repercusión que ha tenido la técnica de un pediatra californiano para apaciguar el llanto de un bebé, que consiste en colocar al niño mirando hacia el suelo en un ángulo de 45º y mecerlo suavemente hacia arriba y hacia abajo, nos está hablando la preocupación y desconcierto que sienten muchos padres en las primeras etapas de vida de sus hijos.
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Pero, ¿por qué llora este chico?
Al respecto, opina Mamá Pulpo (Chechu Favier), una de las madres más consultadas en su página de Facebook acerca del cuidado de bebés: «Cuando un bebé llora está intentando comunicarnos algo. Los primeros días luego del nacimiento, con las hormonas en ebullición y teniendo enfrente a un pequeñín al que estamos conociendo, se hace difícil distinguir “llanto de qué”. Pero si damos por descartadas las opciones de hambre, sueño, frío, calor, pañal sucio o dolor (cólicos, dentición, oídos por nombrar alguno de los más comunes), no busquemos soluciones mágicas. No digo que el método de Robert C. Hamilton esté mal, pero creo que hay que mirar otras cuestiones. Revisemos como estamos nosotros y que le estamos transmitiendo porque si pretendemos que se calme siendo un manojo de nervios, dudo que lo logremos. Lo que calma a nuestro bebé -experiencia propia y no tan propia- es estar simplemente cerca nuestro: paseando en portabebés piel con piel, tomando la teta o acurrucados en la cama. Resumiéndolo en dos palabras: paciencia y amor».
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La Dra. Carmen Vecchiarelli, Subjefa del Servicio de Neonatología del Sanatorio Otamendi, pone una alerta sobre métodos desarrollados intra consultorio: «Con respecto al método del Dr. que vemos en el video, lo considero una tecnica que el desarrolla en su consultorio y que no es segura que lleven a cabo padres que recién comienzan a manejar el bebe sosteniéndolo en el aire moviéndolo y compiniendo sus brazos sin siquiera mirarlo a la cara. Puede caerse, si el movimiento es brusco puede tener consecuencias por vasitos sanguíneos muy pequeños de su cerebro que puedan sangrar», y agrega: «Para calmar al bebé es muy importante el contacto piel a piel, el calor, el olor, los latidos del corazón que sentia durante la gestación, el abrazo, la caricia, el hablarle alinear la mirada con el bebe (tanto de la mamá como del papá y en el caso de las familias homoparentales los dos papás o las dos mamás). Estas cosas son fundamentales e ideales para contener al bebito. En caso de no lograrlo, es fundamental consultar al pediatra para descartar que no tenga un problema importante, muchas veces reflujo, cólicos, intolerancia alimentaria, fiebre, etc.»
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No obstante, existen otras técnicas enumeradas por La Vanguardia (fuera de las de Robert C. Hamilton) que tienen bastante acuerdo general para tranquilizar a recién nacidos en los primeros meses. Las enumeramos a continuación (aunque sabemos que no estamos inventando la pólvora):
1. Observar con atención cualquier señal que pueda indicar la causa que produce malestar en el bebé. Los expertos coinciden en que los cuidadores del pequeño tienen que cerciorarse en un primer momento qué factor provoca su falta de confort. “Llorar es una expresión de incomodidad del bebé durante todo su primer año de vida, cuando aún no dispone de palabras para comunicarse”, asegura la psicóloga infantil Coks Feenstra en su libro ¿Por qué llora mi bebé? (Temas de Hoy). En este sentido, los pediatras consultados señalan las principales causas que producen el llanto del menor: el hambre, el dolor y la enfermedad.
2. Aumentar el contacto físico. En contra de la creencia popular que levantar mucho al niño en brazos es malcriarlo, la mayoría de especialistas desmienten que dejar llorar al niño desconsoladamente sea la mejor opción. De hecho, la antropóloga norteamericana Jean Liedloff (1926 – 2011) en la obra por la que obtuvo un gran reconocimiento El Concepto del Continuum afirmaba que “el lugar del bebé no es la cuna ni la sillita ni el cochecito, sino el pecho humano”.
