Fernando, artista digital que trabaja en Saladillo para multinacionales como Disney, animó la cuarentena con sus videos virales

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Fernando Valdemar Pacheco vive en Saladillo desde el año pasado y trabaja para diferentes compañías multinacionales como Disney, Discovery y Turner. En plena cuarentena, junto a su hijo Toni, encontró en su pasión la forma de hacer más llevadero el encierro y viajar con la imaginación: de esa manera, sus videos se hicieron virales y llegaron a la TV Pública, al programa ‘Estamos conectados’. “En Saladillo, las cosas fluyen”, contó Fernando, haciendo referencia a la posibilidad de vivir en el interior y trabajar para las grandes ligas. A continuación, la entrevista completa:

-¿Cómo llegó tu historia a la TV Pública?

Se contactaron conmigo en principio para consultarme sobre la fase 5 en Saladillo, luego derivó en la nota. El programa está buenísimo porque tiene esto de destacar lo que pasa en todo el país, no solamente en Capital, es más federal que lo que veo últimamente en televisión en general, en donde el interior existe para los policiales nada más. La producción conocía a través de diferentes personas, y les habían gustado unos videos míos con Toni que vieron en Instagram, que se hicieron un poco virales. A partir eso me escribieron y hablamos sobre el trabajo a distancia.Al quedarse sin jardín, y tener que entretenerlo, empezamos a jugar con los efectos.

-¿De qué se trata tu trabajo?

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Normalmente trabajo haciendo motion graphics y efectos especiales para unas empresas conocidas, como Disney, Discovery, Turner… Trabajo con contacto directo o a través de productoras, como por ejemplo Brontes, y surgió la idea de hacer esos videos con Toni como para entretenernos un rato.

-Qué importante es, en estos momentos en los que la pandemia nos limita físicamente, poder volar con la imaginación, ¿no?

En estos tiempos estamos plagados de malas noticias. En general los medios nos tiran mucho para abajo, por eso está bueno generar desde el humor cosas divertidas en familia, que la gente pueda de alguna forma relajar un poco con tanto drama y malas noticias

¿Cómo comenzaste a ‘jugar en las grandes ligas’?

A los 15 años empecé a trabajar en productoras, agarré un recambio tecnológico y arranqué de temprano, por suerte, medio autodidacta. Pero después cursé la carrera de Diseño de Imagen y Sonido en la Universidad de Buenos Aires, que es una carrera bárbara. Siempre trabajé en post producción haciendo motion graphics, animación, 3D, efectos especiales… un poco de todo. Y luego estudié Cine, hice algunas series, incluso para una ONG financiada por UNICEF aquí en Saladillo, grabamos en Cazón. Con ese proyecto me ‘picó el bichito’ de venirme para Saladillo, porque todo lo que me fue difícil en Capital, acá me fue fácil.

-¿En qué sentido?

Filmar en Buenos Aires, como hay mucha gente grabando, es muy complico desde lo estrictamente político –sacar permisos, conseguir ayudas financieras y armar equipos técnicos-, y acá es todo más espontáneo. El Vivero de Cazón me abrió las puertas desde un comienzo; la que era Directora de Cultura, allá por el 2015, hizo una conferencia de prensa y me apoyó en un montón de cosas. La comunidad también, a la hora de grabar en un colegio me dieron una mano muy grande. Todo fluyó. Es la sensación que me da: en Saladillo, las cosas fluyen, suceden, la gente está más predispuesta a ayudar y dar una mano.

-Nombraste los beneficios, pero ¿se te presentó alguna dificultad a la hora de venir a Saladillo?

Por ahora no, estoy desde octubre de 2019. Mi mujer estudió muchas carreras y a ella se le complicó un poco más venir que a mí, pero a mí no me cambió demasiado la ecuación en función de que yo trabajo mucho con la computadora e internet

-¿Por qué tomaron la decisión de venir definitivamente?

Me gusta Buenos Aires pero la calle está un poco difícil, es un poco violenta, la gente está histérica. Se manejan otras energías, y no quería que mi hijo se criara en ese entorno. Siempre tuve la idea de venir, acá los tiempos son otros.

-Qué loco, porque uno siempre tiende a asociar el concepto de oportunidades a Capital Federal

Hay que deconstruir un poco eso, el otro día pensaba que habría que romper el paradigma de que todas las soluciones están en Capital. En definitiva opera en contra, porque se junta todo el mundo en el mismo lugar, compiten por los mismos espacios y trabajos. Me parece que la solución está en otro lado, en descentralizar: estoy bastante en contra de la idea de que Buenos Aires sea el centro de la Argentina, en función de que todos tienen que ir a estudiar y trabajar ahí. Eso genera que, en determinadas profesiones –por lo menos en la mía- haya mucha competencia, y no me parece que tenga que ser así. Me parece que en esta profesión, y en tantas otras, estaría bueno que la gente pueda vivir de otra manera y trabajar en el interior. Me pareció siempre interesante la idea de mudarme y vivir en un lugar lindo y tranquilo como lo es Saladillo.

-Te agradezco, Fernando, es un ejemplo para decir: en Saladillo también podemos

Un buen mensaje para la gente, al menos para las que quieren dedicarse a cosas como las que hago yo, que las mejores capacitaciones y universidades del mundo –por lo menos de estos temas- son online, ni siquiera necesita uno viajar. Son muchas horas de aprendizaje en la computadora, muchas horas trabajando y pensando y en verdad se puede. Y se puede desde cualquier lado, inclusive de Saladillo.