
CRECER DESDE EL PIE
Por Lis Solé
“Serpentinas de mi raza”, espectáculo coreográfico presentado el 27 de septiembre en el Teatro Marconi de Saladillo, es el resultado de veinticinco años de crecimiento sostenido basado en el compromiso de Hernán Calcaterra, su esposa Alfonsina Rinaldi junto y el Grupo Coreográfico Saladillo.
Durante una larga noche de folklore, cada cuadro y presentación demostró la dedicación de mucha gente que con pasión, dejó horas de su vida ensayando, practicando y siguiendo el sueño de un Director que no para de sorprender con sus producciones.
Crecer desde el pie es el decir de Hernán, el fiel reflejo de su constante hacer; ese hacer que contagia a los que se animan a ser parte del grupo de danzas que lidera. Con su alegría y constante sonrisa, seguro ha podido salvar los cientos de obstáculos que ha debido enfrentar durante todos estos años, sobreviviendo con gran esfuerzo a cada uno de ellos.
Esas ganas de hacer se vieron representadas en cada uno de los bailarines que con concentración y mucho esfuerzo demostraron que con empeño y amor por la danza, guiados y acompañados por la garra e impulso de sus profesores, se puede armar un espectáculo de primer nivel, orgullo para los saladillenses y toda la región.
“Serpentinas de mi raza” trasciende. Toca a cada uno ancestralmente, llega a cada inmigrante, a los sones del campo y la guitarra, a las danzas criollas del ayer, a las de los abuelos que vinieron con esperanza, -no de hacerse ricos porque con trabajo una vida no alcanza-, sino para dejar hecho haciendo posible lo que somos, un crisol de razas reflejadas en cada danza.
Con una organización impecable, sin baches, el arte despertó las almas de un público que acompañó con palmas y estuvo atento hasta el último minuto.
El vestuario, la coreografía, el uso del escenario, el apuro por los cambios, la precisión de las entradas, la sonrisa bien puesta y un vestuario preciso y colorido revelaron el buen gusto, el ensayo constante y el estudio cuidadoso de la historia de cada interpretación.
Fueron más allá de lo técnico. Abrieron sus corazones, liberaron almas.
Brillaron.
Una noche donde las miradas y la sonrisa de los bailarines se mantuvieron intactos durante toda la noche transmitiendo emociones que seguirán resonando en cada uno de los que tuvimos el privilegio de estar presentes.
Verdaderamente, la historia cobró vida en cada pañuelo y el Grupo de Danzas del Profesor Calcaterra lo demostró recordándonos una vez más que, cuando se baila, no solo danzamos sino también decimos quiénes somos.
¡Felicitaciones a todos los participantes! ¡Fue una noche maravillosa de luces, alegría y color! Realmente, hicieron despertar no solo aplausos sino también pasión y emoción por la danza. Todo para amar, cuidar y valorar.
¡Felicitaciones Profesores! ¡Felicitaciones Hernán y Alfonsina!
Gracias por reivindicar nuestras raíces, tan distintas, tan complejas y que nos identifican en el mundo entero.


