“Silvia Castillo Y Marilu Angelillo fueron dos eficaces y leales colaboradoras
en la secretaria privada mientras fui intendente de saladillo. Silvia me
acompaño durante 15 años ya que partió de este mundo tempranamente en el año
2006 y Marilú lo hizo durante los 24 años que estuve a cargo del departamento
ejecutivo municipal. Ellas siempre están en mis afectos” Carlos Antonio Gorosito.
“Silvia Castillo y Marilú Angelillo fueron dos empleadas municipales que trabajaron durante muchos años en el Municipio de Saladillo. Marilú ingresó a trabajar el 15 de enero de 1968, unos meses antes en 1967 había lo había hecho Silvia. Las dos ingresaron durante la administración comunal del Sr. Guillermo B. Hang, ya que el mismo estuvo a cargo del Ejecutivo Municipal desde 1966 hasta el año 1970. Yo empecé a tratar a ambas en el año 1970 siendo un estudiante secundario, en este momento dirigía Departamento Ejecutivo Municipal el Sr. Fernando J. López. Mi presencia en el Municipio se debía a que yo era dirigente estudiantil (cursaba mis estudios secundarios en el ex Colegio Nacional Anexo Comercial “Manuel Pardal”) y siempre concurría a realizar alguna gestión para los estudiantes. En 1973 fue electo Intendente Municipal el Sr. Ariel Horacio Delía y yo por entonces presidia el Club Estudiantil del Colegio de manera que me entrevistaba con el Intendente para solicitarle cosas para Club Estudiantil. Uno de las cosas que le pedí al Intendente Delía fue el uso del mimeógrafo del Municipio para imprimir un periódico que editábamos y que se llamaba “La Voz Estudiantil”. Por ese entonces Silvia y Marilú se despeñaban en el ámbito de la Secretaría Privada y de Gobierno. Yo concurrirá con algún compañero del colegio (generalmente era Aldo Catullo) con todos los artículos a publicar y ellas nos ayudan a imprimir los ejemplares. Como el contacto era casi semanal se fue creando una relación de afecto entre nosotros (ellas y yo). Entre otros temas siempre le hacía a ambas comentarios políticos dado que yo era además militante de la Juventud Radical de Saladillo. En más de una oportunidad les manifesté que en algún momento yo sería Intendente Municipal y ellas serían mis Secretarias. En el año 1975 fui a estudiar abogacía a la ciudad de La Plata, de donde regresé a fines de 1976, dado que mis padres no me podían solventar mis estudios universitarios. Conseguí un trabajo como Corresponsal de Radio Azul en nuestra ciudad y dentro del rol de la corresponsalía tenía la misión de cubrir las actividades municipales, por lo tanto yo seguía concurriendo al Municipio para realizar tareas periodísticas. Al no contar yo con máquina de escribir muchas veces le dictaba los textos a Silvia y a Marilú, y ellas terminaban confeccionando mis gacetillas de prensa con las noticias e información comunal. Y como una muletilla siempre les repetía “algún día voy a ser Intendente y ustedes serán mis secretarias”. En 1983 se reinstauró la Democracia y yo fui electo Concejal (1983-1987) y luego Diputado Provincial (1987-1991) de manera que ya en mi condición de representante del pueblo seguía concurriendo al Municipio y obviamente tomaba contacto con Silvia y Marilú que seguían trabajando en el área de la Secretaria Privada del Intendente y de la Secretaría de Gobierno. Lo que yo decía como una expresión de deseo de un militante político juvenil se transformó en realidad en 1991, ese año mi pueblo me eligió como su nuevo Intendente Municipal y asumí el 10 de diciembre. Entonces Silvia y Marilú se convirtieron en mis secretarias y compartieron mi labor diaria durante muchos años puesto que luego fui reelegido varias veces como Intendente Municipal estando 24 años consecutivos a cargo del Departamento Ejecutivo Municipal (Seis (6) mandatos). Silvia falleció tempranamente el 29 de septiembre del año 2006. Lamentablemente no pude despedirla dado que me encontraba en la ciudad de Salta donde había sido invitado para exponer sobre temas municipales en un evento que se desarrolló en la sede de la Universidad. Silvia trabajo en consecuencia durante 39 años en el Municipio de los cuales 15 años lo hizo durante mis gestiones de gobierno. Marilú se acogió a los beneficios de la jubilación en el año 2016 y el 16 de noviembre de ese año fue su último día de trabajo, yo ya había dejado de ser Intendente. Trabajo casi 49 años en la comuna y 24 años lo hizo durante mis gestiones de gobierno. Ambas fueron muy eficaces y leales colaboradoras (lo fueron con todos los jefes comunales que me antecedieron). La dinámica de trabajo de un Intendente es siempre muy intensa, excesivamente intensa al menos esa fue mi experiencia y ellas nunca mezquinaron su colaboración. Las llamaba sábados, domingos, feriados y todos los días de la semana a cualquier horario y siempre estuvieron dispuesta a colaborar. Cuando no teníamos computadoras me pasaban a máquina los informes que yo debía elevar anualmente al Honorable Concejo Deliberante. Tengo gratos y cálidos recuerdos de ambas. En esos años de trabajo compartidos se fueron sumando muchas anécdotas, también compartimos momentos de alegría pero también los difíciles y complejos que siempre los hay, y también creció y se consolidó el afecto mutuo. Me siento muy gratificado por el cariño que siempre me demostraron. Silvia como ya dije partió hace 13 años rumbo a la Eternidad siempre la mantengo viva en mi recuerdo y en mis afectos. Marilú me sigue demostrando su cariño y aprecio hasta el día de la fecha, recibo siempre su saludo no solo para mi cumpleaños, sino para cada fecha emblemática que marca el calendario entre ellas la Navidad y el Año Nuevo, el afecto es recíproco. En la jornada del 28 de diciembre encontré en forma casual entre fotos que conservo tres (3) que me saque oportunamente con Silvia y Marilú en la Municipalidad y he querido hacerlas pública junto a este escrito que tiene la pretensión de ser un pequeño tributo a la colaboración que he recibido de ellas. Silvia y Marilú siempre están en mis recuerdos y en mis afectos.”
Carlos Antonio Gorosito, Ex Intendente Municipal (1991-2015), Saladillo 29 de Diciembre de 2019.
