“Si este hombre se hubiera comportado correctamente al manejar, Sole hubiera llegado a Saladillo a cenar”

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Posiblemente muchos de ustedes se hayan enterado por este mismo medio del hecho ocurrido en el Puente «Las Garzas», en Lobos, el pasado jueves 7 de septiembre en el que perdió la vida Soledad Lázzaro y sus acompañantes Virginia Perales y Marina Urbano resultaron con importantes lesiones.

 

Posiblemente también muchos de los que la conocían se hayan sentido apenados pero después de unos días hayan seguido con sus vidas normalmente, porque así es el curso de la vida.

 

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Nosotros somos la familia de Soledad y como podrán imaginar, no podemos retomar nuestras vidas normalmente. Nuestra vida se interrumpió y cambió radicalmente porque perdimos a Sole, a nuestra hija, sobrina, hermana, tía, prima, pareja, nuestra amiga.

 

Para nosotros Sole no es un número más en las estadísticas, no puede volverse solo eso. Para nosotros era una mujer cariñosa, simpática, amante de los animales, de los niños y de la vida. Y alguien se la arrebató. Y el dolor que sentimos por su pérdida y por las circunstancias en que se fue de este mundo, no se lo deseamos a nadie.

 

 

 

Porque Sole no fue víctima de un accidente.

 

Sole viajaba de Saladillo a Buenos Aires, ida y vuelta, por lo menos tres veces por semana. Tenía muchísima experiencia manejando, y además, era muy prudente. ¿Qué opción tuvo frente a un hombre que decidió pasar a un camión a 170 kilómetros por hora en un puente con barreras inquebrantables a los costados?

 

Y el hombre que provocó este choque salió caminando del auto inmediatamente después del hecho, salió caminando del Hospital ese mismo día y, finalmente, salió caminando de la Comisaría.

 

Esto no es un accidente. Un accidente es un suceso imprevisto ¿A ustedes les parece que esto no pudo preverse de algún modo? Nosotros entendemos que sí, que se pudo prever, y creemos que la sociedad en general -que cualquiera con sentido común- entiende que este choque pudo ser evitado por el conductor del auto que se le cruzó a Sole y la dejó sin opciones.

 

En principio, pasar a otro vehículo en determinados lugares (como por ejemplo un puente) está prohibido por la ley y, por si fuera poco, hay pintada entre los carriles una línea amarilla brillante que te lo recuerda. Ir en la ruta a 170 kilómetros por hora también está prohibido. Es decir, si este hombre se hubiera comportado correctamente al manejar, Sole hubiera llegado a Saladillo a cenar, y nosotros hoy no estaríamos pidiendo justicia para honrar su memoria.

 

Nada nos va a devolver a Soledad, pero lo único que nos queda es honrar su memoria y defender su humanidad.

 

Sabemos que en casos de «accidentes de tránsito», cuando existen lesiones o muertes, quienes resultan responsables no reciben ningún tipo de sanción porque las penas son cortas y no se cumplen efectivamente, pero en esta oportunidad no se trata de un mero homicidio culposo. Acá hay una mayor responsabilidad y creemos que esto salta a la vista. La actitud que este hombre tuvo en la ruta, es asimilable a la de alguien que de manera ebrio o que está corriendo una picada. Es una actitud temeraria, violenta, egoísta. Este hombre debió representarse que con esa actitud podía llegar a lastimar a alguien y modificar su conducta.

 

En cambio, este hombre tuvo la vida de una persona en sus manos, y decidió quitársela.

 

Su opción, su sola decisión, dejó sin opciones a alguien más.

 

Ya no tenemos a Sole con nosotros, pero estamos decididos, tenemos la misión de honrar su memoria, creemos que el medio para hacerlo es la justicia. Como familia y como ciudadanos, no podemos permitir que este tipo de delito quede impune.

 

Queremos confiar en la Justicia, desde ya, agradecemos especialmente al Fiscal Sarramone quien comparte nuestra visión del suceso; Desde el primer minuto nos contuvo y está impulsando la causa para lograr, esperamos, una condena ejemplar. También agradecer a todo el equipo de trabajo, y a la doctora Andriuolo que, junto al Fiscal, se quedaron trabajando hasta muy tarde. Por último también agradecemos a todos los que nos apoyan día a día y nos traen cada vez más pruebas para que la persona culpable pague, por quitar una vida inocente.

 

 

 

Muchas, muchas gracias de corazón.

 

Familia Lázzaro, Familia Perales y Familia Urbano.