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Es innegable que mediante la violencia se atenta contra la preservación de la paz social, debilitando la democracia que tanto nos costo -y nos cuesta- reconocer como el sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes.
Defendemos la vía pacífica del diálogo y las propuestas, entendemos que éste es el único camino para alcanzar los consensos que desembocan en políticas de estado a fin de lograr el bien común y la concordia de todos los habitantes de este suelo. Es por eso que no queremos que hablen los proyectiles y repudiamos todo tipo de violencia.
