
En la vida, como en el deporte, es fácil caer en la trampa de ver el “error” como un fracaso rotundo. Nos frustramos, nos criticamos y, a veces, hasta nos paralizamos por el miedo a equivocarnos de nuevo. Cada pase fallido, cada tiro desviado o cada error en una jugada estratégica, a menudo se viven como una catástrofe personal. Pero, ¿y si cambiáramos de perspectiva? ¿si te dijera que el error es en realidad uno de tus aliados más poderosos?. Desde la perspectiva del coaching, el error no es el punto final de un camino, sino una “parada estratégica” llena de información valiosa, una oportunidad invaluable de aprendizaje.
En el Trail hay una frase muy utilizada «El obstáculo es el camino», reflejando la idea de que los desafíos y dificultades que se presentan durante una carrera o en la vida, en realidad, son oportunidades para crecer, aprender y fortalecerse.
Desde esa perspectiva,y dentro del ámbito deportivo, pensemos en un penal errado, una pelota perdida en medio campo o un saque de vóley que se va fuera. La reacción instintiva es la desilusión. Sin embargo, un deportista mentalmente fuerte, con la guía adecuada, transforma esa emoción en una pregunta constructiva.
Por ejemplo:
¿Qué puedo aprender de ese error?
¿Qué ajuste necesito hacer en mi técnica o en mi estrategia?
¿Qué habilidad especifica debo entrenar para que esto no se repita?
Al hacerse estas preguntas, el deportista, no se detiene en la culpa, sino que activa un proceso de análisis y mejora; donde el error se convierte en un feedback directo y poderoso que señala el camino para pulir habilidades, ajustar decisiones tácticas y fortalecer la mentalidad. Aquí el coach deportivo acompaña al atleta a analizar lo que sucedió, reconocer sus fortalezas para superar ese momento y a diseñar un plan de acción claro y enfocado. Con práctica, a través de distintas herramientas, el deportista aprende a separar la emoción del evento, permitiéndole ver el fallo como un dato objetivo sobre el cual trabajar, en lugar de un veredicto personal.
Ahora bien, fuera del ámbito deportivo, la trascendencia del error, tiene el mismo poder en nuestro crecimiento.
Imagina que estás intentando un nuevo emprendimiento, o quizás buscando mejorar tus relaciones personales. Es casi inevitable que te encuentres con obstáculos y cometas errores. La clave no está en evitarlos —porque son parte inherente del aprendizaje y crecimiento— sino en “cómo los interpretas y qué haces con ellos”. Sobre esa interpretación, es donde tenes el poder de elegir cómo pensar, cómo observar lo sucedido y a vos allí inmerso.
El coaching nos invita a cambiar nuestra narrativa interna sobre el error. En lugar de decir «fallé», podemos preguntarnos:
- ¿Qué aprendí de esta situación?
- ¿Qué hice que no funcionó como esperaba?
- ¿Qué podría hacer diferente la próxima vez?
- ¿Qué recurso o habilidad necesito desarrollar para superar esto?
Al hacer estas preguntas, transformamos la autocrítica destructiva en *curiosidad constructiva. Aquí también el error se convierte en un *feedback invaluable, una señal que te indica que necesitas ajustar el rumbo, probar una nueva estrategia o adquirir una nueva herramienta.
Un coach te acompañaría a identificar los patrones que te llevaron al error, a reconocer tus fortalezas que te ayudarán a superarlo, y a diseñar un plan de acción concreto para avanzar. Te ayudará a despegarte de la emoción negativa asociada al error y a enfocarte en la oportunidad de mejora.
Enfrentar tus errores, tanto en la vida como en el deporte, con esta mentalidad no solo te permite crecer y evolucionar, mejorar tu rendimiento y habilidades deportivas, sino que también fortalece tu *resiliencia y forjar tu carácter. Cada vez que te levantas tras un tropiezo, aprendes y ajustas, estás construyendo una base más sólida, estas construyendo la fortaleza mental necesaria para afrontar la vida o la competencia y sus desafíos que inevitablemente surgirán. Así que la próxima vez que te encuentres frente a un error, recuerda: no es el final, no es una derrota, es una *gran oportunidad para aprender, mejorar y, finalmente, trascenderlo.para alcanzar tu máximo potencial.
La capacidad de aprender de un error, pero luego soltar la carga emocional y seguir adelante sin arrastrar la frustración, es una habilidad esencial y que todos podemos entrenar. Es algo que en el ámbito deportivo, a menudo llamamos tener “memoria de pez” para lo que no suma, y “memoria de elefante” para las lecciones aprendidas.
En la próxima entrega, profundizaré en esta poderosa herramienta mental y exploraremos cómo desarrollar “tu propia memoria de pez” para optimizar tu rendimiento deportivo y/o tu bienestar general. ¡No te la pierdas!.
Gracias, siempre, por leerme. Los abrazo
Ema
@emack38
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¡Tratate bonito!. No te olvides que es de adentro hacia afuera. Que no es lo que sucede lo que define cómo pensamos. Que nuestra mente es como un jardín, nuestro propio jardín, y somos nosotros/as los/las que elegimos cómo y qué cultivar en él.