La Marcha Federal terminó con una advertencia: «Si no escuchan, va a haber un paro»

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Las columnas de manifestantes que partieron hace dos días de distintos puntos del país confluyeron hoy en la ciudad de Buenos Aires para participar del acto de cierre de la Marcha Federal. En la Plaza de Mayo se concentraron unas 200 mil personas, según estimaron los organizadores.

De la marcha convocada por las dos CTA participaron organizaciones sociales, Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, partidos políticos, movimientos estudiantiles y otras entidades. Las consignas que los reunieron fueron oponerse a los «despidos, el ajuste y el tarifazo».

La jornada concluyó con los discursos de Pablo Micheli y Hugo Yasky, titulares de las dos CTA, que estuvieron distancias durante el kirchnerismo pero que convinieron una «unidad de acción» en los últimos meses. Y ambos hicieron hincapié en encontrar consensos en el universo sindical para enfrentar a las políticas oficiales.

Desde el escenario, Micheli retrucó las palabras que más temprano pronunció el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, quien consideró que la marcha tenía «tintes políticos e ideológicos. «Sí ministro, sí presidente, los trabajadores tenemos ideología, no somos un número que viene y va».

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«El pueblo no se merece un ministro como usted y un presidente como Macri, ni un gobierno que nos saquee como nos están haciendo», lanzó en una diatriba plagada de críticas.

Tras lamentar la negativa oficial a reabrir las paritarias y pedir por la detenida líder de la Tupac Amaru, Milagro Sala, cargó contra las medidas económicas «¿Ajuste violento o gradual?», dijo en alusión al debate que creen ver en el oficialismo. Y remató: «Ajuste las pelotas».

«Si no escuchan el clamor de los miles que estamos acá, esta situación va a haber paro nacional, más temprano que tarde vamos a construir ese paro nacional. O cambia la política económica o va a haber lucha todo el tiempo, con paros y movilizaciones«, culminó.

A su turno, Yasky se refirió a conceptos similares. «El pueblo no se arrodilla ante el poder económico y la represión», indicó.

El dirigente docente sostuvo que muchos de los miembros del gabinete son parte de un «empresariado parasitario que vivió chupando la teta del Estado pero cuando el Estado le da una moneda a un pobre dicen ‘no puede ser'».

«No ponemos palos en la rueda, al Presidente –que suele padecer de un prolongado estado de ceguera y dordera- le decimos que no siga leyendo el diario de Yrigoyen, que lea la realidad, la calle. Y en la calle lo que hay es hambre, desazón, tristeza, miedo al futuro».

Como Micheli, Yasky cerró con una advertencia: «Empezó la cuenta regresiva del paro nacional convocado por todas las centrales para decirle al gobierno que no va a poder con los trabajadores». Antes, celebró la unificación de las tres CGT, abogó porque ocurra lo mismo en la CTA  y llamó al sindicalismo y los movimientos sociales a luchar en conjunto: «Si nos logran dividir nos van a dominar».