3. Mecerlo suavemente. Esta es, precisamente, una de las principales claves del método de Robert C. Hamilton, el pediatra californiano que enseñaba en un video cuál era el secreto de su fórmula para conseguir que un niño recién nacido dejara de llorar en cuestión de segundos. Hamilton, al igual que Feenstra, opinan que los movimientos rítmicos tienen un efecto calmante sobre el bebé ya que le recuerdan a su vida en el útero.
4. Arrullarlo. Este método es muy antiguo. Griegos y romanos ya envolvían a sus bebés en toquillas suaves y calentitas. Este hábito cayó en desuso, pero últimamente en los países nórdicos se está reintroduciendo. Además de que el niño siente una sensación de contención y protección parecida a cuando estaba en el interior de su madre, también evita que se despierte por sus propios movimientos incontrolados, algo normal en las primeras semanas después del parto.
5. Pasear al bebé en brazos. “Un paseo con tu bebé es siempre recomendable”, según la psicóloga infantil Coks Feenstra, y muy efectivo ya que en la mayoría de ocasiones si el bebé no tiene hambre, ni dolor ni se siente incómodo por cualquier otro motivo, deja de llorar y se sumerge en un profundo sueño. Y recuerda que, además, la luz del sol, aunque esté nublado, le ayudará a sintetizar la vitamina D, muy importante para que el sistema digestivo absorba el calcio. Pero también pasear dentro del hogar calmará la intranquilidad del pequeño.
6. Darle un masaje. La autor de ¿Por qué llora mi bebé? sostiene que “no es necesario seguir una técnica especial” ya que de lo que se trata es de masajear todas las partes del cuerpo “con delicadeza” -también se puede hacer con un aceite tibio, como de lavándula o coco-. El masaje le ayudará a acostumbrarse a su cuerpo y a relajarse.
7. Bañarlo. La mayoría de padres han podido comprobar en alguna ocasión el poder relajante del agua. Por eso los expertos recomiendan utilizar este método en el caso de que el bebé esté sobreestimulado o intranquilo. Es otra de las situaciones que harán recordar al pequeño su estancia intrauterina, sobre todo, si los padres proceden a mecer el niño también dentro del agua.
8. Permitirle que succione. Feenstra también recuerda que la succión produce “alivio” en el bebé, ya que el estómago y la musculatura se relajan. La psicóloga, sin embargo, sostiene que si el llanto cumple la función de liberar el estrés acumulado recomienda “no ofrecerle el chupete” para que, acunado por su madre, padre o cuidador, “elimine toda la pena y el estrés”. Tampoco es partidaria de ofrecer el pecho como un consuelo “ya que el bebé podría ganar demasiado peso además de aprender a asociar el consuelo con algo nutritivo”. El consejo de la autora es controvertido porque otros expertos en la materia opinan diferente. Este es el caso del reputado pediatra Carlos González, que defiende la lactancia a demanda.
9. Hacerle escuchar sonidos monótonos. Una emisora de radio, una lavadora centrifugando o un ventilador son algunos de los aparatos que producen sonidos monótonos que tranquilizan al bebé, según varios expertos en la materia. El motivo es que la cadencia de estos sonidos le recuerda a lo que oía en su vida intrauterina (el gorgoteo del estómago, la sangre que corre y el ritmo del latido del corazón). En este sentido, también recomiendan hablar al bebé o ponerle música clásica o mantras.
10. Mantener la calma. Este es el principal consejo que da el pediatra Santiago Mintegi, que explica que en el caso de los niños con un llanto más persistente, los padres se sienten agotados después de oírle llorar durante horas, por lo que “muchas veces la persona que mece al niño no se encuentra en las mejores condiciones”. La psicóloga infantil Feenstra también hace hincapié en este aspecto: “Sin duda, el llanto del bebé causa tensión en la madre y esta tensión hace que el bebé llore más”, por lo que hay que romper este círculo vicioso. Para ello, la madre o el padre tiene que pensar que el llanto del bebé es “algo necesario y normal” e insiste en que “en la mayoría de casos los llantos no están provocados por el hecho de que un bebé reciba cuidados maternales inadecuados”.