Reflexión sobre el rugby y los hechos de violencia recientes

- Publicidad -

Por: Edgardo Castro

Durante muchos años fuí entrenador de juveniles, escuelita y primera.
Si bien el rugby es un deporte de extremo contacto, tiene un entrenamiento
duro y es cierto que los jugadores desarrollan fuerza, tienen un gran desarrollo
muscular y una resistencia muy importante a los golpes, también es verdad
que todo eso en un 95 por ciento de los casos se usa dentro de la cancha y los
entrenamientos.
Jamás he escuchado ni vivido en persona que a un jugador de rugby se le
enseñe en el club a ser agresivo fuera de la cancha.
También es cierto que la cultura del rugby te enseña a cuidar a tus compañeros
en todo sentido, a tus rivales, tanto dentro y fuera de la cancha.
Esto puede ser muy positivo y en algunos casos aislados mal interpretado por
algunas personas. Que vos cuides a tus amigos y compañeros de equipo no
significa llegar al punto que llegaron estos pibes (en relación a lo que paso en
Villa Gessel).
Cuando digo que puede ser el cuidar a un compañero mal interpretado, como
en el caso de este pobre pibe, que el alcohol, drogas o simplemente estupidez
humana puedan llevar las cosas a un extremo como este.
Siempre, históricamente, la cultura no del rugby si no de la calle, ha dejado
demostrado y con claros ejemplos que cuando varias personas, que se
conocen, se juntan, mezclan alcohol o cualquier otra cosa y se genera un
hecho de violencia, hay una alta probabilidad que bajo esos efectos no se
tenga lucidez de las consecuencias que pueden traer nuestros actos y
reacciones ante hechos de violencia estando en grupo.
Esto no es algo que tiene que ver con el rugby o con cualquier tipo de deporte.
Es algo real que pasa en la calle en cualquier momento ante cualquier
circunstancia de violencia.
Hoy este hecho absurdo, cobarde que le tocó vivir a este pibe y su familia está
relacionado al rugby, no va a ser ni el primero ni el último caso
lamentablemente de violencia que termine de esta forma, porque ya la
sociedad ha perdido valores, como sociedad, hoy tenemos que hacer un
análisis de que es lo que estamos haciendo para que nuestros hijos puedan
llegar a un extremo de estos.
Acá no pasa por el rugby o lo que sea, acá pasa que estamos pasando tiempos
de violencia en todo sentido, tanto física y psicológicamente.
Cuál es la solución? Hacer hincapié en la familia, pero principalmente es un
problema de educación.

Para finalizar esta reflexión siempre digo y sostengo lo mismo y voy a morir
con este pensamiento. Lo mejor como padre que le puedo dar a mis hijos es la
educación, lo demás es secundario.


Edgardo Castro (Ex jugador y técnico del Saladillo Rugby club).

- Publicidad -