
El 22 de agosto de 1960, se realizó en Argentina el Primer Congreso Internacional de Folklore.
Presidido por el prestigioso folklorólogo salteño Augusto Raúl Cortázar, el Congreso reunió a representantes de 30 países quienes instauraron el 22 de agosto como el Día del Folklore.
La celebración coincide con el nacimiento de Juan Bautista Ambrosetti (1865-1917), el etnólogo, arqueólogo, historiador, proclamado el “padre de la ciencia folklórica argentina“, por ser un pionero en realizar trabajos de exploración arqueológica y en dedicarse a estudios sistemáticos del folklore nacional.

Ambrosetti, quien desde muy joven realizó expediciones al norte del país para explorar el suelo argentino, las culturas, las costumbres y creencias de sus pobladores, fundó en 1904 el Museo Etnográfico de la Universidad de Buenos Aires que lleva su nombre, desde donde estimuló investigaciones etnográficas y folkóricas para el conocimiento de las sociedades indígenas y criollas contemporáneas.
Para Augusto Raúl Cortázar, el folklore es una palabra polivalente y tiene una doble acepción que remite al “saber del pueblo” y “lo que se sabe acerca del pueblo”.
Es decir, tanto a los fenómenos folklóricos como a la ciencia que los estudia. Para que un hecho reúna la esencia de lo folklórico debe cumplir con ser popular, tradicional, colectivo, oral, funcional, empírico y regional.

En este nuevo aniversario del Folklore Argentino sigamos desarrollando esta expresión del pueblo que nos identifica y abarca las tradiciones, leyendas, costumbres, música, danza, entre otras manifestaciones.