
A medida que nos acercamos al final del año, es inevitable sentir cómo el ritmo ajetreado de los meses se acumula. Entre plazos de trabajo, compromisos sociales, y la lista interminable de tareas cotidianas, nuestra mente se convierte en una central de operaciones que rara vez se detiene.
En este contexto de constante demanda, es fácil olvidar una verdad fundamental: nuestra energía mental no es ilimitada. Al igual que un teléfono, nuestro cerebro tiene una batería que se agota si no se recarga. Sentir irritabilidad, falta de concentración o ese cansancio que ni el café quita, no son signos de debilidad, sino las claras señales de que tu batería mental está en números rojos y exige una pausa.
Es momento de dejar de forzar el interruptor y, en cambio, aprender a gestionar y proteger ese recurso tan valioso.
Si te pido que marques del 0 al 100 el % de tu batería mental ¿ dónde la situarías en este momento?
Nuestro bienestar es clave para poder afrontar el día a día con relativa normalidad, tanto el cuerpo como la mente deben estar preparados ante los distintos rompecabezas de la jornada. Sin embargo la mente, es un elemento que suele no tenerse tanto en cuenta, siendo que es uno de los pocos, por no decir la única, que interviene en todo ¿te lo pusiste a pensar?. Interviene en tu manera de mirarte y observar el mundo, en cómo interpretas lo que sucede en él y en vos, en cómo sentis y te moves, en cómo actuas y decidís, durante todos los días de tu vida.
Ahora para lograr ese bienestar es importante conocer aquello que me desgasta esa batería, que consume mucho de mi energía, y lo que me la recarga.
No te pasa sentir que inicias el día espléndida/o, al 100%, y en la medida que va transcurriendo tu jornada esa batería va bajando? Sí, eso nos pasa a todos, es como el celular, por el sólo hecho de estar encendido consume batería, y dependiendo de su “uso” ese consumo puede ser más abrupto o más lento; y si no lo recargamos llega un momento en que entramos en ese “20% o 15% en rojo” donde suele salir nuestra peor versión, y lo más probable es que suceda en casa, con nuestros seres más queridos, estamos más impacientes, irritables, tratamos mal a los demás, no sentimos menos resolutivos, con menos claridad, comemos cosas que sabemos nos hacen mal, la lista puede llegar a ser bastante extensa. La vida, no nos avisa con una alarma estridente cuando nuestra batería mental esta baja, por eso es importante descubrir ¿qué te consume la batería? ¿Cuáles son tus factores de estrés? El tráfico? Leer los correos electrónicos? Controlar las cuentas bancarias? Hablar con tu vecino? O con tu cuñado? Ser aprensivo?
A lo largo del día podemos introducir pequeñas rutinas que ayudan a recargar nuestra batería, por ejemplo: la naturaleza, el deporte o la actividad física, (siiii el movimiento) y el aburrimiento.
Cuando el mundo parece llevarme a mil por hora, y mi mente se convierte en un torbellino, sé que mi energía mental caerá abruptamente, entonces si no puedo salir en zapatillas a practicar mi deporte favorito, me siento un ratito al sol y busco llevar mi mente a mi cuerpo, conectar con mi respiración, sentir el calorcito del sol en mi cara, mis apoyos en el suelo, busco escuchar el viento, o los sonidos del ambiente; y por arte de magia mi mente deja de apurarse, se calma y la recarga de energía empieza a suceder.
A veces solo necesitas salir al jardín, o a un parque para que tu mente respire.
La naturaleza no solo calma, también recarga de nueva energía tu mente y te hace ver la vida con otros ojos.
No podemos ver el autocuidado como un lujo, sino como el mantenimiento esencial de nuestra herramienta más valiosa: nuestra mente.
Estamos a una pausa de distancia para mantener nuestra pila mental en porcentajes que nos hagan sentir mejor, que contribuyan en nuestro bienestar y lleven a nuestro cuerpo y nuestra mente a un andar cotidiano más liviano y apreciativo, encontrando nuestro propio ritmo; lo que va a repercutir en nuestro entorno positivamente, iniciando un lindo círculo de recarga energética. Porque al final, la verdadera maestría de la vida no está en aguantar hasta el 0%, sino en aprender a desconectar y recargar antes de que sea demasiado tarde.
Si ya sabes el % de tu batería mental :¿qué actividad, tarea o pensamiento te ha drenado mayor energía recientemente? ¿Cuál es la cosa más pequeña que podrías hacer ahora mismo para recargar al menos un 1%?
Si esta reflexión resonó contigo, y estás lista/o para pasar de la simple observación o la acción estructurada, te invito a trabajar juntos.
El coaching es el espacio para diseñar el cargador que tu vida necesita.
En nuestras sesiones, no solo identificaremos qué actividades te están drenando hasta el 0%, sino que:
- Definiremos tu «carga óptima»: ¿Cómo se ve tu vida cuando la batería está al 80%?
- Diseñaremos un «plan de mantenimiento»: Crearemos rutinas y estrategias concretas para defender tu energía de los ladrones de tiempo y estrés.
- Aprenderemos a poner «limites de voltaje»: Entenderemos cómo decir «no» sin culpa, protegiendo tus recursos mentales.
Si quieres pasar de simplemente sobrevivir al día a diseñar una vida con energía sostenida, conversemos. Para agendar una sesión y empezar a trabajar en ti mism@ escribime al WhatsApp +5492345418981 o visita en IG @emack38, juntos podemos descubrir la versión más fuerte y auténtica de ti.
Gracias, siempre, por leerme. Los abrazo
No te olvides que es de adentro hacia afuera. Que no es lo que sucede lo que define cómo pensamos – miramos. Que nuestra mente es como un jardín, nuestro propio jardín, y somos nosotros/as los/las que elegimos cómo y qué cultivar en él.








