Se aprobó la Ley de Educación Ambiental Integral

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El Senado de la Nación aprobó con 58 votos a favor la Ley de Educación Ambiental Integral.

La historia detrás de este proyecto.

El Senado aprobó la Ley de Educación Ambiental Integral
El Senado de la Nación aprobó con 58 votos a favor la Ley de Educación Ambiental Integral. La historia detrás de est proyecto.

Educación ambiental
Con 215 votos afirmativos, la Ley de Educación Ambiental, obtuvo la media sanción en Cámara de Diputados. (Gentileza ECO HOUSE)

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A la madrugada, se votó en el Senado de la Nación con 58 votos a favor, 0 votos en contra y 0 abstenciones, la Ley de Educación Ambiental Integral. La iniciativa de federalizar la educación ambiental, que durante varios años fue dejada de lado, en diferentes gestiones y por diversos partidos políticos, y con numerosos proyectos en el camino, hoy ya es un hecho. Se pudo avanzar hacia una política de estado de largo plazo.

El mismo tiene por objetivo el establecimiento de presupuestos mínimos para la implementación de una política pública nacional en materia de educación ambiental basada en la Estrategia Nacional de Educación Ambiental (ENEA), y su propósito general es la promoción de la concienciación y responsabilidad ambiental en la ciudadanía de todo el territorio nacional, conforme a lo dispuesto en el artículo 41 de la Constitución Nacional y de acuerdo con lo establecido en el artículo 8° de la Ley General del Ambiente N° 25.675, el artículo 89 de la Ley de Educación Nacional N° 26.206 y sus modificatorias y en los Tratados y Acuerdos Internacionales en la materia.
Cronología de una ley
La historia de este debate, aunque poco conocida, es de larga data. El primer proyecto cuyo objeto era la Educación Ambiental presentado en el Congreso se puede rastrear ya en el 94’. De allí en adelante se presentaron otros tantos, alrededor de una veintena. Ninguno llegó a destino. Todos prescribieron, luego de recorrer los pasillos y despachos del recinto. Este proyecto, que algunos quieren llamar Ley Pino Solanas por su reconocida lucha a favor del ambiente, fue presentado por el poder ejecutivo y se gestó como iniciativa del Consejo Federal de Medio Ambiente.

En el Congreso compitió con otros como el que viene presentando la diputada nacional por el Pro, Gisela Scaglia, desde el 2015 y del cual incorpora muchos de sus preceptos. A su vez, este último toma como antecedente a otros 11 proyectos, entre los que se destacan dos: el de la diputada Maffei y de la diputada Puigross (ambos obtuvieron media sanción en Diputados).
Por esto, es justo reconocer que lo que actualmente se aprobó es en parte producto de un proceso colectivo. Integra en su interior definiciones, principios, artículos y consideraciones que fueron escritos por diversas plumas. Se fue armando con retazos sacados de aquí y de allá, con palabras de unos y de otros. Quizás muchos no encuentren un valor central en esta noticia en este momento de emergencia sanitaria mundial. Sin embargo, cae en un momento oportuno.

Si tenemos en cuenta que la pandemia que hoy nos atraviesa es una enfermedad zoonótica, la ley recién aprobada cobra especial relevancia. Este tipo de enfermedades tiene como causa el mayor contacto de los seres humanos con la fauna silvestre, producto de algunas actividades como la deforestación, la captura de animales salvajes, su comercio ilegal y su consumo. Se puede decir entonces que la pandemia es síntoma de un vínculo poco saludable entre la humanidad y los entornos que habita. Queda claro que visibilizar, enseñar y concientizar es esencial para prevenir futuras pandemias.
Es decir, la Educación Ambiental es esencial. Y la pandemia no es sólo lo que nos interpela en los tiempos de hoy. El cambio climático, la desertificación, la deforestación, los incendios forestales, la pesca ilegal, la contaminación de nuestros ríos y mares, la pérdida de biodiversidad, y la producción desmedida de residuos, entre otras son problemáticas que persisten y se profundizan. Para responder a estos desafíos y promover la construcción de sociedades más justas, equitativas y sustentables es necesario un cambio cultural. La Educación Ambiental es un gran motor que puede impulsar esta transformación. Texto perfil