Centurión rompió el silencio, contó detalles de su pelea con Coudet y sorprendió: «Hay algo en la cabeza que no me debe funcionar bien»

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En una extensa entrevista, el jugador de Racing se mostró seriamente arrepentido por su conducta. Dijo que quiere hablar con el entrenador y contó intimidades de su vida personal y familiar.


Ricardo Centurión habló por primera vez luego de la pelea pública con el entrenador de Racing, Eduardo Coudet, episodio que llevó al club a tomar la decisión de marginarlo del plantel profesional para bajarlo a la Reserva, donde entrenará hasta ser transferido al final de la temporada.

«Estuve mal de la cabeza, pero ya pasó el tiempo y, pensando muy bien las cosas, me siento mejor y con ganas de revertir esto y seguir adelante», dijo el futbolista en una entrevista concedida al canal TyC Sports.

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Respecto de los motivos que lo llevaron a reaccionar mal con el entrenador cuando lo puso en el segundo tiempo del partido de la fecha 18° ante River en el estadio Monumental, explicó: «Estaba fastidioso por quedar afuera del once inicial. Yo no pido explicaciones de por qué me sacan, pero a nadie le gusta quedar afuera del equipo titular. Capaz ‘El Chacho me vio con cara de o… o fastidioso y lo notó en el entretiempo. Después me tocó entrar y todos sabemos lo que sucedió».

«Fue un trago muy amargo, ‘Chacho’ no se merecía que yo lo empuje, sinceramente y de corazón. Son cosas que se arreglan en otro lado, puertas adentro», reconoció «Ricky» y sostuvo que el hecho le sirve como «experiencia y enseñanza» de cara a lo que viene en su carrera.

En una extensa charla, Centurión se mostró seriamente arrepentido. Dio detalles de cómo fue la pelea con Coudet, de sus sensaciones en los días posteriores y de la relación con referentes de Racing como Lisandro López o el manager Diego Milito. También habló de cuestiones personales, de sus deseos para el futuro y reveló que alguna vez hasta pensó en dejar el fútbol.

Las frases más destacadas de la entrevista a Ricardo Centurión:

«Siempre decimos que tengo que mejorar, que aprender. La gente que confía en mí y dice ‘pucha, otra vez se equivoca’. Esta vez fue la gota que rebalsó el vaso y se tomaron medidas, mal o bien».

«Tengo ganas de charlar y de arreglar las cosas, que todo se ponga en su lugar más allá de que siga o no en Racing».

«Estoy bien y tranquilo, eso es lo más importante».

«Soy un pibe que, cuando no juega, trata de tirar siempre para adelante. Este caso fue particular: me notaba raro en la previa, sentía que el partido iba a servir para dar una muestra de que podía retomar mi nivel porque no venía jugando bien. Pero el equipo venía ganando y fui el el único al que le tocó quedarse afuera».

«En el contexto de la cancha, yo salí al banco de suplentes y me puteaban hasta los mudos. Es inevitable no cargar con eso. Sé que uno tiene ser profesional, pero me la termine agarrando con el que no me la tenía que agarrar».

«El ‘Chacho’ es un tipo que me llamó, que me reventó el teléfono, que me ha bancado muchísimas cosas personales que me guardo para mí. Me hubiese gustado charlar cara a cara con él, pero no se dio. Él tendrá su opinión».

«Me tuve que callar, me entrené con los chicos. (En la Reserva) he pasado lindos momentos, pero no es mi sitio, no me sentía en mi lugar. Cambia mucho cuando es un escalón más o menos en esta profesión».

«Lo que más me dolió fue verlo desde afuera».

«Acá el culpable soy yo»

«Cuando entré al vestuario después de perder con River todo era silencio, dolor. Perdimos mal, nos había pasado en la Libertadores y no nos lo podíamos permitir. Lo que dolió fue la forma y se sumó lo mío».

«No tomé dimensión (del episodio con Coudet), no me di cuenta, me salió así. Al otro día esto explotó en los medios y dije ‘Qué carajo hice, la cagué mal’«.

«Él (Coudet) se debe haber sentido dolido y defraudado. Yo me hago responsable de que ‘me las mando’. Después dijo que me iría a buscar una y mil veces. Eso es lo que me queda a mí».

«Es complicado estar en mi cabeza o en la de él. Lisandro (López) me dijo que lo vio mal y dolido. Él nunca lo abrazó y lo fue a abrazar en el gol con Godoy Cruz. Yo tengo buena relación y le fui a preguntar por qué lo hizo, me dijo que fue por un tema de persona, me dijo ‘Lo vi mal y él necesitaba eso'».

