El directorio del FMI aprobó el desembolso de 7.500 millones de dólares para la Argentina, confirmaron fuentes oficiales en esta ciudad poco antes de las 14 hora local.
“Es un paso muy importante en la administración de la hipoteca que Macri le dejó a la Argentina”, le dijo el ministro Sergio Massa a Infobae. La votación fue unánime, según fuentes locales. Eso quiere decir que países como Alemania y Japón, siempre reticentes a las concesiones con la Argentina, dieron el visto bueno a la aprobación de las últimas dos revisiones. Si bien los detalles se conocerán más tarde, con la publicación de los comunicado de la reunión de board y el staff report, se espera otro desembolso de unos USD 2.750 millones en noviembre.
Luego de la confirmación del FMI, los dólares llegarán hoy mismo y pasarán a formar parte de las alicaídas reservas del Banco Central. Esta tarde, Massa se reunirá con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, y luego brindará una conferencia de prensa en la embajada local. Se trata de uno de los desembolsos más grandes en la historia del organismo: todos los anteriores por sobre esa cifra también fueron destinados a la Argentina, desde 2018 a la fecha.
Según cálculos que hace los funcionarios de Economía, una vez descontados los pagos ya hechos por el país y devoluciones (a la CAF, a Qatar y al swap de monedas con China, por caso) quedarían unos USD 3.400 millones libres para las reservas y también que podrán usarse para contener los dólares financieros en un clima volátil luego de las PASO y con el proceso electoral que pondrá un nuevo presidente en diciembre en marcha. Se hará con límites y bandas de intervención que se acordaron con el FMI. Los parámetros y niveles de esas posibles intervenciones lo maneja con estricta reserva el equipo económico para no perder el efecto sorpresa frente al mercado.
Ese esquema de bandas, que se usó en el gobierno de Macri, aunque con otros criterios, es una novedad hasta el momento para la estrategia de control de las distintas cotizaciones en el gobierno de Alberto Fernández. Usar bandas de flotación implica que no se dejará que el dólar se aprecie o se deprecie, más allá de cierto rango. Cuando el dólar cae por debajo de las bandas, el BCRA compra para sostener el precio. Si sube por encima de las bandas, el Central vende dólares para devolverlo al rango aceptable. Guido Sandleris, presidente de la autoridad monetaria del gobierno anterior usó una “zona de no intervención” móvil: no estaba obligado a comprar por debajo ni a vender por encima de esos parámetros.
De esta manera se le puso fin a un nuevo capítulo, largo y muy tenso, en la relación entre el país y Fondo, que empezó hace cuatro meses cuando en esta misma ciudad cuando por el efecto de la sequía en la economía local ambas partes acordaron hacer una revisión completa de todas las metas de programa vigente, que a comienzos de 2022 renegoció el ex ministro Martín Guzmán.
Por estas horas y en esta ciudad, Massa dejó entrever que ir al Fondo es la humillación soberana más grande que puede tener un país y como ejemplo de eso utiliza la metáfora del síndico que llega para observar las cuentas cada tres meses. En ese contexto, despotrica contra Macri, que tomó el crédito, y contra los actuales funcionarios del organismo que, asegura, le impusieron la devaluación y trabaron el acuerdo.
Si bien estaba todo acordado y se descontaba una aprobación, se trata de una victoria para el Massa-candidato, en medio de un contexto económico que ya era muy frágil, con inestabilidad cambiaria e inflación muy alta al que el fin de semana pasado se sumó un resultado adverso en la urnas y un salto cambiario qué impacto fuerte en todos los sectores de la economía y generó más incertidumbre.