Saltaban a la vista ayer banderas chilenas y peruanas entre los 25.000 fieles que asistieron al mediodía a la tradicional cita del Angelus, en la Plaza San Pedro. Desde la ventana del Palacio Apostólico, Francisco saludó a la multitud y, como suele hacer siempre antes de cada gira, pidió ser «acompañado con la oración» en su viaje a Chile y Perú , que emprende hoy, una visita a todas luces compleja.
El regreso a su continente, donde vive la mayoría de los católicos del mundo, estará marcado por un clima de indiferencia y alguna hostilidad, inéditos, en Chile, primera etapa de la gira. Allí, una serie de ataques a iglesias han enrarecido el clima de esta visita, también signada por el escándalo de abusos sexuales por partes del clero, que hundió en el desprestigio a la institución eclesiástica.