8 consejos para lograr buenas fotos de viajes

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Te pasó que al regresar de un viaje que te alucinó encontrás que las fotos no reflejan lo que viste? ¿Que no pudiste transmitir lo que buscabas, que una potencial buena foto resultó arruinada por la luz (muy oscura o demasiado expuesta), o que la imagen de ese lugar icónico se ve igual a las miles de imágenes de ese lugar que tomaron otros? Suele pasar. Por eso, en una nota publicada en el diario Huffington Post, la fotógrafa Sandra Vallaure -quien en su blog, Sifakka, ayuda a los principiantes a mejorar su técnica y estilo- da una serie de recomendaciones para evitar errores comunes en las fotografías de viajes. Estos son algunos de ellos.

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No te obsesiones con el equipo
Por alguna extraña razón, muchos fotógrafos noveles piensan que todo gira en torno al equipo que tienen: nada más lejos de la realidad. La mayoría de los que se venden hoy son más que suficientes para conseguir grandes imágenes. Lo que hay que saber es “sacarles el jugo” y lograr su máxima capacidad. Así que salí con la cámara que tengas y averiguá cómo lograr que rinda por completo; aprendé cuándo usar un objetivo o el otro y dominá los conocimientos básicos de fotografía: apertura, velocidad, ISO, etc. “Tu cámara no es la que hace la foto, ni tampoco ningún otro elemento de tu equipo. Las fotos las haces tú, el fotógrafo”, dice Sandra.

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Investigá el destino
Dedicá tiempo a averiguar sobre el destino de tu viaje: cuál es la mejor época, qué ver y hacer, cómo ir de un sitio a otro, y especialmente, qué vale la pena fotografiar. Buscá localizaciones y oportunidades, como festivales o fiestas populares. Y no te limites sólo a información de la red; hablá con el personal del hotel y con otros viajeros, consultá en la oficina de turismo. Expresá tu interés por la fotografía y pedí que te den ideas; cuánta más información tengas, más ideas tendrás sobre qué fotografiar.

Mirá más allá
No te obsesiones con la misma foto de postal que tiene todo el mundo. Puede ser una trampa que te haga ignorar lugares o elementos alrededor de estos íconos que pueden ser igual o incluso más interesantes. No te dejes llevar por “la emoción de la primera vez” en un lugar, obligate a mirar alrededor, buscá elementos interesantes más allá de lo que parece evidente a primera vista. Agudizá tu vista y sé paciente, porque suele llevar tiempo encontrar esas pequeñas joyas ocultas.
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Estudiá la luz
Tené en cuenta que hay diferentes tipos de luz y que el resultado final de la imagen dependerá en gran medida de la que haya en ese momento. Lógicamente, esto también significa que tenés la oportunidad de elegir el tipo de luz con el que querés hacer una foto y expresar una sensación.Buscá otra posibilidad desde otro ángulo o en otro momento del día; tomate unos segundos para analizar de dónde proviene la luz, qué tipo de luz es (dura o difusa, fría o cálida), hacia dónde se va a mover y cómo es el contraste. Conforme te vayas familiarizando con la luz y comprendas cómo afecta a tus fotos, tenderás a huir de la luz artificial y, sobre todo, del flash, que no es la única fuente de luz artificial a disposición: una hoguera en medio del campo, una farola en un callejón pueden ser excelentes. Jugá con las sombras, buscá contrastes y no te olvides de los reflejos: pueden aportar un buen toque de creatividad.

Trabajá la composición
De viaje, la novedad, los lugares exóticos, los sonidos diferentes y los olores pueden ser abrumadores. Tanto, que pueden hacernos olvidar que con una imagen no sólo captamos un recuerdo, sino que también podemos transmitir una sensación o una atmósfera. Para eso es importante pensar cómo encuadrar: la composición es lo que diferencia una gran foto de una del montón. No dejes que el estar en un sitio diferente o no conocer la cultura te sobrepase. Fijate en un detalle interesante que aparezca en primer plano, buscá fondos espectaculares, tratá de que los elementos estén equilibrados, que el encuadre no esté lleno de cosas, y no te olvides de cambiar el ángulo o la perspectiva. Si pensás como un fotógrafo y no como un turista entusiasmado, podrás captar imágenes con más sentido y que cuenten una historia.

No confíes en la suerte
Muchas de las imágenes de otros fotógrafos te pueden parecer producto del azar, sólo porque estaba en el lugar adecuado en el momento justo. Pero la verdad es que eso ocurre muy pocas veces; en general, esos “grandes momentos” se crean cuando el azar y la preparación se cruzan. ¿Qué se entiende por preparación? Pensá con antelación y a grandes rasgos qué querés fotografiar. Después, buscá localizaciones y familiarizate con ellas. Averiguá dónde podés encontrar sujetos interesantes y qué escenas son las que tienen más potencial fotográfico.

Interactuá con las personas
Retratar a desconocidos puede ser una tarea desalentadora y, desgraciadamente, son muchos los que rehúyen interactuar con desconocidos. Pero la interacción y la conexión entre las personas suelen hacerse evidentes en la foto final: una cierta confianza y apertura en la forma en que la persona te mira mientras hacés la foto. Si no sabés el idioma local, desarrollá una comunicación no verbal con tu mirada, tu sonrisa, tus gestos, para conectar con esa persona. Además, cuando establecés una relación dejás de ser un transeúnte más, convirtiéndote en alguien con quien la persona tiene un vínculo. Este hecho por sí solo te llevará a crear fotos que, de otro modo, serían imposibles.

Esforzate por ser original
A los monumentos y lugares famosos los conoce todo el mundo, por lo que hacer una foto que no hayan hecho antes miles de personas es difícil, pero no imposible. No es necesario olvidarte de esa foto de postal que todos quieren tener, pero no por eso debés dejar de lado la oportunidad de captar algo diferente. Una buena opción puede ser empezar a prestar atención a los detalles y cosas aparentemente irrelevantes, como un puesto en un mercado local, una bebida que estén disfrutando tus compañeros de mesa o parte de una estatua que te llamó la atención. Cualquier cosa es buena si ayuda a llamar la curiosidad de la gente que vea tu foto.