La diferencia de calidad y nivel que separan a ambos conjuntos se hizo notar rápidamente, aunque no por ello los chicos locales se amilanaron y pusieron todo en pos del espectáculo, donde lo más rescatable para los saladillenses fue el inefable Nahuel Del Valle.
En cuanto a Boca, de la Liga pasada solo quedó Gargallo y hubo varios regresos de temporadas pasadas y volvió el florense Ronaldo Córdoba al banco. El entrenador ya había dirigido al Xeneize durante la Liga 2014/15, donde quedó eliminado ante Gimnasia de Comodoro en Octavos de Final por 3-2. En el ínterin, Córdoba continuó entrenando a los juveniles de Boca.
El entrenador estuvo acompañado una vez más por Sebastián Festa, quien suma su tercera Liga como asistente en el club de la ribera.
A Lucas Gargallo, por su parte, se le renovó el contrato por tres años. Así, el escolta será una de las grandes apuestas de Boca para esta temporada. Gargallo ocupará una de las fichas sub23 junto a Facundo López Banegas. El base, que ya había jugado tres temporadas como juvenil en el Xeneize, vuelve tras su paso por Unión Vecinal, Platense y San Lorenzo.
Otras dos caras conocidas que se vieron en el estadio de la calle 12 de Octubre fueron Pedro Calderón y Fernando Funes. El pivot viene de jugar en Regatas Corrientes, tras vestir la camiseta Xeneize entre 1997 y 2002 y en la Liga 2014/15. Por su parte, Funes fue escolta en Boca durante las temporadas 2005/06 y 2007/08, jugando el torneo pasado en Argentino de Junín.
El plantel nacional lo completaron Lucas Pérez, base que viene de jugar en Quimsa de Santiago del Estero; Eduardo Vasirani, interno de 2.07 metros que tendrá su primera temporada en primera; y Agustín Caffaron, pivot de 2.08 metros, que vistió la camiseta de Quimsa y Huracán de Trelew.
Uno de los extranjeros fue Fotios Lampropoulos. El griego es un interno de 2.06 metros, que tiene pasado en la liga de su país y en la ACB de España. La temporada pasada fichó para Ferro, pero tuvo que regresar a Grecia rápidamente tras accidentarse su padre.