Una pandemia inesperada, medidas históricas y La Mañana obligada a cambiar

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El coronavirus nos trajo dos velocidades impensadas hace días. La de la vida pública, nunca antes en la historia tan veloz para la ciencia y su necesidad de encontrar una vacuna contra el virus; y la de la vida privada, nunca antes tan lenta y con un aislamiento que, aunque cueste, es el mejor antídoto contra la enfermedad.

El número de contagiados y de muertes en el mundo permitió a la Argentina adelantarse para impedir que la curva de pacientes crezca sin control, y el Gobierno nacional decretó una cuarentena que está cumpliéndose. Con excepciones para algunos rubros, y también con algunos individuos que se creen intocables y no respetan lo dispuesto, poniendo en peligro sus vidas y la del resto.

La pandemia, como tema de salud sino también como fenómeno social, no tiene precedentes. Nos ha tomado de sorpresa, y obligado a cambiar nuestra rutina. La noche del jueves nos quedó la edición finalizada pero optamos, por primera vez en la vida de La Mañana, por no imprimir los ejemplares hasta no conocer en detalle qué podía hacerse y qué no.

Los medios gráficos están exceptuados de la cuarentena, cumpliendo los recaudos, porque la gentedebe estar informada. La situación mereció un profundo debate entre los que hacemos el diario y decidimos que, pese a la necesidad de ingresos mientras sobrellevamos una grave crisis económica por la que hemos puesto en venta el edificio de la empresa pero no el medio de prensa, la vida está primero.

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No es justo que algunos respetando el “nos quedamos en casa” puedan trabajar desde una computadora, pero los canillitas, por ejemplo, recorran las calles dejando diarios en casas de familia, comercios -la mayoría cerrados- y kioscos. “Nos cuidamos entre todos” no puede ser un eslogan.

Hoy llegamos a lectores a través de la versión on line de acceso gratuito www.lamanana.com.ar. Mientras tanto, deberemos acelerar el proceso ya en marcha de crear un moderno portal informativo. Esperamos sepan comprender que en estos tiempos, no cabe el beneficio personal o grupal, sino el bienestar social.

Cuidémonos. Es la única forma que el sol siga saliendo para todos.