«Parece mentira» que nos haya dejado el ‘Gato Peters’

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«Parece mentira» que nos haya dejado el ‘Gato Peters’. Él cultivó el arte de hacer reír, con su humor lleno de agudas observaciones. Fue un gran retratista de nuestras costumbres.» Carlos Antonio Gorosito. 

«Ricardo Daniel ‘Gato’ Peters fue médico veterinario, escritor, docente, productor  de ganado ovino y por supuesto un gran ser humano que tuve oportunidad de conocer y tratar. Éramos correligionarios teníamos la misma religión cívica. El Gato cultivó además un arte trascendente: el arte de hacer reír. Recorrió la geografía del país con su humor lleno de agudas observaciones. El Gato era un profundo conocedor de la naturaleza humana, conocía muy bien a la gente y sus costumbres y, fundamentalmente,   al interior bonaerense. Las  vivencias, anécdotas e historias que recogía las transformada en humor que era muy celebrado por la gente. Fue el Gato un gran artista, el arte de hacer reír lo proyectó como uno de nuestros grandes humoristas. En el año 2010 publicó un libro al que título: ‘Parece mentira’ con cuentos, dichos y anécdotas, humor chacarero. Yo todavía era intendente y me llevó de regalo el libro con esta dedicatoria: ‘Al amigo Intendente de Saladillo con admiración y respeto’. Muchas  veces visitó Saladillo y desde distintos escenarios nos regaló su humor. El 23 de  diciembre de 2014 festejé mi cumpleaños número 60 en los salones de la Sociedad  Rural de Saladillo y el regalo sorpresa de ese día fue la actuación del Gato Peters, vino a saludarme y nos deleitó a todos los presentes con su arte. Ese fue su gran regalo, un gesto que nunca olvidaré. El viernes 15 de septiembre  el país recibió sorpresivamente la noticia de la partida del querido ‘Gato Peters’ a los 68 años de edad, después de un show en la ciudad de Trenque Lauquen, Dios lo llamó a su lado. Había nacido el 11 de marzo de 1955 en Carhué.    ‘Parece mentira’ que el Gato  nos haya dejado. Luis Landriscina en el prólogo al referido libro, expresa entre otros conceptos: ‘Siempre digo que no hay escuela para graciosos sino personas a las que Dios  les regala un don que deben administrar  según  su experiencia y filosofía de vida.’ Ese don lo tenía el Gato y lo administró con eficacia. Y agrega Don Luis Landriscina: ‘Se requiere ser agudo observador, conocedor y además estar profundamente informado de lo que se va a tratar, para poder superar el exigente análisis que hace el público que está siendo retratado en el relato; o sea,  que hace falta inteligencia para pintar sin herir susceptibilidades y a la vez enseñarle a la gente a reír sin ofenderse, de sí mismos, que nos es poca cosa’. Esas cualidades las reunía el Gato Peters. El Gato siempre recordaba que Fernando Bravo a quien  había conocido en La Plata le abrió muchas puertas, como a Gerardo Sofovich por el espaldarazo en La Noche del Domingo.  Landriscina ha sido la referencia del Gato  y lo dice con estas palabras: ‘Maestro total, figura, delicioso intuitivo. Rico pedazo de Patria. Permanente referencia. Modelador de silencios. Exacto y  justo habitante  de los lugares donde anda. Bendito sea, don Luis’. Lo mismo podemos decir todos nosotros de Peters: ‘Bendito seas Gato’. El gran artista que nos dejó recordó siempre a todos los que lo ayudaron.    Se preguntaba el Gato cómo le pagaba a la vida al recordar su tiempo en Carhué, la chacra de los abuelos. Los tiempos del secundario y los amigos que hizo en el  internado. Sus vivencias en La Plata en la época de estudiante universitario, con su guitarra esperando el alba a la orilla del vino. Su tiempo en Rivera cuando era veterinario de unos colonos judíos. Su tiempo en Las Flores con su familia, sus alumnos, sus vecinos. El Gato fue un  soñador. Fue un gran retratista de nuestras  vidas y costumbres. Este es mi homenaje a este correligionario, que siempre ponía   momentos de alegría en nuestras vidas.  Siempre será recordado este artista que tuvo una forma original de hacer reír, de cantarle a  la vida.»