«El domingo ganaron el clásico, salieron a la cancha. Yo miraba la tele y decía ‘¿Qué soy?’ No me sentía como parte de ese grupo».

«Hay algo en la cabeza que no me debe funcionar bien para reaccionar así».

«Jamás quise perjudicar al grupo ni al técnico. Me callé y fui a entrenar con los chicos».

«Me gustaría estar donde siempre estuve: con los chicos, con el plantel, con el grupo.Ellos sabrán si me utilizan o no me utilizan».

«Estuve mal, lloré. Como todo hombre, puertas adentro, no me da vergüenza. Esto me dolió hasta el punto de llorar y desahogarme, ojalá se pueda solucionar de la mejor manera».

«El telegrama lo mande para que me digan qué tengo que hacer. Me mandaron a Reserva, me dijeron ‘Quedate ahí’ ¿y? Fue un reto, una penitencia. Me mandaron a comer mierda, agarré con la mano y la comí. Pero, ¿hasta cuándo? Ese es el tema. Nadie bajó al ‘Tita’ (Mattiusi, el predio de Racing) para decirme ‘Vas a estar acá por diez días, después te llevamos al plantel y el técnico decidirá si te pone o no'».

«Mi representante habló con ‘El Chacho’ y él le dijo que el tema mío estaba terminado, que no había vuelta atrás. Todavía sigo esperando (un llamado)».

«Soy pendejo en muchas cosas, pero para muchas soy grande y vivo. Para otras cosas soy un pendejo, un boludo. Yo necesitaba que me vengan a hablar».

«Me me he entrenado en el ‘Tita’ con 50 cámaras. querían llevarse un video de mi auto. Ahora todos saben cuál es, la patente…no podía salir a ningún lado. Me señalaban por todos lados. Se fue todo a la mierda».

«Mi familia me daba la vuelta la cara porque sentía vergüenza, como si yo hubiera matado a alguien. Eso era lo peor para mí».

«Hace seis años debuté y me encontré con un mundo superior, pero hay cosas que no superó, que no me hacen feliz, como lo material. Hay cosas que prefiero a veces no tenerlas».

«Yo sí quiero ser jugador de fútbol, jugar en las mejores ligas, jugar un Mundial, tengo mucho sueños, pero si me mando otra cagada va a ser imposible».

«Los chicos de mi camada crecen y el único que quedó estancado en esta boludez fui yo. Yo tengo todo para estar bien y hay veces que estoy mal. No siento a veces que esté haciendo las cosas bien».

«Detrás del fútbol hay una persona. El fin de semana el hincha espera que uno rinda, porque para eso a uno le pagan y es profesional, pero hay veces que también el hincha va a descargarse a la cancha. Esto le pasa a un montón de colegas, se vive muy difícil el tema. Yo a veces no puedo salir a la calle, me dicen cosas, que ‘negro villero’…no se puede«.

«Yo no me quejo si voy a patear un córner y me escupen la nuca, pero sí de ir a un restaurante o a un shopping y que te persigan».

«No entiendo a quién le estoy haciendo mal. Dicen que el mejor diez es el ‘Pity’ Martínez o Juanfer (Quintero). Obvio, por algo están donde están y yo estoy acá. Pero yo tengo claro quién es el mejor diez: Juan Román (Riquelme)». 

«Cuando termine la carrera voy a seguir por el lado del fútbol».

«Se me cruzó por la cabeza (dejar el fútbol), no se lo dije a nadie. Pensé en dejar todo si total voy a vivir, laburo voy a  conseguir, comer voy comer. (He pensado) ‘Basta de esto, me está explotando la cabeza’. Ahora estoy tranquilo, pero en momentos clave me pasaba».

«Los partidos (de Racing) los veo con sentimiento, con ganas de que le vaya bien. Por ahí se me cae una que otra lágrima por estar en un sillón y no estar ahí«.

«No me sentiría campeón porque no estoy. Reconozco que ayudé mucho y fui parte de eso, pero no me siento completo. Me voy a poner contento y feliz, pero yo lo único que quiero es entrenarme ahí y compartir su felicidad».

«Al ‘Chacho’ le diría: ‘Quiero pedirte disculpas, aceptar los errores que cometí, fuiste el que me bancó siempre, el que estuvo, me dio una mano y te defraudé’. Pero va a ser una charla más extensa y movilizada. Seguro él me tiene que decir muchas cosas más»

«Es difícil ponerme en su lugar, cómo es ser cabeza de un grupo de 25 o 30 tipos, pero acá no tenés un grupo estrella. Son todos muy buenos pibes, por algo las cosas se consiguen».

«Extraño el vestuario, era uno de los que ponía música, que vivía bailando».

«Seguro va a salir algo positivo de esa charla (con Coudet)».