San Isidro puso mucho más que juego, puso alma y corazón para forzar el desempate de la serie final por el ascenso ante Racing de Chivilcoy. Los cordobeses fueron de menor a mayor para vencer por 76-72 a los chivilcoyanos, igualando la final y llegando a un quinto duelo en busca del ascenso y el título.
La final por el juego cinco será este sábado en Chivilcoy.
Marcos Saglietti fue la enorme figura con 25 puntos, seguido por 11 de Jerónimo Suñe, de Julián Eydallín y Lautaro Mare. En los de Diego D’ambrosio lo mejor pasó por las 15 unidades de Abraham Barahona y los 12 de Matthew Herasme y de Santiago Assum.
El juego tuvo una primera mitad que se jugó al ritmo que quiso Racing. Y en ese contexto San Isidro lo pudo aguantar poco más del primer cuarto, ya que los de Chivilcoy apretaron desde la defensa y establecieron un 21-0 que les permitió pasar de estar abajo por 25-19 a una ventaja de 15. Con Barahona y Herasme como estandartes anotadores, pero también con una defensa asfixiante que no permitió hacer nada a los locales, los de Diego D’ambrosio se fueron al entretiempo en ventaja por 43-30.
A pesar de que parecía que el dominio se sostendría, Racing volvió del descanso largo en otro dial. No fue el mismo que el del segundo cuarto, bajo la intensidad y fue una copia del tercer juego, anarquía en el juego, tomando las decisiones equivocadas.
San Isidro reaccionó a base de triples, con Saglietti y Suñé como figuras, y de un Facundo Sanz que apareció en todos lados. Así los locales poco a poco le bajaron el ritmo a Racing, le jugaron mucho más físico y en el comienzo del último capítulo pasaron al frente en el marcador. A partir de ahí entraron en un golpe por golpe, donde los de Porta supieron cerrarlo mejor con Saglietti y Eydallín como grandes protagonistas, para terminar con victoria y forzando el quinto duelo.
