Preocupante situación en la Biblioteca Mitre

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Si bien está saneada económicamente, la situación de la Biblioteca Popular Municipal Bartolomé Mitre de Saladillo es verdaderamente complicada. «La Biblioteca está caminando, porque las empleadas la están llevando adelante», expresó Aída Manzi, presidenta de la comisión directiva. «Pero la situación económica es gravísima. Cada vez que llegamos a fin de mes, sufrimos. Si bien tenemos socios y colaboradores, el dinero no alcanza. Estamos tratando de solucionar el tema de alguna manera», expresó.

El tesorero de la comisión, Ariel Lambert, precisó que los salarios de dos empleadas son costeados por la Biblioteca. Ambas cobran 15 mil pesos de bolsillo. Sumado a las cargas sociales y a los impuestos, la entidad necesita 45 mil pesos para afrontar todos los meses el costo salarial. «Es una suma que la institución no logra recaudar por mes», señaló Lambert, e indicó que agotaron las reservas que tenían para hacer frente a los sueldos. «Estamos a mitad de marzo y logramos pagar los salarios. En estos momentos, en caja tenemos 18 mil pesos nada más. Dentro de quince días, tenemos que volver a pagar sueldos y los 30 mil que nos faltan no los tenemos. Ya les hemos cobrado a los socios y hemos hecho gestiones para los subsidios. Hay un montón de requisitos que cumplimentar. En algunos estamos en condiciones y en otros no. Todo eso demora y no tenemos garantía de que cuando necesitemos esos recursos, estén», aseguró el contador.

 

«Hay que buscar una solución de fondo»

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Lambert señaló que están tratando de negociar con el Municipio para que facilite algún tipo de asistencia financiera. «La realidad es que hay que buscar una solución de fondo, porque ya no podemos sostener los sueldos de las dos empleadas que están encuadradas en el convenio de Utedyc», aseguró.

Cabe destacar que el resto de las trabajadoras que se desempeñan en la Biblioteca pertenecen al Municipio. De hecho, existe la posibilidad de que una de las dos empleadas de Utedyc sea absorbida por la Comuna para descomprimir la situación.

«El principal objetivo es que se mantenga la fuente de trabajo. Para nosotros, es una solución posible. No queremos llegar al extremo de despedir a nadie. Aparte, no estamos en condiciones de pagar una indemnización, porque implicaría una suma no menor a los 400 mil pesos. Si no podemos juntar 45 mil pesos por mes para pagar sueldos, menos vamos a conseguir 400 mil… Sí o sí necesitamos asistencia municipal, porque los números no cierran. Debemos destacar que desde el Municipio están muy preocupados y ocupados. Estamos muy agradecidos, porque siempre nos han atendido», reconoció.

 

«Está perdiendo interés»

En cuanto a los aportes anuales de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), el tesorero indicó «a veces son importantes y en otras ocasiones no». Por supuesto, para contar con el apoyo de ese organismo hay que tener toda la documentación en regla. «En estos momentos, hay documentación que no hemos podido cumplimentar por los inconvenientes que tenemos. Si no tenemos más gente en la comisión que pueda colaborar con esa tarea administrativa, es imposible. Cumplir con todo, implica que uno deba trabajar todo el día en la Biblioteca. Uno lo hace ad honorem y con la mejor buena intención».

«Lamentablemente, la institución está perdiendo interés de público. Por lo tanto, es muy difícil convocar a gente activa a una entidad que ya prácticamente no genera interés. Es la dura realidad y hay que aceptarla», dijo.

«La internet está suplantando a las bibliotecas. Hoy funciona prácticamente para los socios y para la gente mayor que va a buscar libros para leer. También concurren chicos a hacer trabajos, porque no todos tienen acceso a internet en sus casas», agregó Manzi.

 

Fuentes de ingreso

La Biblioteca cuenta actualmente con 800 socios que aportan 40 pesos por bimestre. Con la cuota societaria, logran pagar el 50% el costo salarial. Por lo tanto, hay que agudizar el ingenio todos los meses para reunir el dinero restante. «Para eso, necesitamos fuentes alternativas. No podemos estar todos los meses organizando una cena, una rifa o un kiosco. Es complejo», indicó Lambert, y agregó que el 50% del padrón de socios está porque realmente le interesa el servicio de la Biblioteca, sobre todo en lo que respecta al préstamo de libros. El 50% restante lo hace solamente para colaborar.

