex integrante al cumplirse el primer aniversario de su fallecimiento.

A la izquierda de la puerta principal, hay una placa grande que se distingue de las demás que recuerda a “Josesito”, hijo de Antonio que falleció el 10 de abril de 1938; en su recuerdo  y según los empleados del Cementerio, es que la familia construye la enorme bóveda que se encuentra a la par de la Capilla del Cementerio Local, hermosa obra  de la empresa Toscano y Lattanza, constructora de la ciudad de Azul, espacio donde se encuentran los restos de la familia de Antonio incluida su madre, doña Manuela Urbistondo.

LA RIVALIDAD DE ITALIANOS Y ESPAÑOLES

            Con el matrimonio de Manuela y José, se unen dos grandes familias y dos naciones: españoles e italianos. Las asperezas de los inmigrantes fueron desapareciendo con el tiempo, pero bien es cierto que primero no se tenían muchas simpatías y bien podríamos decir que cada uno intentaba sobrevivir sin la ayuda de los otros.

            El Hotel de Pablo Del Monte se promocionaba como “Restaurante Italiano” quien se asocia en la década del 20, con Domingo Basterrechea para abrir el “Hotel Del Monte”, sociedad que se disuelve en 1929 aunque ambos siguen aunque en forma independiente, en el rubro Hotelería y Restaurant.

HOTEL “ALVEAR” frente a la PLAZA PRINCIPAL

            El hotel tenía su puerta principal mirando a la plaza con una ochava pequeña de 2,95 metros, mucho menor a la actual ochava reglamentaria y cubría una superficie total de 624 metros cuadrados con un galpón de 133 metros cubriendo un total de 757 metros cuadrados cubiertos.

            La construcción finalizó en 1889 y tal como se acostumbraba en esa época, internamente el hotel tenía galerías  que rodeaban el edificio. Al entrar, estaba el comedor grande y espacioso por el cual se accedía al interior, que bien se podría decir al exterior porque todas las habitaciones daban a galerías externas.

            El hotel tenía dos grandes patios separados por un ala central también con habitaciones con la ventana a la calle y del otro lado la puerta hacia los corredores tan característicos de las construcciones de principios de siglo.

            En total el hotel tenía 16 habitaciones y sólo dos baños, una cocina y el salón comedor que también era boliche de unos 40 metros de largo en forma de L.

            Este era un edificio de grandes dimensiones con casi el doble de construcción que el hotel de la calle Mitre y al fallecer José Gangoiti, Manuela lo vende a Pedro Juan Nomdedeu en 1932.

HOTEL EL ARGENTINO

            Este hotel se encontraba en la intersección de las calles Mitre y Aristóbulo del Valle a dos cuadras de la estación del ferrocarril, ubicación privilegiada porque captaba a todos los que bajaban de los trenes.

            Según detalles de Catastro, el hotel fue construido antes de 1925 y se supone que ha sido más o menos en 1897, año en que llega el tren a General Alvear y el pueblo se da vuelta hacia la estación.  En el año 1925, fue refaccionado por encontrarse en regulares condiciones teniendo ya treinta años de vida. Siempre estuvo destinado a ser un hospedaje, sito sobre un solar de 43,30 metros cuadrados donde se levantaba la construcción de 437 metros cuadrados más un galpón de 112 metros sobre la calle Aristóbulo Del Valle.

            El 10 de junio de 1932, el hotel pasa por herencia a su esposa María Manuela Urbistondo de Gangoiti que lo vende en 1947[i] a Francisco Solé y a partir de 1961, queda a nombre de María Rubio de Solé y Sucesores.

            El hotel cubría la mitad del solar con el comedor sobre la calle Aristóbulo del Valle con una superficie de casi 150 metros cuadrados. Las habitaciones, con ventana a la calle Mitre, tenían rejas y daban a la galería central donde se encontraba un aljibe y del otro lado, más habitaciones con baños compartidos al final del pasillo cubierto. Contaba con 11 habitaciones, 3 baños, una cocina y el comedor, además del salón local/ negocio y el taller o depósito.

            Una curiosidad, ambos hoteles tenían en la puerta un Buzón para dejar las cartas.

            Hoteles alvearenses. ¡Cuántas historias de inmigrantes que pasaron por ellos! Gente que bajaba de los trenes para volver a irse y no volver jamás o familias de campo que venían por las compras o algún festejo y dormían en sus habitaciones.

            ¡Cuántas fiestas, cumpleaños y casamientos que vieron sus muros!

            Caras sonrientes o tristes. Penas o alegrías.

            Épocas donde Alvear tuvo una decena de hoteles, fondas, albergues y pensiones que denotaban mucho flujo de gente en un pueblo que progresaba día a día.

“Hotel Alvear”, finalizado de construir en 1889 en el centro de un pueblo aún sin estación de ferrocarril y con 16 habitaciones. Arriba de la puerta de entrada dice: “Hotel Alvear. Pedro Barrios” y adelante, se ve el infaltable Buzón de Correo.. Año 1939.

“Hotel Argentino”. Seguramente construido a fines del 1800, posiblemente con la llegada del ferrocarril en 1897, con su excelente ubicación a dos cuadras de la estación. En 1925 fue refaccionado. Tenía 11 habitaciones y tres baños y el agua se aseguraba con los característicos Molinos de viento. Año 1939, todavía con el pueblo sin calles asfaltadas.

Manuela Urbistondo de Gangoiti hereda al fallecimiento de su esposo José, los dos hoteles que vende a Francisco Solé y a Pedro Nomdedeu.


[i] Gangoiti fallece en 1830 y su viuda, Manuela Urbistondo, primero vende el hotel Alvear en 1832 a Pedro Nomdedeu. Se queda con el Hotel Argentino hasta 1947 que lo vende a Francisco Solé. En ese lapso, el Hotel pasa por diferentes manos por eso, en 1947, cuando llega Negrita Vilches era el hotel de Peredo.