Cada mañana lo veo en su local de la avenida Rivadavia agachadito, emparchando o poniendo rayos a las bicicletas que los vecinos dejan para reparar. Me detengo y con la excusa de ponerle aire a mi medio de transporte comienza la productiva conversación con este Sr. que se llama Idelmar Osvaldo Lacunza y que lleva una vida de 86 años de trabajo y buena energía. No lo escuche quejarse ni de tal o cual gobierno, si habla de su labor de las ganas que puso y pone cada día de su vida para trabajar, lo hace todo tan sencillo como sencilla es su palabra.
Se dice del que tiene este oficio “El Bicicletero”, pues así es. Este trabajador de 86 frescos y lucidos años con su oficio, formo familia les dio a sus hijos la mejor herencia, el estudio. No mesecito una chapa en su puerta, ni un diploma universitario su oficio como el de tantos otros dio frutos y colaboro con este país solamente con la herramienta mas valiosa con que cuentan los seres humanos. Las manos, añosas, engrasadas, con lastimaduras son el ejemplo a seguir el trabajo dignifica, nos hace mejores personas y sino mirémonos en esta espejo.