En estos momentos, con el fin de paliar la situación, la Biblioteca tiene en circulación la rifa anual y también un bono contribución cuyo primer premio es un terreno. «Necesitamos que los colaboradores se multipliquen», expresó Manzi.

«Si no tenemos dinero, no podemos comprar libros y renovar el material. Por suerte, hay gente que nos dona. Ya hace dos años que no podemos ir a la Feria del Libro a comprar material. Estamos muy atados a los sueldos. Todo peso que ingresa, se destina al costo salarial. No hay otra alternativa. Al día de la fecha, no tenemos deudas. La institución está totalmente saneada, pero no podemos avanzar con otras cosas, como la parte edilicia y la renovación del material bibliográfico. De lo que estamos seguros es que la Biblioteca no va a desaparecer. Creo que en el futuro la Biblioteca terminará siendo municipal, contando con la asistencia de una comisión de apoyo para comprar libros, computadoras, fotocopiadoras? Nos parece que ese va ser el destino.»

 

‘Muchos critican, pero no se acercan a colaborar’

Otro problema mayúsculo que afronta la Biblioteca Mitre es conseguir gente dispuesta a integrar la comisión directiva. «Nos cuesta mucho. La comisión está integrada por 19 personas, pe-ro no todas están comprometidas con la institución para hacer una cena o un evento destinado a recaudar fondos. Hoy por hoy, de los 19 que estamos, no hay una gran proporción de dirigentes activos. Por lo tanto, la mayoría de las responsabilidades recaen sobre el presidente y el tesorero», manifestó el contador Lambert.

«Todo eso hace que uno quiera dar un paso al costado. No encontramos la manera de cómo incentivar a que la gente se integre y a lograr más socios», manifestó Manzi.

El balance cerró el 31 de enero y están ultimando detalles para presentarlo en asamblea, que será convocada para los últimos días de abril: «Va a ser una incógnita. Para ser sinceros, no contamos con las 19 personas necesarias para conformar la comisión. Nuestra voluntad, tanto de Aída como en mi caso personal, es no continuar en la comisión, para darle lugar a toda aquella gente que, durante el año, ha criticado nuestra gestión, pero nunca se acercó a colaborar», cuestionó Lambert. «Este año llovieron críticas y hasta insultos gratuitamente, algo que no merecemos», agregó Manzi.

«Si afuera se ve muy fácil todo, que se acerquen. Por eso, los invitamos a que formen una lista, participen y se involucren. Si no aparece nadie, tendremos que seguir haciéndonos cargo nosotros. No por una elección nuestra, sino por la responsabilidad que nos cabe. Nuestros cargos están disponibles para los que quieran sumarse, contando desde ya con todo el acompañamiento.»

 

‘Galliani me insultó y nunca me pidió disculpas’

La presidenta de la comisión de la Biblioteca Mitre se mostró molesta y dolida por las expresiones del señor Ricardo Galliani (h), que el año pasado fue muy duro con los dirigentes de la institución luego de solicitar el auditorio para un seminario de política. «Nos trataron muy mal. Me llamó poderosamente la atención. Galliani nunca se puso en contacto conmigo. Utilizaron los medios para cuestionarnos, tanto él como el doctor (Julio) Salesses. Tampoco me pidieron disculpas. El alquiler del auditorio no era para Galliani, sino para el doctor Salesses. Al final, lo alquilamos para que dé las clases», señaló Aída Manzi.

«Lo único que se hizo en su momento fue pedir una ampliación de los contenidos del curso, ya que hay una cláusula estatutaria que impide que en la Biblioteca se realicen actos de tipo religioso o políticos/partidarios. Cuando pedimos explicaciones, se enojaron y nos criticaron con agravios e insultos. En su momento, la Biblioteca no salió a decir absolutamente nada. Después todo se resolvió. Lo mínimo que podrían haber hecho es pedir disculpas.»

Fuente: La Mañana