Llegó el día de las PASO: la primera batalla entre Macri y el kirchnerismo en el camino hacia octubre

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Todas las fuerzas presentan lista única para presidente y vice. A pesar de que no hay internas, tendrán fuerte impacto político y económico. El foco estará puesto también en las PASO locales de Buenos Aires.

Arranque de un sistema electoral de tres tiempos, primera vuelta anticipada. Las PASO han recibido distintas calificaciones y todas van más allá de su sentido original: primarias, a las que hoy están convocados –y por ley, deberían participar- 33.841.837 electores. El punto es que todas las fuerzas políticas presentan lista única para presidente y vice. No hay competencia en el rubro principal y entonces, serán elecciones en las que formalmente no se elige nada pero que dirán mucho. Marcarán profundamente el clima general, político y también económico, en el inicio de otro tramo –el más extendido, de 77 días- hacia los comicios de octubre.

Ese cuadro, el que amanezca el lunes, será fruto de las PASO y a la vez se proyectará de manera gravitante en lo que aún resta de esta larga competencia electoral. Así lo determina el sistema electoral vigente –un mal híbrido-, cuyo último capítulo es la posibilidad de balotaje, pero atada a una ecuación muy particular: no exige la mitad más uno de los votos para ganar en primera vuelta, sino que alcanza con que el primero le saque al segundo más de 10 puntos de ventaja si se ubica entre el 40 y el 45% de los votos, o supera aunque sea por un pelo ese umbral del 45%.

Por eso mismo, las cifras de los principales candidatos serán dato central de la lectura de este domingo. Habrá que ver si los resultados exhiben una pelea por encima o por debajo de los 40 puntos. Y allí nacerán de inmediato las especulaciones sobre octubre y las chances de una resolución en primera vuelta.

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Los sondeos conocidos antes de la veda y los que de manera algo más reservada circularon hasta ayer mismo exponen una fuerte polarización. Se verá el alcance, aunque la oferta nacional para estas PASO es amplia: son diez fórmulas, muy matizadas para toda la paleta de colores políticos y hasta con pretensiones ideológicas. Las mayores sorpresas, con todo, fueron anotadas por el oficialismo y por el frente que lidera el kirchnerismo.

El orden cronológico indica que la primera en mover su ficha fue Cristina Fernández de Kirchner, en mayo, al anunciar que postulaba a Alberto Fernández con ella misma como vice. Después, a principios de junio, Mauricio Macri terminó de patear el tablero con la incorporación de Miguel Angel Pichetto como vice. Para entonces, había entrado en crisis el espacio de la tercera vía, que luego de varias migraciones presenta la dupla de Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey.

Las propuestas no se agotan allí y se ubican de un lado al otro en la gama tradicionalmente definida entre la derecha y la izquierda. José Luis Espert, economista mediático, se inscribió en la pelea. También figuran Juan José Gómez Centurión, con pañuelo celeste como insignia; el autonomista José Antonio «Pocho» Romero Feris y en el extremo, Alejandro Biondini. En la otra punta, un FIT con nuevos socios como oferta de unidad de la Izquierda lleva a Nicolás del Caño y Romina Del Plá. Pero también compite Manuela Castañeira, por el Nuevo MAS. El que reúna menos del 1,5% quedará fuera de carrera.

El fenómeno de las «no primarias» es contagioso. En simultáneo con la disputa nacional, tres provincias realizarán hoy PASO locales: la provincia de Buenos Aires, la Capital y Catamarca. Y en los tres distritos, todas las fuerzas políticas presentan una sola propuesta de candidatos a gobernador y vice. No hay internas.

Por supuesto, el foco estará puesto en Buenos Aires, al menos por tres factores. El primero es el de siempre: el peso electoral de la provincia, que concentra casi el 37% de los votantes de todo el país. El segundo tiene que ver con los ingredientes políticos más destacados: de un lado, el dilema de María Eugenia Vidal y Macri y el posible corte de boleta; y del otro, el peso de CFK y el nivel de arrastre sobre Axel Kicillof. El tercero, se sabe, es el propio sistema electoral bonaerense: las PASO operan aquí sí como una virtual primera vuelta porque en octubre alcanza con ganar por un solo voto. No hay balotaje.

En la Capital, las primarias también emitirán una señal potente, pero en la perspectiva de una competencia que incluye el mecanismo de balotaje más tradicional y por consiguiente, más exigente que el nacional. Para evitar la segunda vuelta, el ganador debe alcanzar el 50% más un voto. Ese será el desafío. Horacio Rodríguez Larreta va por la reelección y esta vez comparte boleta con Martín Lousteau como candidato a senador. El Frente de Todos lleva a Matías Lammens, aún con tareas en San Lorenzo, para la jefatura de Gobierno. Y con bendición CFK corre Mariano Recalde por la senaduría, con el presupuesto que indica una banca asegurada para la minoría.

La única provincia que definirá hoy gobernador es Santa Cruz. Allí, se votará con un sistema electoral muy cuestionado por cuestiones de forma y, sobre todo, de fondo: la ley de lemas. Alicia Kirchner busca la reelección, con apoyo de la ex presidente, pero debe enfrentar un doble desafío, en la interna y por afuera, con el radical Eduardo Costa, que esta vez va en un frente de siete sublemas. Una atracción aparte en la provincia que domina el kirchnerismo desde hace más de un cuarto de siglo.

Fuera de ese panorama nacional y de disputas locales con impacto en la carrera mayor, las PASO servirán para resolver algunas cuentas internas en el oficialismo y en el kirchnerismo. Serán peleas por las listas de legisladores nacionales que van en solitario por cada fuerza en algunos distritos y se superponen en otros. En total, diecisiete provincias. Lavagna logró frenar la interna porteña pero habrá pelea puertas adentro en cuatro provincias. Dato original: Espert y Goméz Centurión también ofrecen un duelo doméstico cada uno.

Esas son cuentas menores, que apenas agregan algún condimento. La gran batalla nacional será ofrecida por las PASO nacionales, ninguneadas en algún momento, discutibles siempre –por varias razones de fondo, más allá de la pura crítica presupuestaria-, y decisivas este domingo.