
Cambia tus creencias y cambiarás tu vida
“El único poder que tenemos como seres humanos es el poder de la perspectiva, y poder cambiarlo es un super poder que todos poseen” – Jeremy Renner (actor de Marvel, post su recuperación)
¿Escuchaste hablar de las creencias limitantes? ¿Qué consideras que son?
“algo que pensas,´crees´, que funciona como obstáculo en tu camino, que no te deja avanzar” respondió mi hijo de 11 años. No estaba tan alejada su manera de mirar, ¿no?
Todos tenemos creencias que determinan nuestras decisiones, comportamientos y perspectivas. Algunas creencias nos fortalecen, mientras que otras, conocidas como creencias limitantes, nos frenan, nos condicionan. Estos pensamientos profundamente arraigados suelen surgir de experiencias pasadas, condicionamientos sociales (sólo porque siempre fue o se hizo así) o miedos, sin detenernos a pensar si tienen sentido.
Las creencias limitantes son pensamientos subconscientes que restringen nuestras capacidades. Suelen manifestarse como dudas sobre uno mismo, síndrome del impostor o miedo al fracaso. Algunos ejemplos comunes son:
«No soy lo bastante bueno/a para lograr mis objetivos».
«Soy demasiado viejo/a (o demasiado joven) para hacer un cambio».
“el éxito es para algunos/as pocos/as”
Desde la rama de la psicología, estas creencias, son pensamientos inconscientes que alimentan/ refuerzan patrones de pensamientos negativos. Y el punto acá es que a nuestra “mente” le encanta confirmar las creencias existentes, aunque sean falsas. Esto es lo que se conoce como “sesgo de confirmación”, por eso nos cuesta tanto cuestionar nuestras suposiciones negativas. Porque como a nuestra mente siempre le gusta “tener la razón”, ella va a buscar la manera de filtrar, distorsionar la realidad para validar esa creencia. Te lo cuento con un ejemplo:
“tenía la creencia de que no puedo correr rápido”, porque en mi época de secundaria siempre entrené la resistencia y no la velocidad de carrera, porque un profesor me dijo que no era buena corriendo rápido (experiencia). Entonces, cada vez que me plantaba ante una pista de atletismo, o ante una práctica de velocidad me decía “pero si a mi no se me da esto de la velocidad”, “no soy buena en esto” “para qué lo voy a hacer”(Creencias). Y parada en ese lugar no buscaba hacerlo, encontraba excusas, lo hacía a medias sin dar todo de mí (acción condicionada por la creencia) …¿Obtenía algún resultado distinto? Claramente no, como no trabajaba o entrenaba eso desde otra perspectiva mis resultados en la pista seguían siendo los mismos (resultado congruente con la creencia) Y al sacar los mismo resultados mi mente me decía “Ves, la velocidad no es lo tuyo” “para qué venis a la pista” (refuerza la creencia). Aunque esta creencia me aleje del objetivo que busque conseguir tendemos a querer tener razón, la mente una vez que ha programado esta creencia funciona en piloto automático, filtrando y distorsionando la realidad, buscando que la información que recibe valide esa creencia. Por eso puedo tener otras experiencias que validen que sí puedo correr más rápido, que si no logré detectar y cuestionar la creencia, la mente me llevará a devaluarlas y a distorsionarlas ya que no van acordes a esa creencia.
Lo que busco con este ejemplo, que te habrás dado cuenta es personal, de mi ámbito deportivo, adviertas cómo esto puede condicionar totalmente nuestra vida, nuestra manera de mirar y de vernos. Cómo solos/as nos podemos estar robando miles de oportunidades.
Es importante animarnos a cuestionar la lógica que subyace a las propias creencias, hacernos preguntas poderosas, detenernos a pensar si aún funcionan o si son una barrera invisible que limita nuestro crecimiento. Siguiendo con el ejemplo unas buenas preguntas serían ¿Qué pruebas apoyan esta creencia? ¿Recordas alguna experiencia donde hayas corrido rápido? ¿Qué habilidades puedes desarrollar/entrenar para lograrlo? ¿De qué manera esta creencia te sirve o te limita? ¿Qué le dirías a un amigo/a que se enfrenta al mismo reto’. Este tipo de proceso ayuda a las personas a ver alternativas de acción y a abrir su mente a nuevas posibilidades.
Es cierto nuestro cerebro está programado para repetir patrones de pensamiento familiares. La buena noticia es que, la neuroplasticidad -la capacidad del cerebro para reorganizarse y formar nuevas conexiones neuronales- demuestra que podemos remodelar nuestras creencias mediante la práctica intencionada, el cambio de una mentalidad fija («no soy capaz») a una mentalidad de crecimiento («puedo aprender y mejorar»). Osea, el poder de cambiar de perspectiva también está en vos.
Te comparto dos técnicas más de coaching, aparte de las preguntas poderosas que te mencioné párrafo arriba, para que te animes y empieces a trabajar sobre tus creencias limitantes
- Diario y reencuadre del pensamiento Anotar las creencias negativas y replantearlas activamente ayuda a cuestionar su validez. Por ejemplo:
Creencia limitante: «Siempre fracaso en las cosas nuevas».
Pensamiento reformulado: «Cada vez que lo llevo a cabo cosas nuevas me enseñan algo valioso». - El método «Y si…» Esta técnica consiste en cuestionar los peores escenarios y explorar las mejores posibilidades. En lugar de temer el fracaso, planteate:
«¿Y si tengo éxito más allá de mis expectativas?».
«¿Y si aprendo algo valiosísimo de esta experiencia?».
Las creencias limitantes pueden ser un obstáculo importante para el crecimiento personal y profesional, pero no son permanentes. A través del coaching, y de otras herramientas, las personas pueden cuestionar sus patrones de pensamiento, replantear sus perspectivas y desarrollar una mentalidad resistente, más flexible, y orientada a su propia búsqueda.
Ahora que ya sabes como funcionan las creencias limitantes ¿Cuántas oportunidades perdiste por no animarte a cuestionar cómo pensabas?¿ por no cuestionar lo establecido? ¿Cuántas veces no te animaste a desafiar una regla por miedo al qué dirán?¿Qué pasaría si te animas a hacerlo diferente?
La clave está en hacerte preguntas. Salir del piloto automático y desafiar lo que damos por hecho puede abrirnos puertas que ni imaginamos.
¿Te animas a cuestionar alguna creencia que venís arrastrando? Déjame tu comentario que gustosa te leeré.
Gracias por leerme, los abrazo
Ema
@emack38
+5492345418981 (WhatsApp)
De regalo te dejo un nombre, googlea Cliff Young, el granjero Australiano, y sacá tus propias conclusiones